lunes, 30 de agosto de 2010
Papel Prensa el monopolio del papel puesto en debate
La semana pasada el gobierno presentó finalmente el informe “Papel Prensa - La Verdad”, denunciando la adquisición irregular de la empresa productora de celulosa, ocurrida en noviembre de 1976, durante la última dictadura. En la presentación, Cristina Fernández acusó a los dueños de Clarín, la Nación y La Razón por apropiarse de la compañía en perjuicio de Lidia Papaleo, viuda de Graiver, quien fue secuestrada y torturada poco después, al igual que parte de su familia.
El discurso se transmitió en cadena nacional y duró unos setenta minutos. El martes 24 de agosto, la presidente explicó que presentaría la denuncia ante la Justicia y anunció el envío al Congreso, a través de la Cámara de Diputados, de un proyecto de ley que regule la provisión de papel a los medios gráficos. La iniciativa tuvo la obvia oposición de los grandes medios, empezando por los dueños de la papelera. Pero recibió elogios de diarios pequeños y medianos de distintas partes del país, incluyendo algunos con un marcado perfil de derecha. Y también de medios como Crónica, que en el pasado supo denunciar el monopolio de Papel Prensa, en el marco de un conflicto que le obligó a la importación de papel. Este tipo de episodios fueron consecuencia de una política discriminatoria llevada adelante por la empresa, de características monopólicas, al ser la única productora del país.
Lo importante es el negocio
Desde las empresas de medios y sus cámaras gremiales, como la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), intentan centrar los análisis en la defensa de la libertad de expresión. Un flaco argumento ante la existencia de un monopolio administrado por tres grandes diarios, con conocidas prácticas perjudiciales para sus competidores de todo el país. A tono con esa estrategia argumental, los representantes de Clarín evitan hablar de las razones materiales en juego. También esquivan el debate los que aparecen como sus principales aliados políticos: los legisladores de los partidos de centro-derecha. Qué medios, en qué manos, una discusión en la que tendrán que posicionarse concretamente si el proyecto de regulación del papel se debate en el Congreso.
Mientras tanto, en la Justicia, volvieron a perder los multimedios.La Sala II de la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal, rechazó la solicitud de recurso extraordinario presentado por los accionistas privados de Papel Prensa. De esta manera, respaldó la aplicación de la Resolución 1/2010 de la Secretaría de Comercio Interior, que dispuso que la comercialización de papel para diario deberá efectuarse por un precio igualitario.
La nueva escaramuza alrededor de Papel Prensa se enmarca en una contienda general entre el gobierno y Clarín. Abierta en 2008, la confrontación contrasta con períodos también recientes, en los que el grupo económico le dedicaba tapas elogiosas y el kirchnerismo retribuía aprobando fusiones escandalosas, como en el caso de la tv por cable, o prórrogas extraordinarias de licencias, como en el caso de la tv por aire. Viejos tiempos de acuerdos que tal vez, a esta altura, las principales cabezas del monopolio mediático estarán extrañando. Mientras intentan organizar la oposición de derecha de cara al 2011, acaso la única posibilidad para no perder parte en el negocio. Un resultado que no podrá opacar, sin embargo, la creciente mirada crítica del público ante lo que parece, cada vez más, una desembozada defensa de sus intereses económicos. Nada más ni nada menos que lo que es, pero ahora sin el velo del periodismo independiente.
El escenario en el Parlamento
En el plano partidario, hubo declaraciones para todos los gustos. La oposición de derecha dio una respuesta a la altura de lo esperable. Actuando cada vez más como una suerte de mesa de enlace en su versión electoral, durante la semana fueron mostrados por casi todos los canales y diarios: Federico Pinedo (PRO), Oscar Aguad (UCR), Felipe Solá (peronismo disidente) y la indecible Elisa Carrió (Coalición Cívica). El miércoles en TN, tres de los nuevos cuatro mosqueteros fueron el plato central del programa “A dos voces”, que quedará en un lugar destacado en la historia del periodismo lobbysta a favor de sus propios intereses. En un primer bloque que duró 37 minutos, sin cortes, tres de los cuatro dirigentes realizaron una cerrada defensa del multimedios dueño del canal, el Grupo Clarín, un segmento en el que Carrió llegó a señalar que Clarín y La Nación “son la Argentina, con sus virtudes y defectos”, después de sugerir que Lidia Papaleo pudo haber recibido dinero a cambio de su declaración: “Esta tergiversación absurda de la historia no se hace sino por dinero”, señaló. “Que se investigue si se le pagó con plata de la SIDE”. Poco antes había asegurado que “la venta (de Papel Prensa) fue en las condiciones del mercado del momento”, aunque sin dar precisiones sobre a qué se refería con tales condiciones.
Extraña fue la aparición de Proyecto Sur. Primero Alcira Argumedo corrió por izquierda al gobierno: “esperaba medidas más duras”, dijo en una columna del diario oficialista Tiempo Argentino. Luego se aproximó más al planteo del gobierno en su declaración a Página 12: “No me parece mal que la venta del papel para diarios sea declarada de interés público. Todo lo que sirva para neutralizar a los monopolios es bienvenido. Hay que investigar todo a fondo, la historia de la familia Graiver, cómo fue la compra de Papel Prensa, y si se descubre que en el medio hubo torturas y crímenes de lesa humanidad no habría que avalar la operación”. Pero Solanas volvió a posicionarse cerca de Clarín, días después de hablar a favor de Fibertel. Además de empezar hablando de “la manipulación del gobierno” y criticar a Moreno, Pino advirtió en un comunicado que “las graves denuncias que hizo la Presidenta luego fueron desmentidas por el hermano de David Gravier y su hija. Es necesario que la justicia despeje toda duda sobre el caso”. Y aclaró que “Proyecto Sur apoyará toda iniciativa parlamentaria que asegure la regulación y democratización del suministro de papel con igual precio para quienes lo requieran y por encima de las ideologías. El parlamento debe asegurar la independencia del gobierno y los grupos mediáticos. La misma decisión que pone el gobierno en declarar la producción de papel de interés público, debería ponerla en regular las redes informáticas y la telefonía celular que afecta a millones de argentinos”. Por lo bajo, algunos militantes reconocen que los dichos del diputado no fueron de lo más afortunados, después de una intervención mejor valorada en el debate por el 82% móvil, donde se diferenció tanto de la oposición de derecha como del gobierno, con una propuesta superadora.
En general el resto de la centroizquierda avaló la iniciativa oficial, razón por la que se espera una polarización en dos bloques circunstanciales: el Kirchnerismo junto a los distintos bloques de centroizquierda, tal vez sumando también algunos partidos provinciales, contra los partidos de centro y centroderecha. Un escenario con cierto equilibrio de fuerzas, donde cada voto definir el resultado final.
Prensa de Frente
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