En el debate presidencial del domingo se puso de manifiesto que la contribución del peronismo –y en especial de su candidato Sergio Massa– en la creación de Javier Milei fue muy importante. Para mostrar las contradicciones de su discurso, Massa le recordó a Milei su paso como asesor del Frente Renovador, algo que el “libertario” confirmó ahí mismo. Esto, casi antes de que ambos coincidieran en bancar al trumpista Rudolph Giuliani.
Luego, Carlos Maslatón, que fogoneó a Milei en sus inicios -hasta no hace mucho- se encargó de dar los detalles de cómo el massismo jugó un rol clave en el crecimiento de este. Dijo que Massa financió al “libertario” para quitarle fuerza y votos a Juntos por el Cambio. El analista financiero acompañó al ministro-candidato al debate, apareciendo como un liberal que banca su planteo de “unidad nacional”.
Los vasos comunicantes entre uno y otro contendiente expresan un terreno común. A principios de julio, salió a la luz que Malena Galmarini, la esposa de Massa, estaba detrás del armado de listas para LLA en Tigre. Juan Cervetto, candidato a primer concejal de Milei en Tigre, es un massista confeso y funcionario del municipio. En Escobar, el candidato a intendente de la fuerza libertaria fue Eduardo Gianfrancesco, quien responde al Frente Renovador. Juan José Colombatto, que fue como segundo candidato a concejal en San Fernando, forma parte de una coalición ligada al massismo.
En San Isidro, el candidato a intendente de Milei fue Rodolfo Paolucci, hermano del marido de Bernardita Galmarini –media hermana de Malena. Y así hay más ejemplos (José C. Paz, Moreno, Merlo, Avellaneda). En la provincia de Buenos Aires en general, las listas de LLA se nutrieron de elementos reciclados de los partidos del establishment (PJ, PRO, Partido Demócrata, etc.).
Como se ve, la opción “democracia o fascismo” que agita la campaña de Massa busca atrapar el voto de los trabajadores y de todos aquellos que se sienten atemorizados por un gobierno del liberfacho, el negacionismo y toda la parafernalia derechista. El “demócrata” le dio manija al “facho” para que su responsabilidad en los dos nuevos millones pobres, en el robo a los jubilados, en la caída del salario, etc. pase a segundo plano, y así lograr capturar el voto de las víctimas de su propio gobierno. Tan poco le importa combatir al “fascismo” que en el debate el candidato de Unión por la Patria fue a mostrar su perfil derechista y por eso -entre otras cosas- no hizo ninguna referencia al negacionismo o las barbaridades represivas de Victoria Villarruel.
Como dijera Gabriel Solano, dirigente del Partido Obrero, “el balotaje no es una disputa entre ‘fascismo o democracia’ sino entre viejos socios ajustadores del pueblo”.
Milei, que capitalizó el hartazgo de la población con los sucesivos gobiernos, es en realidad una creación de los propios partidos de la “casta política”. No es ninguna vía para sacar del poder a los Massa. Ha estafado a sus votantes y a quienes veían en él algo nuevo.
Nunca podrá sacar a la Argentina de la bancarrota en la que está ni a los trabajadores de la pobreza porque, al igual que Massa, es un político capitalista que pretende avanzar en ajustes antiobreros más pronunciados y en una mayor entrega del país al capital financiero internacional.
En su momento, desde Prensa Obrera dijimos que “si votas a Milei te sale un Massa”. A juzgar por el armado de las listas, por sus coincidencias en implementar una ofensiva de fondo contra los trabajadores y en apoyar el genocidio sionista en Gaza, y por los lazos que los unen, no nos equivocamos para nada.
Prensa Obrera
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