En una exposición extendida en el tiempo, Asiain se pronunció por no pagar los vencimientos de los próximos días con el FMI y, de un modo general, dejar en suspenso la negociación del acuerdo y describió las consecuencias sombrías que tendría su firma. Denunció que el préstamo de facilidades extendidas requerirá como contrapartida un régimen de supervisión trimestral de las cuentas del país – en sus propias palabras, “tendrá a la Argentina en vilo, y siempre a las puertas de un eventual default”. Se valdrá para ello del método de pago de esa deuda, que parte de una entrega de dinero por parte del FMI para que Argentina cancele la deuda original, menos el monto de la cuota a pagar que establece el acuerdo renegociado. El mango de la sartén lo tiene el FMI.
El hombre del oficialismo caracterizó a ese régimen económico como un “cogobierno” (entre Fernández-Guzmán y el FMI). Un portal de noticias que recogió la nota dedujo que “el Frente de Todos se partió” (Urgente24), aunque Asiain no representa tanto y el principal medio televisivo del gobierno, bajo la tutela de Cristóbal López, no le mezquinó tiempo de transmisión. Un “canario en la mina” es siempre portavoz de un derrumbe. Este es, precisamente, el eje de los Lineamientos de la situación nacional que acaba de ser presentado para el debate del Congreso de Política Obrera. En el texto que está publicado en esta misma página, se señala que “La bancarrota financiera de un estado se encuentra asociada siempre a una crisis de poder. Así ocurrió con Isabelita, Galtieri, Alfonsín y De la Rúa; el kirchnerismo perdió en 2015, y a Macri lo salvó el ‘gong’ en el último round”.
“Lo vamos viendo”
La intervención de Asiain sirvió también para desnudar la inconsistencia de la izquierda kirchnerista, un daño coleteral del planteo del economista del oficialismo. Asiain encubrió cuidadosamente al mega-ajuste ya consumado por el gobierno de los Fernández en aras de arrimar posiciones con el FMI, sin la necesidad de que el FMI autorice cada partida de gasto del Presupuesto. Es lo que ha ocurrido con las jubilaciones, los salarios estatales y, más recientemente, la poda de partidas sociales para el año 2022. Fueron dos años de subsidios al capital local, más allá incluso de los Repro y ATR, porque la burguesía importó insumos a la cotización dólar en el mercado oficial para vender el producto elaborado a la cotización del dólar paralelo. Mientras despliega bravatas contra la “deuda que nos dejó Macri”, el gobierno convoca a audiencias para subir las tarifas de gas y luz, sin el menor examen de los costos de producción, tomando como referencia el precio internacional, que incorpora una enorme renta minera.
En el final de su exposición, Asiain dejó en claro que ni él ni la izquierda K no pretende repudiar la deuda, algo que de todos modos no hace falta aclarar, porque lo repiten todos los ‘izquierdistas’ del oficialismo. “Dejemos en suspenso los pagos y seguimos negociando, lo vamos viendo”, no incluye a la deuda pública local y externa por u$s 150 mil millones; la de las provincias, por u$s 25 mil millones; la deuda externa privada, que se paga con reservas internacionales, por decenas de miles de millones de dólares – ni la que ha contraído el Banco Central en pesos, equivalente a u$s 40 mil millones. Otros medios izquierdistas del kirchnerismo anuncian, en cambio, el envío inminente de una carta de intención al FMI, para evitar una corrida cambiaria y bancaria (Roberto Navarro, director de El Destape). Podría ocurrir que se envíe esa carta este fin de semana con el pedido de incorporar al paquete de pagos los vencimientos del viernes y lunes próximos.
La suspensión de pagos es siempre un episodio más de una negociación. Claro que los ´jugadores´ son muchos, desde los fondos internacionales y nacionales y los bancos con titulos de deuda pública en su poder, hasta entidades financieras que financian el comercio exterior a corto plazo. Está también un acreedor de fuste – el club de París, cuya préstamo fue renegociado por varias generaciones de financistas. Encima hay litigios por deuda en NY. La ´suspensión´, dejando las manos libres a todos estos buitres para operar en beneficio propio, acentúa la crisis de poder y agrava las injurias sociales contra los trabajadores.
La burguesía semi-oficialista, como el complejo exportador agro-industrial, los explotadores de Vaca Muerta y del Atlántico Sur o los exportadores de autos y los industriales de construcción, e incluso la burocracia sindical han advertido que no hay alternativa a la firma del acuerdo con el FMI. El gobierno y sus colegas de la oposición macrista pretenden ser estadistas, pero no pasan de mercachifles. La izquierda kirchnerista corre atrás de ellos.
Estos izquierdistas buscan evitar que los trabajadores hagan verdadera política en esta crisis, por medio de una lucha por la recuperación de conquistas sustraídas, por la salida integral a la pobreza y a la falta de trabajo y por un verdadero plan de lucha por el Covid Cero en el mundo del trabajo.
Para acabar con el desangre que impulsa el FMI y los fondos internacionales, es necesaria una ruptura histórica con el capital, para reconstruir la sociedad sobre bases socialistas. Esto requiere una lucha política propia de la clase obrera y un gobierno de trabajadores. El charlatanerismo fondomonetarista de la pseudo izquierda K tiene, por el contario, una función contrarrevolucionaria – como lo es apoyar al gobierno de los Fernández, Guzmán y Manzur.
Marcelo Ramal
26/01/2022
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