domingo, 15 de diciembre de 2024

El salario de “mil cien dólares” roza la línea de pobreza en Argentina


La Canasta Básica Total llegó a $1.001.466 en noviembre.

 Según las mediciones del Indec, en noviembre, una familia de cuatro integrantes necesitó $1.001.466 para no ser pobre. Se trata de una cifra inalcanzable para muchísimos hogares, que, además, está subcalculada dado que representa el costo de una Canasta Básica Total en la cual no están contemplados gastos básicos como el alquiler.
 Recordemos que Javier Milei festejó por cadena nacional que el salario promedio del sector privado registrado (medido por el Ripte) llegó a $1.146.474,18 en octubre (1.100 dólares según sus palabras). Sin embargo, lo anterior no tiene nada de celebrable ya que, entre diciembre 2023 y octubre 2024, el mismo aumentó 136,7%, mientras que la inflación acumulada del período fue de 159,69%. 
 Además, como podemos ver, apenas supera la línea de la pobreza. Es decir, al promedio de los trabajadores bajo convenio a duras penas le alcanza para costear la canasta básica, pero, sin embargo, no llegaría a cubrirla si esta incluyera el gasto del alquiler. Ni qué decir de la situación que atraviesan los empleados estatales y los del sector no registrado, cuyos sueldos son aún peores. Finalmente, tamaña confiscación salarial no hubiera sido posible sin el concurso de las direcciones sindicales burocráticas, que, a espaldas de las bases, han firmado acuerdos paritarios a la baja. 
 Por otra parte, asistimos al despropósito de que un trabajador que gana el equivalente a 2,3 canastas de pobreza ya debe tributar Impuesto a las Ganancias, lo cual demuestra a todas luces el carácter ultraregresivo de la política impositiva del gobierno. Así las cosas, la posibilidad de ahorrar en función de comprar una casa, un auto o conocer el mundo está vedada para el grueso de la población trabajadora, inclusive aquella con mayor estabilidad laboral. 
 A su vez, la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que establece la línea de indigencia, se situó en $439.240. Aquí vale desenmascarar la mentira del gobierno, que llegó a afirmar que la suma de la AUH y la Prestación Alimentar alcanzó bajo su mandato el 99% de la CBA, cuando en realidad -en el caso de un grupo familiar con dos hijos- cubre solo el 60% de la misma. Mientras tanto, sigue desabasteciendo a los comedores populares, de los cuales depende el plato de comida de miles de niños en los barrios. 
 La gestión libertaria no hace más que falsear la realidad para intentar ocultar lo inocultable: que en el transcurso de un año ha hundido en la pobreza y en la indigencia a amplios sectores de la población para beneficiar a un puñado de capitalistas, y, como si fuera poco, promete profundizar la motosierra y las reformas antiobreras, agravando la masacre social. Se tiene que ir. 

 Sofía Hart

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