domingo, 24 de febrero de 2013

Los doce meses de la Tragedia de Once




Se cumple el primer aniversario de la tragedia de Once, ocurrida el 22 de febrero de 2012. Los avances de la causa judicial, el debate acerca del sistema ferroviario y los actos conmemorativos de una de las mayores tragedias ferroviarias argentinas.

Exactamente hace un año, el día miércoles 22 de febrero de 2012, ocurrió una de las mayores tragedias ferroviarias de la historia argentina. Ese día, un tren del ferrocarril Sarmiento que se encontraba llegando a la estación de Once, en Plaza Miserere, chocó contra el sistema de paragolpes, al no poder frenar, causando la muerte de 51 personas e hiriendo a 703. A un año de la tragedia, la Justicia continúa investigando las causas; 28 imputados serán llevados a juicio oral, entre ellos los ex secretarios de transporte Juan Pablo Schiavi y Ricardo Jaime y los hermanos Cirigliano, quienes se encontraban en ese entonces a cargo de Trenes de Buenos Aires (TBA), concesionaria del ramal Sarmiento. Por otro parte también está bajo la lupa de la Justicia federal el destino de más de 2 mil millones de pesos en subsidios que el Gobierno entregó a TBA durante el periodo 2003 y 2010. Pero no solo se han movido las causas judiciales sino que la repercusión fue mucho más allá de lo tratado en la Justicia.

Funcionarios que renuncian, concesiones que se anulan

Uno de los primeros efectos causados por el trágico evento de Once, aparte de poner en evidencia (una vez más) el pésimo estado del sistema ferroviario argentino, fue la renuncia del secretario de la cartera de Transporte, Juan Pablo Schiavi, que se fue en medio del revuelo causado por declaraciones en las que planteó, refiriéndose al día en que ocurrió la tragedia: “Si esto hubiera ocurrido ayer, que era un día feriado, seguramente ese coche hubiera impactado y hubiera sido una cosa mucho menor y no de la gravedad que fue hoy, que lo constituyó en un accidente extremísimo”. Quince días después abandonó su cargo.
Por otra parte, inmediatamente después del incidente el Gobierno intervino TBA, manejada por los hermanos Cirigliano, en vistas de investigar los graves incumplimientos de la empresa y para no entorpecer el actuar de la Justicia. Noventa días después del accidente se promulgó el decreto 793/12 por parte de la presidenta Cristina Fernández, en el cual se anunció el quite de la concesión a los hermanos Cirigliano de las líneas de ferrocarril Mitre y Sarmiento, que mantenían desde el año 1995. Durante el anuncio, el ministro de Planificación, Julio de Vido, señaló que la anulación de la concesión se debía al “deficiente estado de conservación y mantenimiento del material rodante y deterioro de la capacidad y calidad de los servicios prestados”, junto a 250 multas impagas, cuyo valor ascendía a 700 millones de pesos. También en dicho anuncio se entregó la concesión de ambos ramales del ferrocarril a la Unidad de Gestión Operativa Mitre Sarmiento (UGOMS), integrada por el grupo Roggio, el grupo Romero, y el Estado Nacional. Para terminar, el ministro de Planificación reconoció el estado actual de los ferrocarriles argentinos, al señalar que los mismos sufrieron un gigantesco proceso de vaciamiento desde 1955, que significó la pérdida de casi 10 mil kilómetros de vías, unos 30 mil puestos de trabajo y el cierre de estaciones.

El sistema ferroviario, un debate ausente

Durante el mes de julio de 2012, el ministro del interior Florencio Randazzo anunció un plan integral de obras para el ramal Sarmiento, cercano a los 800 millones de pesos. Según los anuncios, el mismo implicaba la adquisición de nuevas unidades de origen chino, la refacción de las vías y frenos, así como de pisos, interiores y asientos. En relación con esto, en dialogo con el programa radial Llevalopuesto, de FM La Tribu, Rubén “pollo” Sobrero, trabajador ferroviario y delegado de la línea Sarmiento, señaló que no alcanza con estos anuncios por parte del Gobierno, no basta con poner vías nuevas o arreglar las estaciones sino que es necesaria una discusión sobre el sistema ferroviario completo: “todas las líneas ferroviarias están igual que el Sarmiento, tenemos que hacer una discusión seria entre todos nosotros para ver para que lado agarramos, ya que lo que ha pasado en Argentina, es que fracasó el sistema de concesiones”.

El circulo de corrupción: Funcionarios, empresarios y burocracia sindical

El día 8 de febrero fue asesinado de cuatro disparos en la espalda Leonardo Andrada, testigo clave en la causa de Once. Andrada, experimentado trabajador ferroviario, fue el encargado de conducir hasta la estación Castelar el tren que aquella mañana del 22 de febrero chocó en la estación de Once. Durante la investigación judicial, había declarado afirmando que la formación que había salido aquella mañana tenía el triple de peso y cargaba más pasajeros de lo permitido debido al retraso del servicio. En relación con esto, Sobrero indicó que Andrada no era un testigo más y reclamó por una investigación inmediata que permita esclarecer lo sucedido. Pero también señaló que dicha muerte, al igual que la de Mariano Ferreyra, dejan en evidencia el circulo de corrupción que existe en el sistema ferroviario entre empresarios, funcionarios y burocracia sindical, para terminar afirmando: “Los trabajadores ferroviarios estamos rodeados de muchas muertes”.

Marchas y actividades a un año de la tragedia

Familiares de las víctimas de la tragedia de Once anunciaron, en una rueda de prensa efectuada en la sede de la CTA, una serie de actos para hoy viernes en conmemoración del primer año de la tragedia. El primero de ellos será a las 8.32 de la mañana, hora exacta del choque, con un acto en el andén ferroviario. Luego, cerca del mediodía, se realizará una misa en la catedral, para finalizar a las 17 horas con un acto y festival musical en Plaza de Mayo.
Se llega a este primer aniversario con fuertes cuestionamientos por parte de los familiares al Gobierno nacional, ya que según señalan “para el Gobierno la tragedia no existió, es silenciada de manera metódica”. También se refirieron al estado actual de la causa judicial: “Termina una etapa y ahora empieza otra. Deseamos con intensidad que el tribunal tenga la misma línea con respecto a la cuestión de los tiempos que tuvo el juez instructor (Claudio Bonadío) y la sala, esto es: una investigación muy firme, segura pero que entienda en el factor tiempo algo fundamental porque la justicia cuando no llega o tarda termina siendo injusticia”.

Marcha

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