Por primera vez la elección de jefe de gobierno se definió en la primera vuelta, evitando el ballotage. Horacio Rodríguez Larreta obtuvo una victoria maciza con el 55% de los votos, superando por lejos el 50% más 1 que necesitaba y aventajando a Matías Lammens (Frente de Todos) por 20 puntos. Se trata de la cuarta victoria consecutiva del macrismo en la Ciudad y la reelección de un jefe de gobierno que avanzó de manera acentuada con un proceso de privatización sin precedentes.
Al ser una elección nacional, Larreta también se benefició del subidón de Macri en la presidencial, uno de los datos políticos de la elección. Es evidente que Larreta y Macri lograron imponer ante la población la idea de que el desarrollo inmobiliario y las grandes obras que sustentan una valorización especulativa del suelo urbano “derraman” beneficios para los trabajadores. Larreta logró la cooptación, cuando no la compra, de todos los que lo enfrentaron en el ballotage de 2015, desde Martín Lousteau al “Partido Socialista”. Pero quizá el logro mayor fue el reconocimiento del PJ-kirchnerismo a su gestión de gobierno, como quedó evidenciado en el debate de jefes de gobierno cuando Lammens se presentó como un continuador “progre” de la política larretista. Esto quedó reflejado en que, lejos del “si vos querés…”, Lammens obtuvo la misma votación que en las Paso. Como con todo paracaidista, luego de la derrota se abre un interrogante sobre su futuro. En la campaña denunciamos que se trata de un verdadero régimen político de todos los bloques patronales junto al capital inmobiliario y la patria contratista en la Ciudad que tuvo como manifestación anterior los pactos PRO-K en la legislatura para la venta de tierras y los pactos con la burocracia sindical peronista y kirchnerista que viabilizaron la política antiobrera de Macri y Larreta.
Por el contrario, la campaña de nuestro partido por la candidatura de Gabriel Solano se esforzó por poner de relieve este régimen del capital y por desarrollar el programa de una oposición de conjunto a este régimen, partiendo de las necesidades y reivindicaciones de los trabajadores, el movimiento de mujeres y la juventud. Esta fue la clave para destacarnos en la campaña como la verdadera oposición a Larreta y de la importante repercusión que tuvo la intervención de Solano en el debate de jefes de gobierno. El 3,7% obtenido marca que nuestro punto de vista es aún minoritario y que prevaleció el voto para “sacar a Larreta” aún de parte de muchos que se interesaron en nuestro planteo. Por otro lado, no se han manifestado todavía de manera abrumadora las contradicciones explosivas que tiene para la población el copamiento inmobiliario de la Ciudad y la política de degradación de la salud, la educación y el espacio público. Frente a este cuadro, hemos plantado una bandera que representa las aspiraciones populares y que será una guía de acción para crecer y superar este carácter minoritario a través de la organización y la lucha. La pelea por el derecho a la vivienda y la urbanización real de las villas, contra las reformas anti educativas de la Unicaba y la secundaria “sin” futuro, por el pase a planta permanente de los precarizados, la carrera profesional para las enfermeras, contra el vaciamiento y privatización de la salud, por la aplicación de la ESI (Educación Sexual Integral), el protocolo ILE (interrupción legal del embarazo) y la separación de la Iglesia del Estado son un patrimonio programático que haremos valer en el siguiente período, particularmente para reclutar al activismo que enfrenta todos estos atropellos y que nos apoyó en la campaña.
La campaña a diputados nacionales que encabezó Myriam Bregman adoptó un carácter marcadamente parcial, al buscar un corte de boleta en virtud de la lucha por el aborto legal contra las candidaturas “pro vida” con las que competía tanto del Frente de Todos como de Cambiemos y Consenso Federal. Si bien obtuvo un corte, no fue tan alto como para conseguir el objetivo (en esa categoría el FIT-U alcanzó el 6,12%), partiendo del retroceso de votos presidenciales que tuvo el FIT-U respecto de las Paso. A legisladores, renovamos la banca en juego con el ingreso de Alejandrina Barry. Larreta renovó 17 de las 21 bancas en juego y con sus aliados de la UCR, Graciela Ocaña y el PS tiene asegurada la mayoría simple pero no los 40 votos necesarios para la venta de tierras, lo que abre la posibilidad de nuevos pactos legislativos con el PJ-kirchnerismo. Las bancas del Frente de Izquierda y la autoridad política ganada por nuestro partido servirán para apuntalar las luchas que se vienen en el agudo cuadro de bancarrota económica y social que enfrenta el país y la Ciudad, agravado por el pacto social que pretende imponer Fernández.
Facundo Lahitte
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