En medio de las tensiones que vivimos, en la jornada de ayer se ha realizado el ampliado de emergencia de la Central Obrera Boliviana, cuyas resoluciones ratifican, sin sorpresas, el apoyo a Evo Morales y la falta de autoridad de la actual dirigencia sindical. Desconociendo el mensaje del voto y sin análisis de las perspectivas a las cuales nos lleva la actual polarización, esta burocracia mantiene el mismo seguidismo a la política de colaboración de clases del MAS que está socavando el propio “proceso de cambio” que llaman a defender.
El cómputo oficial del voto confirma lo que habíamos señalado: Evo evita la segunda vuelta por un puñado de sufragios del exterior, por el desgaste ocasionado por la política de colaboración de clases de su gobierno. Tomando en cuenta el solo voto expresado en territorio nacional, habría segunda vuelta por las mismas décimas porcentajes. Pero, en un claro intento de movilizar a su base y separar el voto castigo al MAS del núcleo duro del voto de la derecha más reaccionaria y racista, Evo ha llamado a proteger “el voto rural y campesino”. El efecto inmediato ha sido que un grupo fascista de supuestos “defensores de la democracia” han asaltado una sede indígena en el municipio chiquitano de San Javier.
El principal beneficiario de las movilizaciones que se están suscitando en el país es obviamente Mesa, pero la base y la dirección de este movimiento es de clase media, a diferencia que en 2008, con una masiva participación juvenil y también de la clase trabajadora en algunos departamentos y ciudades. Sin embargo, a medida que esta movilización no encuentre salida, los elementos más subversivos y golpistas emergerán con aún mayor claridad.
Respondiendo a la invitación del gobierno a auditar las elecciones, Almagro y la OEA han pedido incluir la “verificación del proceso y cadena de custodia” de las actas, que es donde se han detectado mayores irregularidades. Lo mismo ha hecho la UE. Estos organismos ausente en otros escenarios de violación de derechos humanos, desde Chile y Haití hasta Cataluña, no tienen ninguna legitimidad para exigir una segunda vuelta. Pero es Evo mismo que los ha traído acá por sus ilusiones reformistas en Almagro, Macrón, Pedro Sánchez y hasta Angela Merkel. Si Evo no cede a la OEA, aceptando su pedido o buscando apoyo con más concesiones diplomáticas y a las multinacionales, está claro que la situación será definida en las calles.
Pero el resultado electoral tiene obvias repercusiones también en este terreno de lucha. Evo ya tuvo necesidad de consolidar un triunfo electoral mediante la movilización, esto fue contra el separatismo de la Media Luna en 2008. Aquel movimiento, netamente burgués (uno de sus dirigentes, Branko Marinkovic, era dueño de la más grande aceitera del país), tenía un carácter regional y fue claramente derrotado en lugares símbolos de la resistencia popular en el Oriente, como la populosa ciudadela del Plan 3000 en Santa Cruz de la Sierra. Como entonces, ayer hubo una batalla campal por el control de la rotonda del obelisco que marca el acceso al Plan, pero esta vez el resultado fue diferente.
Solo la intervención de la policía pudo impedir que unionistas y pandilleros del Plan y de la cercana Villa 1º de Mayo, a los cuales se sumaron muchos vecinos, lograran hacerse con la rotonda. Hay bloqueos dirigidos por el Comité Cívico en varios puntos del Plan 3000. Producto de su política de colaboración de clases, que en Santa Cruz de la Sierra significa apoyo abierto a los especuladores y constructores que dirigen la alcaldía, el MAS ha perdido mucho apoyo aquí. En el mismo Plan, en la circunscripción 49, el MAS obtiene una estrecha mayoría relativa, con un porcentaje del 17% de votos blancos, casi diez veces más que el promedio nacional. Para que se entienda el porque consideramos absolutamente fuera de lugar los festejos por esta “cuarta victoria de Evo”, recordamos que en 2008 Evo resolvió la situación ganando un referéndum revocatorio, que hoy no podría ni siquiera convocar.
Los resultados del Plan se repiten en todos los barrios obreros de las grandes ciudades y también en los campamentos mineros del país. Si Mesa consigue mayoría absoluta en las ciudades de Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra o queda muy cerca del MAS en Warnes o Quillacollo, que, con El Alto, representan los centros industriales del país, es evidente que un sector de la clase obrera fabril ya no se reconoce en este partido. En Huanuni y Colquiri el MAS obtiene mayoría absoluta, pero entre elevados porcentajes de votos blancos y nulos. En Porco, otro centro minero de Potosí donde el MAS obtenía más del 70%, gana Mesa. En Colcha K, donde está la más grande mina del país escenario de una de las más importantes luchas sindicales de los últimos meses, Evo gana por la mínima, es mayoría relativa y quien le sigue no es Mesa, sino el reaccionario pastor evangélico Chi, cuyo resultado aquí puede ser fácilmente interpretado como voto castigo al MAS.
Está claro que sin un cambio radical en la política del gobierno, los grandes batallones de la clase trabajadora no podrían movilizarse como en 2008. Las señales que da Evo van en la dirección opuesta a este cambio de sus políticas que la situación require. En las dos ruedas de prensa concedidas desde el domingo, Evo se sigue diciendo representante de genéricos “movimientos sociales” y de los “empresarios”. Esto refleja las perspectivas de la economía boliviana. Todos los organismos internacionales están revisando a la baja las proyecciones de crecimiento económico de Bolivia para 2019 y 2020. En este contexto constante de desaceleración económica, déficit fiscal y comercial, inestabilidad política y social, la presión empresarial será más fuerte y penetrante, mientras todas las ilusiones con poder lograr más, y más respetados, derechos laborales con una bancada obrera en el MAS, chocarán por un lado con la necesidad de garantizar la inversión privada y el dinamismo de la economía capitalista, por el otro con la defensa de este sistema que hace este partido.
Nada de todo esto ha sido debatido en el ampliado de la COB. La resolución final declara al ente matriz de los trabajadores en emergencia, porque, a diferencia de 2008, no puede asegurar la misma movilización. Exige el cómputo final del voto y ni siquiera se expresa sobre la injerencia de la OEA, a la espera de saber que dirá el gobierno al respecto. Lo único claro y tajante es la amenaza de sanción disciplinaria a todos los sindicatos que están siendo involucrados en el movimiento que pide segunda vuelta, que son empleados públicos – municipales, servicios, magisterio y salud – y la COD de Chuquisaca particularmente.
Así esta burocracia incapaz asume y hace propia la posibilidad, que sigue abierta en la perspectiva política del país, de reemplazar la autoridad moral con el autoritarismo escueto. De hecho, con una maniobra injustificable y que lleva la entidad matriz de los trabajadores al borde de la implosión, la burocracia de la COB decide unilateralmente de declarar “silencio sindical”, es decir prorrogarse en sus mandatos y prohibir los congresos hoy necesarios para que una nueva capa de militantes combativos y con la confianza de las bases salgan a la lucha.
Renovamos cuanto hemos declarado en nuestras “tesis” sobre la situación que se ha abierto en el país. Es necesario que la COB construya la movilización sobre la base de un programa radical de reforma agraria, nacionalizaciones y derechos laborales, y conforme asambleas populares en cada lugar para imponerlo a Evo. Solo así podrá unificar a la clase trabajadora, reunirla con la juventud consciente y preparase a la lucha. A todos los compañeros, jóvenes y trabajadores, que miran en estos días desde la ventana un movimiento “cívico” en el cual no pueden, justamente, reconocerse y un MAS del que con igual justeza desconfían, los invitamos a participar de los ampliados de las federaciones y centrales obreras departamentales que se irán convocando en estos días para defender esta propuesta y nuestras históricas luchas.
Comité de Redacción - Lucha de Clases CMI Bolivia
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