domingo, 19 de julio de 2020

Alberto Fernández sobre Venezuela: siguiendo el libreto de Trump



El camino al FMI está plagado de grandes claudicaciones.

El gobierno de Alberto Fernández acaba de protagonizar otro hecho de sometimiento al imperialismo a través de la adhesión de la delegación Argentina al informe de la oficina de la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, a cargo de la expresidenta chilena, Michelle Bachelet. Este documento se inscribe en la línea golpista contra Nicolás Maduro y por la intervención del imperialismo en la crisis venezolana. Esto lo reconoció Federico Villegas quien estuvo al frente de la delegación argentina como embajador ante el organismo quien manifestó compartir “la profunda preocupación por la situación de los derechos humanos así como por la grave crisis política, económica y humanitaria que padece Venezuela”. La preocupación sobrepasa los derechos humanos y se mete en la crisis política y económica.
El informe hace hincapié en la “sistemática violación de los derechos humanos” en la zona del Arco Minero del Orinoco, fuente de importantes recursos económicos para el país, amparada por las fuerzas del gobierno de Nicolás Maduro que dejaría la zona liberada para el accionar de “grupos delictivos organizados o elementos armados”. El despertar humanista de la ONU y Bachelet sería a los meros fines de desacreditar al gobierno venezolano y exigir una reforma del sistema de justicia para “garantizar su independencia e imparcialidad”. El planteo viene de la mano de sumar adhesiones al golpe contra el gobierno venezolano, apuntalando la figura del golpista Juan Guaidó y una transición tutelada por el imperialismo.
Pero, ¿realmente el gobierno está preocupado por la situación de los derechos humanos en Venezuela o la adhesión al informe es un paso más en el sometimiento a la política internacional del imperialismo norteamericano?
Para los que no han venido siguiendo con atención el derrotero de la política internacional del gobierno de Alberto Fernández vale la pena recordar que no se trata de un hecho aislado, sino de un camino recorrido, conscientemente, durante el breve mandato presidencial. El gobierno de Fernández no emitió una palabra de solidaridad con el pueblo norteamericano que se levantó contra el asesinato de George Floyd, ni siquiera envió un mensaje de condolencias a la familia de este, y contra los abusos y asesinatos de la población negra en Estados Unidos. En ese mismo momento Felipe Solá se reunió con el secretario de Estado de Trump, Mike Pompeo. El silencio es cómplice.
Tampoco le preocupan los derechos humanos del pueblo palestino. Su primer viaje al exterior como presidente fue en enero a abrazarse y llenar de elogios al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, un hombre con las manos manchadas de sangre palestina. Y en esto no hubo grieta con CFK que fue quien lo impulsó y aconsejó para que viajara a Israel. Ese viaje, que incluyó luego a otros líderes del imperialismo europeo como Merkel y Macron, estuvo concebido en la necesidad de lograr apoyos para la negociación con los buitres (cuyo resultado podemos decir con toda certeza ha ido contra los intereses del pueblo argentino).
El gobierno avaló un informe de Bachelet sobre los DD.HH. cuando esta (y este) no se han pronunciado sobre la violación a estos derechos en las represiones violentas al pueblo chileno. La permanencia de la Argentina en el Grupo de Lima concebido por el imperialismo norteamericano para meter sus manos en Venezuela, siguiendo al pie de la letra el libreto del establishment norteamericano, es una prueba más del sometimiento de la política nacional a los acuerdos con el gobierno de Trump.
El gobierno firma un informe sobre los derechos humanos en Venezuela en el mismo momento en que Argentina está sacudida por los casos de gatillo fácil a manos de las policías de todo el país, solo en la provincia de Buenos Aires se cobra la vida de 18 jóvenes en junio. A esta se suma el recrudecimiento de la represión a las protestas y reclamos de los trabajadores en el medio de un deterioro creciente de las condiciones de vida: aumento de la desocupación, caída y reducciones de salarios y jubilaciones, crecimiento de los contagios en las barriadas más humildes, como lo sucedido a los choferes de Córdoba y La Rioja.
El largo peregrinaje por la senda del capital financiero y el imperialismo, camino a un acuerdo con los acreedores internacionales, está plagado de grandes claudicaciones.

Marcelo Mache

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