El hecho destapa un nuevo escándalo en el entorno de la clase política capitalista, cuando sale a la luz que el senador oficialista habría realizado seis viajes a Paraguay en el último tiempo, la mayor parte de estos acompañada de su secretaria Iara Guinsel Costa, a quien señala como la “dueña” de los dólares no declarados, como parte de su coartada.
Kueider llegó al Senado en 2019 por la fuerza Unión por la Patria y en representación de la provincia de Entre Ríos, y es uno de los senadores “colaboracionistas” que integra actualmente la mayoría oficialista, la cual se vería afectada por una eventual separación del mismo, quien al parecer pedirá licencia en sus funciones.
El senador en la mira tampoco viene con la “ficha limpia”, ya que cuenta con dos causas por supuesto enriquecimientos ilícitos, una en la Justicia entrerriana y otra en la Justicia Federal, a cargo de la jueza Sandra Arroyo Salgado, donde es investigado por su eventual vinculación en el cobro de sobornos.
Kueider tampoco tiene forma de explicar de dónde salió el dinero incautado por la Justicia paraguaya: en 2022 y 2023 no presentó sus declaraciones juradas, y en 2021 solo declaró 8.500 dólares, dos inmuebles, 1,5 millones de pesos y dos vehículos.
El intento del senador por desentenderse de los montos incautados es incluso posterior a su primera negativa a colaborar con las autoridades paraguayas, ante las cuales, en un primer momento, no puedo justificar el origen de dichos fondos.
El caso de Kueider pinta de cuerpo entero al régimen político capitalista, involucrado en negocios turbios e investigados por enriquecimiento ilícito y sobornos. Esta es la “gente de bien” con la cual el oficialismo construye mayoría en el Senado y quienes se mueven con total impunidad en el país, mientras que el gobierno persigue y los luchadores y activistas, allana decenas de comedores populares y arma causas truchas contra militantes piqueteros y sociales.
El gobierno, por su parte, es responsable intelectual de estos ilícitos, partiendo de las declaraciones del presidente Javier Milei quien calificó como “héroes” a los jugadores de divisas, y con un blanqueo de capitales que es un cheque en blanco para el lavado de dinero y el narcotráfico, donde no se investiga a nadie y se extienden garantías para los evasores. Los “libertarios” premian a los corruptos y a la casta y sus chanchullos, mientras se embeben en un discurso de “transparencia y honestidad”.
Este escándalo también podría complicar los “equilibrios” del Senado, restando un voto oficialista en una ajustada mayoría “impropia”, aunque sin descartar tampoco nuevos pasajes de bando y favores circunstanciales de casta a casta para que el gobierno siga pasando su ajuste antiobrero con la colaboración de la oposición patronal.
Hay que investigar a fondo las implicancias de este hecho y poner de relieve la trama de negocios ilegales detrás de estas operaciones, y la eventual participación el gobierno en los mismos. Quienes nos gobiernan tiene las manos sucias y, con ellas, acusan a los luchadores honestos para cubrir sus miserias y negocios. Ya tendrán que rendir cuenta de sus acciones ante los trabajadores y la huelga general.
Marcelo Mache
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