Los datos del Indec del cuarto trimestre de 2020 vienen a reflejar lo que ya era una realidad conocida: "La desocupación subió del 8,9% al 11% y hay más de 5 millones de personas con problemas de empleo. Los desocupados suman más de 2.200.000 y 3 millones los subocupados", pese a la prohibición de despidos y a la doble indemnización.
"El empleo se redujo del 43 al 40,1% de la población total, de acuerdo a las cifras de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC. Con estos números, y proyectado a todo el país, en el IV Trimestre del año pasado había 2.230.000 desocupados, 340.000 más que en igual periodo de 2019 y 1,1 millón de ocupados menos" (Clarín, 25/3).
Al número de desocupados (técnicamente, aquellos que no tienen trabajo y salen a buscarlo) hay que sumarle a aquellos que no tienen trabajo y por alguna razón u otra han dejado de buscar y para el INDEC no son desocupados sino población no activa. "El INDEC destaca que la tasa de actividad, que mide la población económicamente activa (PEA) sobre el total de la población, en el cuarto trimestre fue del 45%: son 2,2 puntos porcentuales por debajo del 47,2 de igual trimestre de 2019. Son 810.000 de personas activas menos" (ídem).
Un dato que no refleja el INDEC es que un sector de los asalariados que está licenciado por su condición de riesgo frente al Covid, está siendo reemplazado en la industria y el comercio por trabajadores eventuales. Segun Funes de Rioja, Presidente de la COPAL, se trata de un 15% de la plantilla laboral. Esto significa que el derrumbe del índice de empleo es todavía mayor de lo que refleja el INDEC, porque en el momento que esos trabajadores puedan retomar tareas, los cientos de miles de eventuales volverán a engrosar el número de desocupados.
"De los números oficiales se desprende que, proyectado a todo el país, de 19,3 millones de ocupados que había un año atrás, en el segundo trimestre se redujo a 15,2 millones y ahora suman 18,2 millones: en total 1,1 millones menos que un año atrás." Este crecimiento exponencial de la cantidad de desocupados no se da en medio de cuarentenas preventivas, si no en el marco de la reapertura general impulsada por el gobierno, con casi el total de la actividad liberada. Es decir que no se trata de un incremento circunstancial como el del segundo trimestre de 2020.
"El Informe del INDEC destaca que “en cuanto a la intensidad de la ocupación, se observó que en este trimestre continuó el aumento de las personas sub ocupadas –aquellas que trabajan menos de 35 horas semanales y están dispuestas a trabajar más horas–. Su participación en el total de los ocupados pasó de 15,2% en el tercer trimestre a 17% en el cuarto, y se ubicó por encima del 14,3% registrado en igual trimestre del año anterior” (ID) La tasa de sub ocupación refleja que la mayoría de los nuevos trabajos disponibles no alcanzan la canasta familiar -120 mil pesos- , de la que los salarios de casi todos los convenios han quedado lejos.
"En total la subocupación es del 15,1% lo que equivale a 3.085.000 personas que sumados a los 2.230.000 desocupados, totaliza 5.315.000 personas con problemas de empleo. Eso sin considerar a los 810.000 que aún siguen sin empleo y por las restricciones de la cuarentena no buscaron empleo y figuran como inactivos". Hay que sumar también el casi millón de desocupados que perciben los Planes Argentina Trabaja, que desde el punto de vista de la estadística del gobierno se contabilizan como ocupados.
Es en este contexto de más de 6 millones de personas con problema de empleo que el gobierno ha recortado a cero el presupuesto para la asistencia a los afectados por la pandemia. La intervención del gobierno frente a este escenario se reduce a reforzar la cooptación de las organizaciones de desocupados, intentando su integración al Consejo del Salario así como la ficción de “trabajar contra la inflación”, un “control” estéril y que sólo sirve de coartada contra los aumentos de salarios.
Nuestra política
Mientras los capitalistas usan el creciente ejército de desempleados para presionar a los obreros organizados a la reducción de salarios, la burocracia de los sindicatos no lucha contra la desocupación; los consideran como objetos de la caridad del Estado y no como trabajadores. Un programa integral de la clase obrera debe partir del reclamo del derecho al trabajo para los desocupados y reparto de las horas de trabajo disponibles entre todos los trabajadores sin afectar el salario. Por un subsidio al parado equivalente al 82% de la canasta familiar, al igual que la jubilación mínima.
Pablo Busch
27/03/2021
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