jueves, 26 de agosto de 2010

Papel prensa: los K denuncian y arrugan


El informe del gobierno sobre el “caso Papel Prensa” es parte de una crisis política de conjunto.
Lo ha puesto de manifiesto con mucha claridad el boicot relativamente amplio de las patronales al acto en la Rosada, pero por sobre todo la falta completa de horizonte político del discurso de CFK, muy detallista en lo que hace a la denuncia pero completamente mezquino a la hora de las conclusiones: la 'apropiación criminal' que la Presidenta imputó a los accionistas de Clarín, especialmente, y a La Nación, no fue más allá de la promesa de una denuncia judicial y de la regulación del precio del papel de diario. Como, de todos modos, esta acusación ya se encuentra prescripta y en algún caso rechazada por procesos ya finiquitados, al gobierno solamente le quedaría el recurso de meter la imputación en una causa de desapariciones y torturas vinculada con el torturador, ya fallecido, Ramón Camps. De otro lado, la regulación de precios sería, según analistas, un asunto que ha perdido vigencia. Se desprende de aquí que la escenificación dramática que se dio a la ceremonia del martes, transmitida por cadena nacional, concluyó en un aborto. La Presidenta no se atrevió a mencionar la posibilidad de declarar a la empresa de 'utilidad pública', lo que hubiera insinuado una tentativa de expropiación. Por el contrario, al terminar el acto, la claque de los K recibió la orden de desmentir cualquier intención oficial en esa dirección.
Las conclusiones del discurso presidencial devaluaron enseguida su contenido. Los K creen que están librando una ofensiva contra lo que llaman el 'monopolio', como si sus amigos de las telefónicas, mineras y petroleras fueran pymes, pero no van, en realidad, más allá de las provocaciones. Mientras que Perón hubiera respaldado una ofensiva similar llamando a la Plaza de Mayo, al oficialismo de las mil caras de hoy (pejotista, concertacionista, victorista, etc.) solo se le ocurrió darle forma de acto a la asunción de Moyano a la presidencia del PJ bonaerense –donde para mayor escarnio se reivindicaba a la Juventud Sindical Peronista, el brazo armado de la burocracia sindical de los 70 contra los activistas combativos y clasistas. Este contorno de aislamiento mide la distancia abismal entre la épica del 45 y esta farsa de 2010. Siempre hemos dicho que no consideramos más democrático al monopolio de la prensa por parte del estado capitalista, que a ese mismo monopolio entre un grupo reducido de competidores privados. Pero una expropiación del monopolio privado del papel de diario abre la alternativa de luchar por la gestión de la distribución de ese recurso por parte de representantes populares electos en forma proporcional, y por el control obrero de periodistas, gráficos y trabajadores de la educación y de la cultura.
Por encima de esto, sin embargo, lo que importa es la cuestión política: los K gargarearon mucho pero no concretaron nada. Al final se impone la impresión de que el discurso tremendista de CFK fue simplemente distraccionista, o sea, para sacar del centro de la escena el 82% móvil o la caducidad de las funciones delegadas, o las gestiones de Timerman para gatillar siete mil millones de dólares al Club de París. Este pago, qué ironía, sería una 'apropiación criminal' de los recursos del país de mucho mayor calado que la atribuida a Magnetto, porque se trata de pagar la deuda externa que estatizó la dictadura militar en beneficio de todos los grandes capitalistas de este país, incluidos especialmente de todos los que el martes sí estuvieron en la Rosada.
Opositores y oficialistas saben muy bien que en esta crisis no está en juego lo que ellos entienden por libertad de expresión; el Poder Judicial sigue jugando un rol creciente de arbitraje y en ambos polos en conflicto hay intereses capitalistas en acecho, como ocurre con el interés de las telefónicas por los medios. La crisis en que se han vuelto a meter los K es la consecuencia de su propia incapacidad e impotencia –sus mentados adversarios 'destituyentes' son una banda prediluviana en estado de dispersión. Al final, lo que terminó ocurriendo es que las patronales faltaron para que el gobierno mostrara sus cartas –y confirmaron la sospecha de que sólo está faroleando. Este es el núcleo de esta nueva crisis política.

Malversación

Con el progresismo y el 'anticapitalismo' de los nacionales y populares ocurre casi siempre lo mismo: sus gesticulaciones de supuesta bravura (la bravura se ejerce, nunca se ostenta) disimulan posiciones reaccionarias. Porque el martes, la Presidenta malversó la lucha por la condena de los torturadores, secuestradores y apropiadores de treinta mil luchadores, para dedicarle un espacio descomunal al ajuste de cuentas entre capitalistas que tuvo lugar bajo la dictadura militar. El caso del secuestro Graiver-Papaleo fue sólo uno (y no cabe duda que la apropiación de la papelera fue el resultado de una extorsión). Fueron secuestrados y en la mayoría de los casos asesinados, embajadores del régimen, agregados de embajadas, empresarios periodísticos y de otro orden – todos los cuales habían apoyado el golpe militar y ayudado a consolidar a la dictadura, en especial en el ámbito internacional. Pero el 'relato' verdadero de la dictadura es otro: la complicidad de toda la clase capitalista en el asesinato de treinta mil luchadores argentinos: el 24 de febrero de 1976, toda la burguesía, sin excepción, declaró un lock out patronal en protesta por la vacilación que se insinuaba en las fuerzas armadas para producir el golpe militar. Ahí estaba incluso el presidente de la Cámara de la Mediana Empresa (CAME), que el martes dio su respaldo en la Casa de Gobierno al acto oficial. (De la conspiración del 76 participó también la Federación Agraria). Toda la clase capitalista debe rendir cuentas, pero lo que ocurre es lo contrario: no solamente gobierna el país sino que los K llegaron a la presidencia para 'reconstruirla'-reconstruir a la burguesía nacional. La Presidenta cometió la torpeza de elogiar medidas supuestamente 'nacionales' de Onganía (será porque impulsó el Banade, que saqueó al estado para subsidiar a la burguesía nacional como los K hacen con el ANSeS) y de Lanusse (aunque aquí tuvo un lapsus de lengua y debió decir el general Levingston que antecedió a Lanusse, en donde el ministerio de Economía recayó en Aldo Ferrer, actual director del medio BAE. Es como si elogiáramos a Hitler porque ordenó construir “el automóvil del pueblo”, el Volkswagen, y una extensa red de autopistas. Aquí, en la Mercedes Benz, en la Ford, en Miluz, en la ex Acindar, se secuestraba y mataba a activistas. La existencia de víctimas capitalistas de la criminalidad de la dictadura suma al odio popular a la dictadura, pero sin olvidar nunca de denunciar la responsabilidad primaria y decisiva de toda la clase capitalista nacional e internacional en la entronización y consolidación de la dictadura militar.
Lamentablemente, el discurso de la Presidenta tampoco hubiera aprobado un examen de derecho. Denunció 'los pactos societarios' de Clarín y La Nación, como si la cartelización, los holdings, las integraciones horizontales y verticales no constituyeran la forma de organización del capitalismo que ella tiene el mandato de defender como jefa de un Estado burgués. En su discurso, Cristina enmarcó a la venta de Papel Prensa en el “clima opresivo” de la dictadura. Pero el mismo “clima” rigió para imponer las concesiones petroleras leoninas que enriquecieron a las empresas que han sido las joyas de los K: Bridas-Pan American o Pérez Companc; o los subsidios y contratos de obra pública que desarrollaron a Techint. Es lo que hace su socio Werthein y los socios de Werthein en Telecom. La ley reglamenta esos pactos societarios. CFK se enojó, en plena bancarrota mundial, cuando millones de personas son expropiadas de sus salarios, viviendas y otras propiedades por parte de los grandes capitales, de que esos medios no respetan los derechos de los accionistas minoritarios. Pero así es el capitalismo, un sistema de expropiaciones sucesivas. ¿Lo va a resolver por medio de regulaciones? Que ni lo sueñe. Por otro lado, los capitalistas minoritarios tienen sus propios apetitos de buitres. CFK y su marido saben todo esto de memoria –y saben aún mejor que si juraron por dios y por la patria, su obligación política y jurídica es la defensa del sistema de explotación capitalista. Un chico de Argentina Trabaja puede ganar un torneo de lanzamiento de jabalina (los grandes campeones mundiales de atletismo de Kenia vienen de medios sociales de miseria), pero el asunto es acabar con la miseria y ese sistema de punterismo y explotación que es Argentina Trabaja. Elogiar los méritos de ese chico y anunciar que vetará una ley de 82% de jubilación sobre el salario mínimo, no es sólo bipolaridad, es una defensa cínica de los intereses capitalistas.

Sillas vacías y adelantamiento electoral

El módico resultado de la escenificación oficial fue precedido, sin embargo, por el derrumbe de la Bolsa (más allá del derrumbe internacional) y del anuncio de la inasistencia de la UIA, la AEA, la Bolsa de Comercio (que tiene excelentes migas con los K, como lo prueba la multiplicación de ese fraude capitalista que son los Fideicomisos), e incluso de la Asociación de Bancos (los que más se enriquecieron con el canje de deuda y con el pago con reservas), la cual envió un representante pero escondió a su jefe máximo, Jorge Brito, del Macro. También pegaron el faltazo varios gobernadores (como el salteño Urtubey) y diputados “K”. Un editorialista de Clarín conjetura que “pudo existir en los Kirchner un giro de último momento cuando percibieron estas resistencias” (Clarín, 25/8) –o sea que el 'monopolio' admite que las conclusiones de CFK ni rozan sus intereses, y que son una concesión del gobierno al maltratado Magnetto, 'il capo dei capi' de Clarín, y a los capitalistas que comparten la mesa con él ¡El 'monopolio' se auto complace con el discurso! Lo cierto, sin embargo, es que la disputa se ha agravado, por la simple razón de que la inocuidad del planteo oficial deberá dar más bríos a sus adversarios en esta disputa. Esto se manifestó al día siguiente en la difusión de una solicitada y de una carta del hermano del fallecido Graiver, pero por sobre todo en la salida histérica de los opositores bajo la bandera de la libertad de prensa o expresión.
Superando a todas las mentiras del campo oficial, los que se arrogan la condición de demócratas desenfundaron la lengua para defender un “periodismo independiente” que no existe ni en su imaginación. Es la prensa 'independiente' que borra a la izquierda del escenario mediático y que descubre pasiones desconocidas por 'los usuarios' cuando se produce una huelga en el subte, o califica de 'interna gremial' a las agresiones de la patota de la burocracia de los sindicatos. Para ella las atrocidades de Bush son los 'daños colaterales' de la democracia. El pasado los condena -¡ellos lo saben!-, pero lo han declarado prescripto. Los envalentona la manifiesta evidencia de la incapacidad oficial y de la dependencia del oficialismo del imperialismo mundial. Es la 'prensa independiente' que se ensaña, en sus empresas, en la persecución sindical, la 'flexibilidad', y en la violación de la legislación laboral –a igual o mayor título que el periodismo oficialista.
Da la impresión que el 'faltazo' patronal quedó consumado a partir, no de Clarín, sino del bloqueo a las plantas de Techint. La patronal ha demostrado muchas veces que, en el marco del desequilibrio económico y social de Argentina y de la crisis mundial, necesita como el aire a los Moyano y a los gobiernos que cuentan en sus filas con los Moyano. Por eso los K han gozado de mayor confianza entre ellos que los llamados opositores. Pero este régimen de gobierno que se quiere bonapartista se va agotando. Los compromisos que los K arman con los Moyano, los Yasky o los punteros sociales se desvanecen una y otra vez, como lo han demostrado las huelgas de este año y el reclamo actual de reabrir las paritarias. La patronal argentina ha ensayado varios cambios de frente (del oficialismo a la oposición y viceversa), pero el impasse no se supera con maniobras. Los K aprietan porque quieren seguir después de 2011; no aceptan 'relevos' o 'alternancias'; sin embargo, la fantasía bonapartista se encuentra en crisis cada vez más. Los K podrían adelantar de nuevo las elecciones, y a eso respondería la tentativa de polarizar con toda suerte de ataques. Pero ya lo hicieron año y medio atrás con resultado desastroso, que ahora podría ser peor, porque incluso ellos están más divididos. La caída de las facultades delegadas, la modificación de las retenciones, la imposibilidad de de hacer pasar proyectos de leyes por el Congreso son factores que alcanzan para empujar a un anticipo electoral. También hay factores internacionales, como los resultados de las elecciones inminentes en Venezuela y en Brasil. En cualquier caso, o se continúa arrastrando la situación actual, de reiterados y crecientes choques políticos y la parálisis del Congreso, o los K deberán jugar la carta del adelantamiento para marzo o abril. La crisis política es la forma en que se procesa la transición de un régimen político a otro.

No son de palo

Los trabajadores y los sectores populares sienten que esta 'crisis' les es ajena. En realidad se trata de una tentativa de penetrar en ellos por medio de una polarización. Es lo que han hecho en el pasado, pero que exige cada vez más de medidas extraordinarias, mayor demagogia y mayor tensión política. En tanto no se produzca una intervención independiente de las masas, los partidos de la burguesía se siguen sintiendo en terreno seguro y con la confianza de poder ensayar maniobras nuevas y proyectos más provocadores. Por eso lo principal es esclarecer el carácter y los fines de los campos que aparecen en disputa; separar de ellos a la clase obrera en primer lugar, y disputar en forma abierta el poder político en el terreno de la propaganda, la agitación y la organización.

Jorge Altamira

Foto: Argentina, Política - Los hermanos Lidia y Osvaldo Papaleo, saludan a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y al secretario general de Unasur, Néstor Kirchner, luego de la presentación del informe sobre Papel Prensa Sociedad Anónima. / Fuente: Presidencia de la Nación

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