lunes, 27 de octubre de 2008

Colombia. Marcha indígena, un río humano que desafía a Uribe


Lo primero que harán los indígenas colombianos cuando se reúnan este domingo con el presidente Álvaro Uribe en la sudoccidental ciudad de Cali será preguntarle "con quién está sentado" "¿Está sentado con el movimiento indígena o está sentado con terroristas?"
Así lo adelantó Darío Tote, del poderoso Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) y miembro de su Comisión Política. Porque, tras la reiterada acusación gubernamental de que la masiva protesta aborigen iniciada el 12 de octubre es empujada por "el terrorismo", como Uribe llama a la guerrilla izquierdista, "la dignidad del movimiento indígena está herida", explicó.
Tote caminaba a la cabeza de un río humano que anduvo, temprano este sábado, los 10 kilómetros entre el poblado de Jamundí y Cali, capital del occidental departamento del Valle del Cauca. La columna de 40.000 manifestantes iba presidida por un grupo de teh' wala, los chamanes de la cultura nasa, que rociaban el camino con manotadas de agua, en su ritual de "refrescamiento" para que las puertas de la gran ciudad se abran. Otros 6.000 indígenas iban en camino a Cali desde el norte y el sur del país.
"Guardia indígena: guerreros milenarios", decía una gigantesca pancarta que portaban los manifestantes, recordando que esa fuerza civil de la Autoridad Indígena está a cargo de la seguridad de la protesta. Ni este sábado ni el jueves ni el viernes hubo enfrentamientos, pues la policía antimotines no entró en acción, aunque Cali amaneció fuertemente custodiada y era sobrevolada por helicópteros militares.
El presidente cedió a la exigencia indígena de una reunión cara a cara, luego de que el miércoles fueran reveladas pruebas de que la policía antimotines disparó contra la multitud en La María (en el vecino departamento del Cauca), resguardo designado por los aborígenes desde 2004 "territorio de convivencia, diálogo y negociación". La primera semana de disturbios dejó un saldo de tres indígenas muertos y unos 170 heridos, entre ellos 39 policías. Esa represión, y el hecho de que cada 53 horas es asesinado un indígena en algún lugar de Colombia, será el segundo punto del orden del día en el encuentro con el presidente, adelantó Tote.
Los indígenas recorrieron desde el martes el trayecto de cerca de 100 kilómetros entre La María y Cali. A partir del reconocimiento oficial de que la fuerza pública sí disparó, la represión cesó, y la marcha se ha desarrollado pacíficamente. Desde el viernes, la dirigencia indígena y el gobierno coordinan los detalles del encuentro mediante una comisión facilitadora integrada, entre otros, por el procurador general de la Nación (Ministerio Público) Edgardo Maya, la Defensoría del Pueblo (ombudsman), el senador nasa Jesús Antonio Piñacué y el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina.
En el grupo negociador del movimiento indígena "hay una comisión política y una comisión temática. Van además diferentes organizaciones, como los afro (las comunidades negras) y los corteros de caña" de azúcar, en huelga en la misma región desde el 15 de septiembre, dijo Tote a IPS. "Con ellos también estamos coordinando", indicó. "Desde luego, no vamos a movilizar a 25.000 personas para que hablen con él. Van a ir unas comisiones temáticas, y se habla con él", agregó, refiriéndose al presidente. Por su parte, Uribe aceptó reunirse con 200 personas, aunque en principio rechazó que a ella asistan los líderes de los trabajadores azucareros en huelga.
El CRIC y la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) esperaban este sábado la confirmación de la llegada de veedores internacionales invitados por los indígenas, para la audiencia de tres horas con Uribe. Se trata de "que los acuerdos con el presidente que se lleven el domingo sean cumplidos. Que no sea una firma más, un papel más, una reunión más, y que no se cumpla", según Tote. Entre los invitados hay miembros del cuerpo diplomático, del sistema de la Organización de las Naciones Unidas y algunos personajes mundialmente conocidos cuya confirmación será anunciada este domingo a las cero horas GMT.
Sin embargo, quizás las tres horas concedidas por Uribe resulten insuficientes. "Vamos a proponer que por lo menos nos atienda el día entero", indicó Tote. "Vamos a decirle que suspenda la agenda nacional, porque con nosotros es con calma. Despacio, porque nosotros hemos esperado mucho tiempo", advirtió Tote. "Que no nos vaya a salir, pues, con carreras". El fin de la violencia en la movilización y la reunión de los indígenas con Uribe son, para algunos observadores, importantes avances, que los propios aborígenes relativizan.
"Todavía no podemos decir que es un éxito, porque falta el debate. Con el presidente hay que sentarnos a hablar, primero, sobre el resarcimiento y el buen nombre del movimiento indígena. Nos ha dicho de todo: delincuentes, terroristas, guerrilleros...", dijo Tote. Antes de la publicación del vídeo que mostraba a un uniformado disparando contra la multitud, Uribe "dijo que teníamos que pedirle perdón a la policía. Nosotros no le vamos a pedir perdón a la policía porque hemos sido las víctimas del terrorismo de Estado", añadió.
Recapituló los triunfos de la Minga de la Resistencia Indígena y Popular, como denominan la movilización (minga es trabajo colectivo para el bien común): "Hemos logrado convocar al pueblo a que se movilice, a organizaciones sociales, sindicales, políticas, personalidades, intelectuales, académicos. Y bueno: nosotros tenemos claro para dónde vamos". Lo demás, va paso a paso: que efectivamente "el presidente se siente a dialogar, como ya lo dijo, el domingo", dijo el líder de la etnia coconuco, "que conversemos, y que luego se cumpla lo acordado".
Para que sea equitativo el uso de la palabra durante la cita, los indígenas proponen como moderadores al procurador Maya y al sacerdote Darío Echeverri, secretario ejecutivo de la Comisión de Conciliación Nacional, creada por la Iglesia Católica en 1995 para buscar soluciones políticas a la guerra colombiana de décadas, en la que se enfrentan guerrillas rebeldes con la fuerza pública y sus aliados paramilitares.
Poco después de las 22:00 GMT, el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, informó que habían sido "descubiertos" en Cali 36 morteros "de las FARC" (la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia). El ministro agregó que se investiga si estas armas iban a ser usadas contra Uribe durante su visita este domingo a la ciudad.
En vísperas de la visita de seis días a Colombia de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, su oficina local saludó el diálogo cara a cara de este domingo entre Uribe y los indígenas. La o­nU alentó a ambas partes "a alcanzar acuerdos que permitan superar las causas coyunturales y estructurales que subyacen en las legítimas reivindicaciones de los derechos de las comunidades indígenas", las cuales "tienen una protección especial en la normativa nacional e internacional".

Constanza Vieira (IPS) | Para Kaos en la Red


Y Uribe no llegó

La silla para Uribe quedo vacia (Foto:SDC) Cali, 26 de octubre: La reunión entre los integrantes de la Minga de los Pueblos, a la que se han sumado diversos sectores sociales además del indígena, y el presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, finalmente no se realizó.
A petición del mandatario colombiano, que había invitado a los sectores sociales a designar un lugar en el que se desarrollara el encuentro, añadiendo, además, que éste debía ser “público”, dado que “la ciudadanía tiene derecho a conocer todos estos temas en detalle”, la Minga por la Resistencia decidió que la reunión se realizara en los alrededores del Centro Administrativo Municipal (CAM) de la ciudad de Cali.
Desde tempranas horas de la mañana, alrededor de 40.000 personas marcharon hasta el lugar del encuentro desde la Universidad del Valle, en donde tras caminar cinco días habían llegado en el día de ayer. Mientras tanto, el Ministro del Interior, Fabio Valencia, declaraba a Radio Caracol que la reunión se realizaría en la sede de Telepacifico y con sólo algunos delegados indígenas. El representante gubernamental añadía que se había llegado a tal acuerdo en una reunión con dirigentes integrados en la Minga, punto que éstos niegan.
En conversación, Daniel Aguirre Piedraita, Secretario General del Sindicato Nacional de Corteros (SINALCORTEROS), señalaba que “Uribe está siguiendo la estrategia que toda la vida le ha jugado a los obreros colombianos: la estrategia de la mentira. Anoche salió por la televisión y dijo que venía a reunirse con las autoridades indígenas, pero que no se iba a reunir con los corteros. Hoy está demostrando que tampoco se va a reunir con los indígenas. Él pide a las autoridades indígenas y los indígenas trajeron al pueblo”. Para Feliciano Valencia, Consejero Mayor del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), “esta Minga es con todos y los corteros de caña han caminado con nosotros y cómo vamos a dejarlos solos. Hemos aclarado hasta la saciedad que esta Minga es con otros pueblos, con otros procesos, no sólo con los indígenas [...] Nosotros seguimos insistiendo en que se habla con toda la gente o no se habla con nadie, porque este proceso es colectivo y no podemos romper este esquema”.
Alrededor de las 12 del mediodía, los integrantes de la Minga, congregados en asamblea en los alrededores de la CAM, decidieron por aclamación esperar una hora más la llegada del Presidente, quien esgrimía razones de seguridad personal para no trasladarse hasta el lugar. A las 13:30 se propuso que la reunión se realizara en las instalaciones municipales aledañas con una representación de la Minga, a lo que se negó tanto la asamblea como el Gobierno. Según informaciones de Luis Evelis, Presidente de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), “sus organismos de seguridad no le garantizan a Uribe seguridad en este sector”. Durante la espera, Aída Quincue, Consejera del CRIC, manifestaba desde la platea que “si no viene es porque la Seguridad Democrática no está funcionando en el país, está dudando de su propia Seguridad. Somos pueblos dignos y es esa dignidad lo vamos a esperar aquí”. En conversación con kaosenlared, Luis Evelis añadía que “la doctrina de la Seguridad Democrática no es más que una estrategia de toda acción de guerra, de intimidación, de persecución a los líderes sociales y a los pueblos para garantizar la entrada de las multinacionales a nuestros territorios”.
Tras la intervención de la viuda de Taurino Ramos, muerto por las balas de la policía el pasado 16 de octubre en la comunidad de Paz y Convivencia de La María-Piendamó, comenzó el acto. Éste se realizó en presencia de la Comisión de Acompañamiento, conformada por representantes de la Iglesia, de la o­nU, de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), del pueblo kuna de Panamá y del emisario enviado por el juez español, Baltasar Garzón. Muy cuestionado en su país, a través de un mensaje de audio lamentó no poder asistir por razones de salud a la vez que ensalzaba al movimiento indígena por “distanciarse de quienes utilizan la violencia, las armas y el terror como métodos de lucha política”.
Entrada la tarde, el Gobernador del Valle del Cauca, Juan Carlos Abadía, trasladó a los presentes dos propuestas enviadas por Uribe. La primera consistía en escuchar vía telefónica un mensaje del presidente colombiano, quien le había confesado su interés por conversar con los sectores sociales. La segunda, realizar la reunión en Telepacífico con una comisión de 300 integrantes de la MINGA mientras se trasmitía toda ella por una pantalla gigante y se habrían los micrófonos a las intervenciones que los presentes quisieran realizar. Razones de seguridad, según el Gobernador, impedían que Uribe se trasladara al lugar, no por miedo a los indígenas, sino a grupos narcoterroristas y similares que podrían atentar contra el mandatario. Respecto a esta propuesta, Feliciano Valencia manifestaba que “la costumbre nuestra es que cuando yo voy a hablar con alguien cosas muy serias yo no puedo hacerlo ocultándome. Hay que dar la cara, se debe mirar a los ojos para ver si estamos diciendo la verdad”. Y añadía: “creo que no tiene voluntad de diálogo. Si la tuviera no se complicaría tanto”. La asamblea insistió en que el encuentro se debía realizar en persona, con todos los integrantes de la Minga y en el lugar escogido para tal efecto.
A pesar de algunas propuestas,como la llegada de boca de Valencia, de declararse en estado de resistencia permanente y de continuar la marcha hasta Bogotá, aproximadamente a las 17 horas la Minga marchó de nuevo hacia las instalaciones de la Universidad del Valle, en donde pasarán la noche y se decidirá cuáles son las acciones a tomar.
Según el Presidente de la o­nIC, “con que [Uribe] hubiese venido a dar la cara, a decir que no podía conversar en estas condiciones, a comprometerse a un diálogo serio, yo creo que hubiera ayudado a distensionar el ambiente”. Preguntado por las consecuencias que este desencuentro pueda tener, el dirigente indígena manifestaba: “Yo tengo la esperanza de que no se cierren los canales para un diálogo, así sea en otra ocasión. Y quiero hacer un llamado al Presidente para que a pesar de que hoy no se haya dado la posibilidad, mantenga la voluntad de diálogo con los pueblos indígenas. Nosotros tampoco podemos quedarnos en una confrontación permanente. Tenemos que generar mecanismos en donde pongamos en la mesa las verdades, pero con ánimo de superar los conflictos sin tener que recurrir a vías de hecho y que luego el Gobierno utilice la fuerza con saldos tan lamentables como los que hemos tenido en esta manifestación”.

Sergio de Castro Sánchez en Kaos en la Red

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