viernes, 26 de marzo de 2021

Cómo resolver la provisión de vacunas


Una propuesta para debatir urgente en toda la comunidad científica y en el movimiento popular. 

 La vacunación se ha convertido en una carrera contra el tiempo. La situación que enfrentan nuestros países vecinos anticipa el alcance que puede alcanzar la pandemia en Argentina, en las próximas semanas, con la llegada del otoño. En Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile, todos países limítrofes, los sistemas de salud están siendo desbordados, lo que deriva en un crecimiento de la mortalidad. En Brasil, por ejemplo, los fallecidos diarios están superando las 3.000 personas y los contagios se acercan a los 100.000. En Uruguay, que había sido puesto como modelo hace meses atrás, los casos crecen de modo exponencial. En los últimos días rondan los 1.500 contagios diarios, lo que llevado a la población de nuestro país equivaldría a 45.000. En Chile, a pesar de que la vacunación ha sido mayor que en el resto de los países de la región, los casos también están en ascenso y el gobierno debió tomar medidas de confinamiento. 
 Aunque a un ritmo aún menor, en nuestro país los casos también están en ascenso. En los últimos días, el promedio de crecimiento osciló entre el 15 y el 25%. A la cabeza marcha la Ciudad de Buenos Aires, que volvió a registrar contagios superiores a los 1.000 casos diarios. La experiencia indica que esta dinámica de la Ciudad de Buenos Aires anticipa lo que sucederá luego en el resto del país. A diferencia de lo sucedido en Europa, en nuestro país los contagios nunca se redujeron de modo significativo. Convivimos durante meses con una “meseta alta” de entre 4.000 y 6.000 casos, pero todo indica que esa situación ya es parte del pasado. La segunda ola que azota a América Latina ya ha llegado a la Argentina. Los días por venir irán marcando un ascenso de los casos. También ya se ha detectado la circulación de las cepas más contagiosas, sea la de Manaos o la del Reino Unido. El gobierno, sin embargo, se ha resistido a cerrar las fronteras, para no afectar el funcionamiento económico del país.
 La llegada de la segunda ola puede ser particularmente grave, porque se han incumplido los planes de vacunación anunciados una y otra vez. Aún no se ha vacunado a la totalidad del personal de salud, sobre todo a quienes desarrollan su actividad en el sector privado. Mucho peor es la situación de los mayores de 60 años, que se sabe representan a la franja etaria con mayor porcentaje de mortalidad. Se estima que en total los mayores de 60 años representan unas 8 millones de personas, de las cuales solo una minoría fue vacunada. Esto se debe al retraso en la llegada de las vacunas y a que una de ellas, la llamada vacuna china, recién ahora fue autorizada para los mayores de 60 años. En el caso de la Ciudad de Buenos Aires, que concentra una población de mayor edad, aún no se abrió la inscripción para los mayores de 70 años. Otra situación grave se concentra en los geriátricos, cuyo ritmo de vacunación es muy lento, siendo que la experiencia internacional advierte que son un foco muy alto de mortalidad.
 El incumplimiento del plan de vacunación es manifiesto. Si bien es cierto que la situación se repite en todos los países del mundo, también lo es que no se da de un modo uniforme. Los países con mayor poder económico concentran la mayor cantidad de vacunas. La OMS denunció que los diez países más ricos han acaparado el 95% de las vacunas fabricadas hasta el momento. Semejante acaparamiento no solo es injusto sino que conlleva un riesgo epidemiológico enorme, dado que al dejar sin vacunas a la mayoría de la población mundial se permiten nuevas mutaciones del virus que pueden quedar por fuera de la inmunidad que otorgan las vacunas existentes. 
 En el caso de Argentina, el retraso no es solo con los países centrales sino también si lo comparamos con nuestros vecinos. Según la información oficial, el gobierno habría comprado 65.400.000 vacunas, de las cuales recibió 4.380.540 -es decir, un 6,6%. Del total recibido ya habrían sido aplicadas 3.328.933, siendo 2.694.454 de la primera dosis y 634.479 de la segunda dosis. Esto muestra que pasado ya casi tres meses de iniciado el plan de vacunación solo recibió la inoculación completa el 1,39% de la población. Con las últimas vacunas recibidas, la calculadora de Bloomberg estima que la inmunidad colectiva se logrará recién en 21 meses a este ritmo. Esto sería para finales de 2022 o principios de 2023. Ante la escasez de vacunas, el gobierno está evaluando suministrar una dosis en vez de dos, lo cual reducirá su efectividad. 
 La falta de vacunas no afecta a todas las clases sociales por igual. No solo los amigos del poder acceden a los vacunatorios vip. Los empresarios y personas de mayores recursos viajan al exterior para proveerse una vacuna. Los sectores de la derecha en esa misma línea han planteado que se habilite la compra particular de la vacuna para quien la pueda pagar. En condiciones de una fuerte restricción de la oferta, esto dejará a las personas con menores recursos en la mayor vulnerabilidad sanitaria. 
 Paradójicamente, mientras el gobierno se ampara en que no consigue vacunas en el mercado mundial, en Argentina se fabrica el compuesto activo de AstraZeneca-Oxford en la planta que es propiedad del empresario Hugo Sigman, en la localidad de Garín, partido de Tigre. De acuerdo con la división del trabajo establecida por el laboratorio AstraZeneca, ese compuesto activo es exportado a México para su envasado. Según su propietario, en la planta se van a fabricar entre 150 y 250 millones de dosis, cuyo destino es América Latina, con excepción de Brasil que tiene una provisión independiente. De este total ya se habían enviado a México más de 20 millones, pero por demoras de distinto tipo el proceso de envasado no se llevó adelante. 
 Argentina firmó un contrato el año pasado de provisión de 22.400.000 millones de dosis de esta vacuna, a lo que luego adicionó 1.160.000 provenientes de una planta de Sudáfrica. Sin embargo, al momento solo recibió 580.000, menos de un 3%. La empresa se excusa en problemas de provisión de vidrios y de filtros de la planta mexicana, pero lo cierto es que esa demora coloca en crisis el plan de vacunación del país, ya que el contrato firmado representa un tercio de las vacunas compradas por el gobierno. Varios medios, entre ellos El País de España, han tomado nota de la situación mostrando que Argentina produce una vacuna en grandes proporciones mientras su población y la de América Latina está carente de ellas. 

 Gabriel Solano

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