domingo, 5 de octubre de 2008

Argentina: Género del trabajo

En rubros como hotelería, servicios de limpieza o administración la mayoría del personal está compuesto por mujeres, mientras que en la industria del software ellos son mayoría. Las mujeres ocupan cargos de menor jerarquía que los varones, aún teniendo igual o mayor calificación que ellos. Estos son algunos de los resultados de un relevamiento realizado en cuatro ramas del sector productivo del área metropolitana de Buenos Aires. La brecha salarial entre ambos sexos sigue viva y coleando.
¿Cuántas veces una maletera se hizo cargo de sus valijas cuando llegó a un hotel? La persona que hace mantenimiento de su computadora ¿es hombre o mujer? Cuando usted compra sus cosméticos por catálogo o en la perfumería ¿es empleado o empleada quien atiende sus dudas sobre belleza? Y si buscó asesoramiento para realizar una campaña publicitaria ¿eran creativos o creativas quienes diseñaron la estrategia?
En todos los niveles laborales se observa la segregación ocupacional por género. Por ejemplo, en hotelería la mayoría del personal de limpieza esta compuesto por mujeres, lo que se explica por su rol de género tradicional ligado a las tareas domésticas, ya que "se considera que las mujeres son más aptas para el trabajo de limpieza". En cambio, el rol de supervisión de estas tareas es realizado tanto por hombres como por mujeres.
También es común la brecha en los ingresos de hombres y mujeres. Estos son algunos de los resultados de la investigación Gramáticas de género en el mundo laboral. Perspectivas de trabajadoras y trabajadores en cuatro ramas del sector productivo del área metropolitana de Buenos Aires, realizada por Eleonor Faur, Oficial de Enlace de UNFPA en Argentina y por Nina Zamberlin, investigadora del CEDES. Esta investigación forma parte de la publicación "El Trabajo Femenino en la post-convertibilidad- Argentina 2003-2007" del Ministerio de Trabajo nacional.
Se busca secretaria
En todas las empresas estudiadas, se asigna el cargo de "secretaria" a las mujeres. Y esta segregación laboral se produce en el mismo momento de la contratación del personal. "Para muchos trabajos no se busca a la mejor persona posible para desempeñarlo, sino a un varón o a una mujer con determinadas características", dice el informe. Y agrega: "los atributos femeninos en base a los cuales se definen roles para mujeres incluyen prolijidad, paciencia, perseverancia, atención al detalle, agudeza visual, y actitud de servicio".
"Las mujeres son secretarias, administrativas, mucamas, y operarias para funciones que requieren motricidad fina. Estos cargos están exclusivamente destinados para ellas, por lo que el sexo suele ser un criterio excluyente en la búsqueda y selección de personal", subraya.
También se valora la flexibilidad, el orden y la paciencia de las mujeres, como su predisposición para servir al otro. "Sobra señalar que obedecer órdenes, organizar agendas, atender llamados, tipear o servir café, se entienden como funciones carentes de prestigio", aclara el estudio.
Así como son mayoría las vendedoras en la industria química/cosmética, en la línea de producción algunas empresas contratan exclusiva o mayoritariamente operarias mujeres, bajo el supuesto que las mujeres son más prolijas, tienen mayor capacidad de concentración, mayor agudeza visual y mejor motricidad fina, características consideradas importantes para envasamiento y etiquetado.
Otras cualidades femeninas buscadas para la línea de producción incluyen "la paciencia y la perseverancia".
Las investigadoras realizaron su tarea en base a entrevistas en profundidad a empleados y empleadas de empresas del sector servicios (hotelería con servicio de restaurante, software y publicidad) y del ámbito industrial (industria química cosmética) del área Metropolitana de Buenos Aires. "Estos sectores productivos no se caracterizan por ser tradicionalmente femeninos, pero en los años de crecimiento económico han evidenciado distintos escenarios en relación con el crecimiento del empleo sectorial y la feminización de sus ocupaciones", explican Faur y Zamberlin.

Servicio de habitación

En hotelería, la mayoría del personal de limpieza esta compuesto por mujeres, ya que "se considera que las mujeres son más aptas para el trabajo de limpieza". En cambio, el rol de supervisión de estas tareas es realizado tanto por hombres como por mujeres.
El cargo masculino es "jefe de ama de llaves" –a pesar de que las personas a su cargo son mucamas y no amas de llaves-, o mayordomo o butler; pero el mismo cargo para la mujer se denomina "gobernanta" o "ama de llaves".
Un rol definido como exclusivamente masculino por el hecho de tener que levantar objetos pesados es el de maletero: "son los maleteros los que están al lado de los recepcionistas y van aprendiendo en los tiempos libres, van ayudando a los recepcionistas, les van dando una mano. Van aprendiendo, y cuando surge la posibilidad de un puesto, intentamos que la gente que nos parece noble, que aprendió, mejore…" dice Liliana, gerente operativa de un hotel que testimonia en el informe. Éstos son los que ascienden.
Son escasas las recepcionistas mujeres. "Esto en algún sentido se contradice con la representación social de las mujeres como cálidas, delicadas, atentas y comprensivas y por lo tanto más adecuadas para las funciones de atención al público". Una forma posible de comprender esta aparente paradoja es que, mientras los cargos de recepcionista en oficinas y empresas de otras características son por regla ocupados por mujeres, "en los hoteles el acceso a un puesto en la recepción abre posibilidades de promoción", ofreciendo una carrera para quienes lo ocupan, analizan las investigadoras.

Demostrar el doble, para que se valore la mitad

Otra de las conclusiones de la investigación es que, en términos generales, se observó que las credenciales educativas de las mujeres entrevistadas eran mayores que las de los varones que ocupan puestos similares o superiores.
Las investigadoras encontraron una sobrecalificación de mujeres en relación con los puestos que ocupan. Hay ejemplos como el de una diseñadora gráfica que trabaja como mucama de hotel; una psicoanalista que se desempeña como gerente operativa del rubro hotelería, y maestras jardineras trabajando como operarias o administrativas. "Por otro lado-apuntan- hemos observado que todas las mujeres entrevistadas que ocupan cargos gerenciales cuentan con nivel universitario, mientras los varones no necesariamente tienen esas credenciales y acceden a iguales o mejores puestos que ellas".
Cuando se analizaron las cualidades que se tienen en cuenta para ocupar cargos jerárquicos, aparecen en la investigación escasas referencias sobre la capacitación y la formación profesional. "Esto presenta un obstáculo adicional para las carreras de algunas mujeres, que si bien cuentan con grados de calificación relativamente superiores a los de los varones, se topan con estructuras en las cuales dicha ventaja no es siempre valorada".
Otro dato: es común que las mujeres ingresen en cargos de menor jerarquía que los varones, aún teniendo igual o mayor calificación que ellos.
Es interesante observar que los cargos medios o altos que se encuentran ejercidos por mujeres no son denominados como "gerencias" o "direcciones", sino que en la organización se las denomina como "coordinadoras", y así también se reconocen las trabajadoras.
"En este sentido –dicen Faur y Zamberlin-, el papel de las mujeres como tendedoras de redes, organizadoras, 'armadoras' se expresa de forma nítida. Las mujeres, en buena parte de los puestos profesionales o intermedios, son quienes aceitan las relaciones entre las distintas áreas y preparan lo necesario para que aquellos que están por encima de ellas puedan desarrollar su creatividad o tomar las decisiones. Todas estas cualidades se vinculan más claramente con los estereotipos acerca de lo femenino".
La conclusión es que para las mujeres, el camino de acceso a cargos gerenciales es mucho más sinuoso y que a ellas se les exigen cualidades "prácticamente extraordinarias".

Exclusivo para mujeres

"A mí me molesta mucho cuando hago una entrevista, veo tu currículum, y recién después me entero que tenés un hijo y nunca me lo pusiste", testimonia en el informe Ricardo, Gerente de RRHH de un hotel.
Y la realidad es que la maternidad resulta un factor de discriminación para el acceso a ciertos puestos administrativos, como por ejemplo, los de secretaría.
Las empresas analizadas respetan los períodos de licencia por maternidad y la hora de lactancia correspondientes por ley, y también se muestran dispuestas a acomodar las necesidades de las mujeres, ya sea reprogramando o disminuyendo los horarios, suspendiendo o reduciendo la necesidad de que la trabajadora viaje.
"No obstante –consigna el informe-, solamente en una de las empresas multinacionales entrevistadas se ha encontrado una política de recursos humanos especialmente destinada a facilitar la conciliación entre el trabajo y las responsabilidades de crianza de las mujeres con hijos pequeños".
Esta política incluye: reinserción part-time luego de la licencia por maternidad para las mujeres que no optan por excedencia; a las empleadas cuyas responsabilidades incluyen viajes internacionales se les brinda la posibilidad de viajar con sus hijos hasta los 2 años de edad, y guardería en planta con amplios horarios de atención.
Estos beneficios son exclusivos para las empleadas mujeres. Desde la empresa se entiende que es la mujer quien se ocupa de los hijos y por lo tanto, los hijos de los empleados hombres no necesitarían el beneficio de la guardería ya que "se supone que los cuida la madre".
"Acá se asume que el hijo es de la madre, y tenés que demostrar que no está la madre para que sea del padre", asegura Lucía, ingeniera química de una empresa cosmética.

Transformaciones

En el caso de la industria del software, la escasa presencia de mujeres en carreras tradicionalmente masculinas, como ingeniería, genera un déficit de mujeres entre la población capacitada para acceder a cargos técnicos en este sector.
Si bien esta situación está atravesando una creciente transformación, favorecida por la diversidad de carreras que existen actualmente en este campo, el sector sigue siendo predominantemente masculino. Por otro lado, según afirman algunos de los entrevistados/as, habría un déficit generalizado de recursos humanos capacitados en el mercado de software.
En el rubro publicidad, a diferencia de los sectores software y cosmética, ya no parece jugar de forma definitiva la cuestión de la oferta de trabajo: "No ves directoras de arte o creativas, si te ponés a mirar son todos hombres…. No sé por qué en el área creativa hay tan pocas mujeres en puestos jerárquicos. Hay mujeres en puestos medios, hay un montón de mujeres, pero las duplas creativas son hombres", comenta Andrea, coordinadora de medios de una agencia.
Quizá lo más elocuente del informe de Eleonor Faur y Nina Zamberlin, es que definen a las mujeres que participaron de esta investigación con sus historias de vida, como "auténticas malabaristas".

Silvina Molina (ARTEMISA)

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