La aclaración viene a cuento de quienes se sorprenden por el uso del vocablo “Nuestramérica” o “nuestroamericano/a”, que distingue a la EEUU y a Canadá por un lado y a la América Latina y al Caribe por el otro bajo un apelativo que los unifica en un destino común: la patria grande.
La introducción tiene relación con una consideración generalmente aceptada e incluso inscrita en la política exterior estadounidense de considerar a toda la América como territorio propio y, por ende, sujeta a intromisión. Existe una larga historia de intromisión estadounidense, justificada desde la defensa de los intereses nacionales de ese país imperialista. En ese sentido me llamó la atención el reporte de salud 2020 del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU[1]. Una curiosidad, en el sitio figura como “informe 2019” y al ingresar al documento, aparece el reporte citado con información sobre el 2020[2].
El documento tiene una introducción a cargo de Alex M. Azar II, el Secretario de Salud y Servicios Humanos del gobierno Trump. Entre muchos aspectos interesantes me concentro en el capítulo referido a la protección de la salud de los “americanos” en dónde vivan, estudien, trabajen (objetivo 2). En la página 49 del texto puede leerse que la Oficina de Asuntos Globales (OGA):
“utilizó las relaciones diplomáticas en la región de las Américas para mitigar los esfuerzos de los estados, incluidos Cuba, Venezuela y Rusia, que están trabajando para aumentar su influencia en la región en detrimento de la seguridad de Estados Unidos.”
Para ser enfáticos: la diplomacia estadounidense contrarrestó la iniciativa de otros Estados, especialmente Cuba, Venezuela y Rusia, los que afectan la “seguridad de EEUU”. Una grosería reconocida en un documento oficial de una agencia estadounidense. El mismo informe señala que la Oficina de Asuntos Globales (OGA) coordinó:
“con otras agencias gubernamentales de EE. UU. para fortalecer los lazos diplomáticos y ofrecer servicios técnicos y asistencia humanitaria para disuadir a los países de la región de aceptar ayuda de estos estados mal intencionados. Los ejemplos incluyen el uso de la oficina del Agregado de Salud de OGA para persuadir a Brasil de rechazar la vacuna rusa COVID-19 y ofrecer asistencia técnica a los CDC en lugar de que Panamá acepte una oferta de médicos cubanos.”
Más claro imposible. EEUU boicoteó el acceso de Brasil a la vacuna de origen ruso “Sputnik V”, siendo el país de la región más afectado y el segundo en todo el mundo (luego de EEUU) en cantidad de contagios (11.519.609) y muertes (2.665.749) por el COVID19.[3] La situación de colapso actual está asociado a la afinidad electiva entre la política de Donald Trump y de Jair Bolsonaro. Pero también se explicita la intervención para el rechazo de Panamá a la presencia solidaria de la Misión de Salud de personal cubano, tal como sí ocurrió en varios países, entre otros en Italia. Panamá acusa a la fecha, según la fuente citada 348.155 contagios y 6.005 fallecidos. Vale mencionar que la Misión sanitaria de Cuba está siendo candidata al Premio Nobel de la Paz por un conjunto de organizaciones y personalidades del mundo. Resulta interesante leer al respecto:
“El Consejo de Asuntos Hemisféricos (Council on Hemispheric Affairs, COHA) se complace en anunciar que ha postulado formalmente a la Brigada Médica Internacional Henry Reeve para el Premio Nobel de la Paz 2021, en una presentación formal entregada el pasado 22 de enero, al Comité del Premio Nobel en la ciudad de Estocolmo, Suecia. Por más de 40 años el COHA ha proporcionado un análisis ético y crítico de las relaciones entre Estados Unidos y América Latina, además de estudiar la cultura, políticas y programas sociales de Cuba. Desde sus primeros años, la Brigada Médica Internacional Henry Reeve, patrocinada por el gobierno de Cuba, ha brindado suministros médicos y cuidados de salud de alta calidad a cientos de miles de personas desfavorecidas y desatendidas a través del mundo. Los servicios que ha brindado incluyen tanto la prevención como el tratamiento. A través de la construcción de puentes de entendimiento entre diferentes países, independientemente de sus culturas e ideologías, el mensaje que ha enviado la Brigada Henry Reeve es de solidaridad y paz. Es en este sentido que la Brigada Henry Reeve representa lo mejor de la cooperación internacional por el bien de la humanidad.”[4]
En el mismo reporte del saliente Secretario de Salud de EEUU se lee el beneplácito por el restablecimiento de la cooperación con Bolivia durante el 2020 poniendo de manifiesto que ello contribuye a:
“Fortalecer los lazos en la región, lo que es importante para influir en los foros regionales y multilaterales, incluida la Organización Panamericana de la Salud. Mejorar las relaciones y la colaboración técnica también es importante para la seguridad sanitaria de Estados Unidos y aumentar la capacidad de Bolivia para prevenir, detectar y responder a brotes.”
No hay dudas de los intereses en juego para la política exterior de EEUU, especialmente en su manipulación en los organismos internacionales, caso de la OMS o la OPS. Respecto de la mención a Bolivia, resulta de interés recordar que en estos días fueron capturados para enjuiciamiento a las/os principales responsables del golpe de Estado en Bolivia de fines del 2019, los mismos que restablecieron esas relaciones destacadas por el funcionario de Trump en salud. Lo mejor para Nuestramérica, fuertemente afectada por el COVID19 y la dependencia capitalista es la consolidación de un proyecto de emancipación.
Julio C. Gambina
Notas:
[1] Reporte anual 2020, en: https://www.hhs.gov/sites/default/files/2020-annual-report.pdf (consultado el 16/03/2021)
[2] Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE. UU. (HHS), en: https://www.hhs.gov/about/index.html
[3] https://www.arcgis.com/apps/opsdashboard/index.html#/bda7594740fd40299423467b48e9ecf6
[4] Council on Hemispheric Affairs, COHA. COHA tiene el honor de nominar a la Brigada Médica Internacional Henry Reeve para el Premio Nobel de la Paz 2021, en: https://www.coha.org/coha-tiene-el-honor-de-nominar-a-la-brigada-medica-internacional-henry-reeve-para-el-premio-nobel-de-la-paz-2021/
Julio C. Gambina. Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, FISYP.
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