domingo, 13 de octubre de 2019

Un Encuentro de Mujeres y Disidencias con enormes desafíos



Vamos por un pronunciamiento masivo por la legalización del aborto y la separación de las iglesias del Estado.

Este fin de semana largo la ciudad de La Plata recibirá a cientos de miles de mujeres de todos los rincones del país que mostrarán, una vez más, la enorme potencia de nuestra movilización. La masiva concurrencia será en sí misma un hecho político, luego de un año en que todos los partidos del régimen volcaron sus esfuerzos en tratar de detener la organización y lucha de las mujeres.

Más que nunca, a ganar las calles

El operativo para que abandonemos las calles está liderado por el Frente de Todos, que se prepara para gobernar de la mano del FMI. El pacto social que nos reclama es para que no luchemos contra el colonialismo y la miseria. Los pilares de este “pacto social” son nuestros más probados enemigos: la burocracia sindical -que dejó pasar la liquidación de nuestros derechos, los despidos y la precarización laboral- y las iglesias, a quienes Alberto Fernández acaba de convocar a “trabajar contra el hambre” en vistas a reforzar la contención social para hacer pasar una mayor ofensiva contra el salario y contra el derecho al trabajo.
Cambiemos también busca el favor de las iglesias para que ayuden a transitar el fin de su gobierno, predicando la resignación mientras se agrava el plan de guerra de los capitalistas. Mientras Alberto Fernández hace un guiño a las iglesias proponiendo una “despenalización” trucha en oposición al aborto legal, Macri redobla la apuesta repitiendo ante cada oportunidad que está “a favor de las dos vidas”.
Tras cuatro años de gobierno de Cambiemos sin dar respuesta a ninguna de nuestras demandas, profundizando el vaciamiento de los ya precarios dispositivos de atención a las víctimas de violencia y su tercerización en manos de ONGs amigas, Macri lanza ahora un programa para modificar el abordaje judicial en los casos de violencia de género, que no sólo llega tarde para un gobierno que se va, sino también como recurso para atacar la violencia con una medida que sólo atiende el tratamiento de las denuncias cuando lo peor ya sucedió. Según las estadísticas oficiales, entre 2008 y 2017 perdieron su vida 2.677 mujeres, víctimas de femicidios, y otras 259 personas, víctimas de ataques machistas. Para prevenir esta barbarie: nada. Lo mismo vale para el proyecto de modificación del Código Penal enviado a un Congreso que hace meses el gobierno tiene paralizado.

La trampa de la despenalización

Tras la frustración del aborto legal en el Senado, los partidos del régimen nos dijeron que esperemos al nuevo Congreso en 2020, para luego colonizar todas sus listas con candidatos celestes. Bajo ese condicionamiento, la propuesta de Alberto Fernández de avanzar con una “despenalización” sólo busca descomprimir sin ir al choque con sus aliados clericales. El futuro presidente anunció esta “estrategia” el día previo a reunirse con la cúpula del Episcopado católico para discutir su plan de gobierno con las iglesias, que son el principal bloqueo a la educación sexual y el aborto legal.
Las mujeres que van presas por aborto o las niñas que son condenadas a una maternidad forzada en este país, lo hacen a pesar de contar con causales que las habilitan a interrumpir un embarazo desde hace casi 100 años en el Código Penal. La despenalización no termina con la clandestinidad porque no garantiza el derecho a un aborto seguro en un hospital.
Este Encuentro debe servir para un pronunciamiento masivo de la marea verde en favor de la continuidad de la lucha por la legalización y la separación de las iglesias del Estado.
El editorial en el diario La Nación del obispo platense “Tucho” Fernández, aliado de los Fernández y hombre de Bergoglio, en la que llama a los feligreses católicos a no confrontar con las mujeres del Encuentro, pretende disimular su rabiosa militancia contra las causas por las que nos organizamos. Fue el propio "Tucho" Fernández y su séquito de curas villeros los que desfilaron por el Congreso para comparar a las mujeres que abortan con los represores de la dictadura (“aborto = desaparición forzada de personas”) -¡en nombre de una institución que bendijo a los Videla y Massera en tiempo real!

Un Encuentro de lucha, no de campaña del PJ

En el Encuentro estarán presentes las compañeras del movimiento piquetero que luchan tenazmente contra el hambre, la miseria y la desocupación. Las docentes y estatales de Chubut que protagonizan una verdadera pueblada por el salario. La juventud que fue motor de la marea verde, por la ESI y por el aborto legal, y que realizará una gran asamblea a cielo abierto para pronunciarse por la continuidad de esta lucha. Las trabajadoras que se organizan contra los cierres de fábrica junto a sus compañeros, y adelantan la tarea que debemos reforzar para frenar las reformas antilaboral y jubilatoria que reclama el FMI. Las compañeras travestis, trans y del movimiento de disidencias. Las que se organizan contra la depredación ambiental. Familiares de víctimas del gatillo fácil, la prepotencia y la impunidad policial, y luchadoras contra todas las formas de violencia que seguimos reclamando por Ni Una Menos, denunciando al Estado responsable.
Todas estas luchas son la expresión antagónica a la barbarie que promueve la clase social que nos gobierna con Macri y lo seguirá haciendo con Alberto Fernández, con el sello del FMI. Por eso, las agrupaciones que dirigen el Encuentro -una alianza entre las distintas alas del Frente de Todos (PJ, Patria Grande, PCR y el kirchnerismo)- operan para evitar su convergencia, regimientan los debates, abren las puertas a las iglesias en los talleres y se oponen a que el Encuentro sea resolutivo.
Lejos de eso, las mujeres que nos reuniremos en La Plata debemos superar todo tipo de maniobras y debatir un plan de acción en defensa de las mujeres, para derrotar al FMI, separar a las iglesias del Estado, conquistar el aborto legal y cada una de las demandas pendientes.
A una semana de las elecciones, las compañeras del Plenario de Trabajadoras y el Partido Obrero –con Romina Del Plá y Vanina Biasi a la cabeza de nuestra delegación- batallaremos asimismo por la conquista de un voto de lucha y de independencia política de las mujeres, que sólo tiene expresión en las listas del Frente de Izquierda-Unidad.
Vamos a este Encuentro de mujeres y disidencias a propiciar un reagrupamiento de las mujeres que luchamos con un programa de lucha y de independencia política contra el Estado capitalista y todos sus agentes.

Juliana Cabrera

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