Elecciones
En medio de todos los desequilibrios sanitarios, sociales y económicos el gobierno se ha aferrado a la perspectiva del acuerdo con el FMI como eje ordenador de su política – por sobre todo de las elecciones de octubre. Otro editorialista, Claudio Jacquelin señala en “La Nación” que una victoria electoral del FdT reforzaría la condición de AF para “cerrar un acuerdo con el Fondo” (22.1). El FMI, dice, está consintiendo la pretensión del gobierno de correr la firma de un acuerdo para después de las elecciones. Pero el precio de esa prórroga es que Fernández-Guzmán brinden ahora señales claras sobre las implicancias de ese arreglo. La licuación de las jubilaciones –nueva movilidad- y de los salarios están en esa agenda desde el principio de esta gestión. Otras cuestiones, han dado lugar a diferentes choques.
Mientras Guzmán reclama por una “normalización” de tarifas, el kirchnerismo teme que los tarifazos le infrinjan un grave golpe electoral. Los monopolios petroleros quieren resarcirse del retraso tarifario a costa de los productores de biocombustibles, cuya tajada en la producción de naftas quieren ver prorrogadas. La exigencia ha desatado una rebelión entre los diputados oficialistas de las provincias productoras, y la posibilidad de una sesión especial arrancada por una parte de la bancada del FdT en colusión con el cambiemismo (La Nación, 22/3). Fernández-Guzmán han prometido al FMI que el déficit fiscal del 2021 no superará el 3-4%. Pero la mora en los tarifazos refuerza la corriente de subsidios. Por sobre todas las cosas, la “conducta fiscal responsable” es contradictoria con la segunda ola y la penuria vacunatoria, que el gobierno pretende afrontar sin un refuerzo de la asistencia social. Naturalmente, del ajuste fiscal quedan eximidos los grupos capitalistas que continúan recibiendo Repros y otros subsidios.
Y después
Pero las contradicciones planteadas en este esquema ‘ordenador’ de la grieta patronal son todavía mayores. La pretensión de prolongar los pagos con el FMI a veinte años es un reconocimiento de que Argentina no tendría ninguna condición para hacerlo en 7 o 10. En cualquier caso, el acuerdo con el FMI -¡y principalmente si concede una extensión de plazos!- planteará la cuestión de las “reformas estructurales” –jubilatoria y laboral- .y una nueva agresión a las masas después de la perpetrada por el macrismo y, ahora, por la pandemia y su “gestión”.
Este horizonte explosivo está presente hoy en las huelgas y autoconvocatorias de los docentes y trabajadores de la salud; en las luchas fabriles por los protocolos sanitarios y contra el desmantelamiento patronal de las medidas de emergencia –sanitarias, transporte- planteadas por la pandemia; en las movilizaciones crecientes de los desocupados.
La hoja de ruta trazada por el gobierno –de las elecciones al acuerdo con el FMI- está plagada de contradicciones explosivas.
Marcelo Ramal
22/03/2021
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