jueves, 31 de octubre de 2019

Buenos Aires: Kicillof gobernará un volcán

La deuda de u$s12000 millones coloca a la provincia en el límite del default

La fuerte derrota de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires ha sido determinante en el resultado general de las elecciones nacionales. Kicillof se alza con un triunfo que, a diferencia de la elección presidencial, mantiene la distancia que ya se había establecido en las elecciones primarias. El cuadro de fondo que operó en este resultado es el impacto de la crisis en el territorio bonaerense. Las masivas barriadas obreras y populares que sufren el ajuste, los cierres de fábricas, el ataque a sus condiciones de trabajo y de vida, el aumento de la pobreza, se pronunciaron por el retorno del PJ-kirchnerismo en el país y en la provincia con la expectativa en una salida capitalista de mayor intervención del Estado frente al descalabro generalizado de la economía y su impacto sobre los explotados. La unificación de todas las variantes del PJ bonaerense en las listas del Frente de Todos sumó a todas las camarillas distritales en las principales categorías, luego de las pujas en las Paso. Por derecha, también sumó al aparato del massismo, quien había sido el principal soporte peronista del gobierno de Vidal.
La gobernadora culminó derrotada como consecuencia de haberse allanado a los requerimientos del acuerdo con el FMI en la provincia. En el mismo momento donde la pelea por la caja parecía encaminarse en favor de Vidal respecto de las otras provincias, recibiendo el tan mentado “fondo de resarcimiento del conurbano”, el gobierno nacional trasladó el costo de los subsidios a las empresas privatizadas de servicios a la caja provincial. La caja, que le podía permitir a Vidal motorizar el negocio de la obra pública y comandar un “reparto” entre los intendentes, quedó sepultada por la crisis. Vidal ensayó un frente común con los intendentes del PJ para extorsionar al propio Macri, para que reponga los fondos, que culminó rápidamente en un acuerdo para cogestionar un agudo ajuste en la provincia.
Así, Vidal forzó un pacto fiscal con los municipios que se adecuaron a un déficit cero, desarrollando un fuerte ajuste en sus presupuestos y multiplicando las tasas municipales. Vidal, al mismo tiempo, aumentó la deuda provincial en cuatro años en 3.000 millones de dólares, que al sumar así un total de 12.000 millones de dólares coloca a la provincia en el límite del default. A diferencia de Larreta en la Capital, Vidal no pudo ni siquiera mostrar cambios cosméticos en la provincia.
Vidal terminó su campaña en Platense abandonando los colores amarillos, lo que abre una incógnita sobre su rol en el PRO. Su política después de las Paso fue habilitar los cortes de boleta por parte de intendentes que habían perdido. Fueron los resonantes casos de La Plata, Lanús, Tres de Febrero y Mar del Plata, donde Cambiemos logró retener importantes municipios que había perdido en las Paso. Las contradicciones internas del peronismo bonaerense afloraron entre agosto y octubre. En La Plata fue ostensible que un sector del peronismo no sólo no hizo campaña por Saintout, sino que llamó a votar a Garro.
A nivel intendencias se reprodujo en algunos casos la enorme polarización del tramo presidencial. Por ejemplo en Bahía Blanca, el intendente de Cambiemos, Héctor Gay, había quedado apenas 2% por encima del candidato del PJ (39 a 37%). En las generales, Gay alcanza el 50% de la votación y Susbielles el 40%. El Frente de Izquierda-Unidad, que había alcanzado el 5,4 %, retrocede en Bahía Blanca al 3,24% producto de una hiperpolarización electoral en el distrito.
La remontada de Vidal en el interior agrario le valió a la ahora oposición -en caso de mantenerse como un único bloque- tener mayoría en el Senado provinical y un fuerte peso en Diputados (43 escaños contra 45 del Frente de Todos).

La campaña y la elección del Frente de Izquierda-Unidad

El peso fuerte de la campaña del FIT-U en la provincia recayó en la militancia del PO. Pusimos el eje en la denuncia del ajuste de Vidal y el FMI y el compromiso de la oposición peronista en todas las medidas contra los trabajadores, en particular del massismo que co-gobernó la provincia con Vidal. Denunciamos el quebranto de las cuentas provinciales y la política de ataque a los docentes y trabajadores de la salud y la educación y sus consecuencias, como las muertes de Sandra y Rubén en la explosión en la escuela 49 de Moreno. Al mismo tiempo, polemizamos con la campaña de Kicillof que recorrió la provincia dándole garantías a los capitalistas de la ciudad y el campo en consonancia con la política del “pacto social” en favor de las patronales de los principales centros industriales de la provincia, y en detrimento del salario y el conjunto de las condiciones de trabajo.
Kicillof llegó a dar garantías de no aumentar retenciones a Carbap (“por ahora no las podemos bajar”) mientras nosotros propusimos impuestos progresivos a las rentas y fortunas. Desenvolvimos un programa obrero y socialista. Planteamos la investigación y no pago de la deuda provincial y la ruptura con el FMI, la necesidad de reabrir el conjunto de las fábricas cerradas por la crisis y el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario. Al mismo tiempo, llamamos a la organización de la clase obrera en forma independiente a la burocracia y al Estado levantando la consigna del congreso de delegados de base del movimiento obrero para establecer una salida de los trabajadores a la crisis. Acompañamos a los familiares de la masacre de San Miguel del Monte, denunciando que Vidal no sólo no acabó con las mafias de los aparatos de seguridad sino que adscribió a la doctrina Chocobar de Bullrich. En Monte denunciamos por su responsabilidad política en el crimen, a la intendenta massista que fue consagrada por el dedo del PJ, y Romina Del Pla presentó un proyecto y realizó audiencia pública con los familiares.
Sin contar con la candidatura a gobernador, la campaña del Partido Obrero se desarrolló planteando estos problemas estratégicos. Colocamos la campaña de Néstor Pitrola a diputado nacional como expresión de este programa de fondo. En el último tramo, al advertir la fuerte polarización acentuamos la denuncia de las candidaturas reaccionarias y celestes de los adversarios en las listas de diputados: Ritondo, Camaño y Massa, tres capitostes de la derecha peronista.
A pesar del retroceso entre las Paso y las generales de las principales candidaturas ejecutivas, la lista de diputados nacionales supera en algunos miles de votos a los obtenidos en las Paso. Esto sucede por un corte de boleta en favor de Pitrola del 33% que más que duplica el corte de 2015. El resultado final se encuentra todavía abierto, aunque todo indica que estaremos apenas por debajo del piso proscriptivo del 3% del padrón electoral (376 mil votos) necesarios para lograr la banca. La campaña realizada por Romina del Pla en la fórmula presidencial jugó también un gran papel en la provincia junto a Néstor, Nora Biaggio y el conjunto de los compañeros del Partido Obrero que formaron parte de todas las listas del Frente de Izquierda-Unidad.
Hemos desarrollado una campaña junto a cada lucha de la clase obrera como los compañeros de Kimberly Clark que ocupan la fábrica en defensa de sus puestos de trabajo, al masivo Polo Obrero de la provincia, a las luchas del Sutna, de los Suteba Combativos, de las mujeres y la juventud. La campaña militante nos deja un salto en las filas del partido. Indudablemente la votación será un piso de reagrupamiento para enfrentar el convulsivo período político que se avecina.

Juan Pablo Rodríguez

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