jueves, 28 de febrero de 2013

Sembrando los caminos del Che



Tres médicos recorrieron Sudamérica reclamando la libertad de los cinco cubanos presos en Estados Unidos. Tres historias, la ruta y el final del viaje con una bandera de lucha que este año cumple 15 años.

Desde Venezuela hasta al sur argentino, con la causa de Los Cinco bajo el brazo, tres médicos recorrieron en sus motos el corazón de Latinoamérica emulando el viaje que el Che Guevara y Alberto Granado emprendieron en 1952.
Antes de la primera caída en “La Poderosa”, Gael García Bernal como Ernesto Guevara en el rodaje de Diarios de Motocicleta, le escribe a su madre: “Me alegra haber dejado atrás lo que llaman la civilización y estar un poco más cerca de la tierra”. El viaje que el “Che” emprendió en 1952 junto a su compañero Alberto Granado y la Norton 500 tuvo otros objetivos, también solidarios.
Si bien Granado falleció en 2011 pudo participar activamente en la causa de “Los Cinco”. El Che no llegó a conocer la injusticia padecida por los cinco cubanos detenidos en Estados Unidos desde hace 14 años. Y mucho menos la historia de Juan Tola Monroy, Milco Figueroa y Darío Valenzuela, tres médicos egresados de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) de Cuba, quienes emprendieron el mismo viaje en sus motos difundiendo la causa por América Latina.
“Los Cinco”, como habitualmente se les llama, son Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labaniño Salazar, Antonio Guerrero Rodríguez, René González Sehwerert y Fernando González Llort. A raíz de la advertencia de posibles ataques terroristas contra Cuba fueron enviados como agentes a Miami para obtener información. La cantidad de pruebas que Cuba recopiló sobre posibles atentados a su pueblo “sorprendieron” al FBI, que el 12 de septiembre de 1998 decidió detener a varias personas, en vez de dar una respuesta a los pedidos de informes por parte de Cuba. Cinco fueron llevados a lugares de detención hostiles, hasta el día de hoy. Los Cicno tienen condenas (más de una) exorbitantes y se encuentran en diferentes regiones, para provocar mayor separación e incomunicación. Salvo el caso de René González, quien obtuvo la libertad supervisada el año pasado.
“Los Cinco” son el propósito del viaje que Juan, Darío y Milco emprendieron el 17 de julio de2012 y finalizaron en estos días, exactamente al cumplirse siete meses de itinerario y en el año del decimoquinto aniversario del caso. Sus mochilas cargaron una bandera en la que los locales aportaron sus firmas y deseos, remeras alusivas a la causa, panfletos y la postal con el frente que reza “Obama, give me five” con una mano extendida detrás, a la que sólo hay que agregar un mensaje personal para luego enviar a la Casa Banca. En los lugares donde brindaron conferencias, se difundió un breve documental que explica con criterio y voces de los familiares el caso de los Cinco.
Su acercamiento a la ELAM resultó de una beca otorgada para jóvenes con escasos recursos hace 10 años. Se recibieron en 2009 y los sueños de este viaje comenzaron. “Queríamos llevar como bandera de lucha algo que representara a Cuba para agradecer todo eso que nos dio y que continúa dando”, explicaron en su paso por Radio Estación Sur de La Plata. El tema no fue casual, ante una barrera informativa que obliga indispensablemente a realizar una pujante difusión.
Se bautizaron “Sembrando Caminos con Los Cinco”, con el apoyo de otras personas que lo integran como Laura Machín y Nicolás Bravo. Marcaron el punto de partida en la ciudad venezolana de Puerto Ayacucho para finalizar en el sur argentino, en San Martín de los Andes. A modo de balance, Darío resumió: “Es positivo, ya que se han podido concretar actividades con varias organizaciones, hemos tenido una buena participación en los medios de comunicación y vemos que hay mucha solidaridad sembrada por toda Latinoamérica con respecto a Cuba”.
La reflexión de Juan apuntó a la raíz que los tres comparten, ya que atravesaron situaciones complicadas hasta conseguir la beca, llave de previsión que diferencia la educación cubana de otros modelos antagónicos: “Cada uno sabe bien que viene de familias de pocos recursos, tiene su realidad, su sufrimiento, y en cada país hay carreras que son para la gente que tiene economía, y son selectivos”. Es por eso que emprendieron un viaje con objetivos más ambiciosos que el solo hecho de admirar los paisajes.
Si bien los tres consideraron que hace falta difundir aún más el caso de los Cinco, advirtieron el mayor compromiso que tendrán en adelante. Con escucharlos por unos minutos se reconoce el grado de conocimiento que tienen de la causa, olvidando por momentos que son médicos. Pero desde ya que ese tema les interesa, y que en su paso por Argentina reconocieron un rasgo particular de toda la región, un nivel de solidaridad que no se ve en cualquier lugar.

Diario de viaje

La vocación de los doctores lógicamente no es el periodismo, pero no podían dejar afuera de esta experiencia la posibilidad de retratar en crónicas o diarios de viaje lo que ocurrió en el trayecto. Entre risas que denotan sentimientos muy particulares, pudieron encontrarle la vuelta aunque todavía consideran que les falta mucho. Ahora que finalizó el viaje aprovechan no estar motorizados para pasar las memorias al papel y sintetizar (o no) las vivencias. Estos escritos serán publicados en su sitio web.

Nuestra travesía, su gira

La bloguera cubana Yoaní Sánchez partió de Cuba hacia su gira por el mundo, con intenciones de contar su caso tan útil para la prensa anti-cubana y a la vez una razón de repudio para quienes apoyan la revolución. Aparece una interesante contraposición entre la gira de Sánchez y el viaje de los médicos. Al respecto, Darío marcó la diferencia: “Ese respeto a los logros y la lucha de Cuba es algo que se le reconoce en todo el mundo y que estamos seguros que no va a ser opacado por algunos discursos delirantes”.
La tierra fértil ha sido anfitriona de la visita de Darío, Juan y Milco, quienes recorrieron más de 23.000 kilómetros con un propósito que, si bien falta mucho por escarbar y difundir, pueden coincidir en que fue cumplido. No en vano decidieron sembrar la ruta que eligió el Che, y así se fue consumiendo un viaje que queda latente y seguirá vivo por mucho tiempo, por lo menos hasta que los Cinco recuperen su libertad.

Martín Crudele

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