La elección, con Macri (Milei) de un lado y Massa, del otro, se ha convertido en una pelea entre dos antiguos socios. Massa apoyó toda la gestión del macrismo, hasta el derrumbe financiero de abril de 2018, e incluso el acuerdo con el FMI que había impugnado el bloque minoritario del kirchnerismo. El hundimiento de esa operación de financiamiento internacional volcó a Massa a la articulación de una alternativa al derrumbe del radical-macrismo.
Naftas y tarifazos
Ahora, el ministro-candidato asiste al hundimiento de su propia salida. En ocasión de la crisis de abastecimiento de las naftas. Massa salió precariamente del atolladero, mediante un aumento de tarifas y una reducción de impuestos a refinadoras y exportadores de petróleo. Los petroleros, incluyendo a YPF, embolsaron el aumento y los beneficios impositivos, pero pusieron a Massa en pronóstico reservado. En definitiva, le hicieron saber a Massa y a Milei que el régimen de precios controlados -con un precio para el mercado interno y otro para la exportación- se encuentra agotado. El tarifazo en los combustibles es la llave del famoso “cambio de precios relativos” que los economistas de los dos bandos auguran para la próxima gestión. Los capitales petroleros han advertido que la movilización de Vaca Muerta depende enteramente de la libre comercialización de los combustibles.
La elección
La paridad de las encuestas entre Milei y Massa, en este cuadro, no es solamente el resultado de la adscripción de una parte del macrismo a la candidatura libertaria. La ventaja oficialista de la primera vuelta se escurre en medio de una crisis social galopante. Con el aparato de la burocracia sindical, de las organizaciones sociales oficialistas y del propio Estado, el oficialismo no ha logrado montar una movilización política en favor de la candidatura de Massa. Del otro lado de estos aparatos, hay una masa obrera que asiste a la licuación de sus salarios y sus jubilaciones.
Las encuestas revelan también un índice importante de votos en blanco o abstenciones; una parte creciente del electorado ha decidido privar de mandato al próximo presidente, Un constitucionalista, Felix Lonigro, tachó al voto en blanco de “subversivo” y pasible de castigo penal. El boicot a los dos candidatos sería un golpe de inicio a la “gobernabilidad” – cuando se producirán las devaluaciones y los tarifazos.
Política Obrera está llevando adelante una campaña de agitación y propaganda política por el voto en blanco. El próximo 16 de octubre culminará con un acto público. Convocamos a rechazar las candidaturas capitalistas con un programa de reivindicaciones inmediatas e históricas de la clase obrera.
Marcelo Ramal
07/11/2023
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