jueves, 17 de octubre de 2019

Pelear cada voto al FIT-U en la provincia de Buenos Aires

Vidal, Kicillof y la bancarrota en curso

Con decenas de barrios bajo el agua y 6.000 evacuados, queda nuevamente al descubierto la situación crítica que se vive en la provincia de Buenos Aires. Los barrios afectados se encuentran principalmente en La Matanza, pero también en Lomas de Zamora, Ezeiza, Esteban Echeverría, Avellaneda, Quilmes y otros distritos de la zona sur del Conurbano, cuyas intendencias se reparten entre Cambiemos y el PJ-kirchnerismo. La crisis que se procesa en la Argentina golpeó directamente en las arcas de la provincia y, en particular, provocó el parate generalizado de la obra pública. El acuerdo con el FMI incluyó el traspaso a la provincia de los subsidios a las empresas de servicios públicos -una obligación de más de 35 mil millones de pesos- y el pacto fiscal para bajar impuestos a los capitalistas, que se suman a la carga de una deuda de 12 mil millones de dólares. Con estos números, la calificadora Moody’s advirtió que la provincia está al borde del default.
Cuando Kicillof señala que “volvemos más austeros” y que “la deuda de la provincia correrá el mismo destino que la deuda del Estado nacional”, delata que pretende un “reperfilamiento” para ganar tiempo hasta desenvolver un ajuste generalizado a los trabajadores, con la finalidad de garantizar el pago de la usurera deuda que dejaron tanto Scioli como Vidal. Kicillof recorre la provincia otorgando garantías a los capitalistas de la ciudad y el campo para que continúen amasando mayores ganancias, mientras miles de trabajadores de los barrios más empobrecidos se encuentran abajo del agua. Es en este marco que el candidato a gobernador del Frente de Todos se queja de que en los próximos cuatro años debe desembolsar 9 mil millones de dólares.
Vidal respondió que la deuda es “similar a la que dejó Daniel Scioli”, intentando desentenderse de la responsabilidad del endeudamiento que incrementó en más de 3 mil millones dólares. Sin embargo, indicó que el peronismo es tan responsable de esta situación como el gobierno de Cambiemos, aclarando que votaron todas leyes de endeudamiento en la Legislatura. Es que el rejunte pejotista que hoy conforma el Frente de Todos cogobernó la provincia con Vidal, como muestra el massismo -cabeza de la lista de diputados del FdT- que ocupó ministerios y presidió la Legislatura garantizando todas y cada una de las leyes y los presupuestos ajustadores. La banca del PO-FIT fue la única que rechazó sistemáticamente los planes de ajuste y expresó el conjunto de las luchas que se desenvolvieron en la provincia.
La extensa campaña bonaerense desenvuelta por el Partido Obrero y el Frente de Izquierda-Unidad ha recogido nuevas adhesiones entre los trabajadores. La lucha electoral es un enorme campo de agitación política para desarrollar nuestro programa de salida a la crisis capitalista en curso. Esta campaña se combinó con el apoyo a los acampes del Polo Obrero y las organizaciones del frente de lucha piquetero enfrentando la tregua del triunvirato vaticano, el plenario abierto de trabajadores ocupados y desocupados en el Sutna Pilar y su movilización a Plaza de Mayo, las movilizaciones de la mujer por sus reivindicaciones, y las luchas como la de Kimberly Clark, Ansabo, Ran Bat y todas las fábricas que luchan contra los cierres o despidos masivos. El acto del FIT-U realizado en la 9 de Julio expresó esta pelea hacia el conjunto de la clase obrera y los explotados.
En estos últimos días antes de las elecciones, redoblamos los esfuerzos por llegar a la mayor cantidad de trabajadores con nuestro programa, defendiendo la importancia del ingreso de Néstor Pitrola y los compañeros del FIT-U al Congreso. Cada voto a la izquierda será un recuento de fuerzas frente a las luchas que vendrán en el futuro cercano, y la conquista de nuevas bancadas obreras y socialistas estará al servicio de esta perspectiva. Nuestra campaña es la preparación política de una salida de fondo de los explotados. Frente al quebranto nacional y el intento de descargar la crisis sobre las espaldas de los trabajadores, planteamos la nacionalización de la banca y el comercio exterior bajo control de los trabajadores y la ruptura inmediata con el FMI. Planteamos un plan de obras pública sobre la base de las necesidades de los barrios más empobrecidos. Planteamos el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario, la reapertura de todas las fábricas cerradas y peleamos por un congreso de delegados de base de todos los sindicatos para rechazar masivamente el “pacto social” antiobrero y abrir paso a una salida de los trabajadores frente a la crisis.

Juan Pablo Rodríguez

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