sábado, 21 de octubre de 2017

Los "excesos" del aparato represivo

Brutalidad policial: matan a joven en Constitución por no pagar la cuenta en una pizzería

La brutalidad policial se cobró una nueva vida en un cuadro que muestra la impunidad y la mano libre que, de manera creciente, muestra el aparato represivo. Un joven paraguayo, Diego Rubén Villarreal Cabrera, de 32 años, quien estaba acompañado por tres amigos y aparentemente borracho, se negó a pagar la cuenta en una pizzería ubicada en la estación de Plaza Constitución y, por esa razón, fue golpeado por varios efectivos policiales hasta provocarle la muerte, mientras estaba con las manos esposadas y tirado en el piso.
Testigos que filmaron el brutal ataque declararon que el joven fue atado con precintos y luego golpeado "con una radio en la cabeza”. Poco después falleció en el Hospital Argerich, como consecuencia de las heridas recibidas.
"A los policías se les fue la mano; el hombre tenía la cabeza reventada; vimos que le pegaban con una radio; fue una situación horrible", dijeron testigos de la golpiza al canal Crónica TV. Y agregaron que la víctima “permanecía tirada en el piso, estaba muy golpeada y tenía las manos atadas con precintos”.
Con un cinismo total, el parte de la Policía dice que los efectivos utilizaron la fuerza mínima e indispensable para reducir a uno de ellos, quien sufrió un "pequeño corte en la ceja izquierda".
Este asesinato se da en el marco de una sostenida intervención represiva de las distintas fuerzas. Cotidianamente, la sufren los jóvenes. Pero, más de conjunto, se vuelca sobre las manifestaciones de lucha y de protesta de los sectores obreros y populares.
Ejemplos son las recientes luchas reprimidas de AGR-Clarín, de Pepsico, las docentes, las de los obreros azucareros y la de los petroleros. Y la que tuvo como víctima de secuestro por parte de la Gendarmería a Santiago Maldonado.
El gobierno está detrás de esta escalada. Necesita del aparato represivo para contener los reclamos y las luchas obreras y populares. La cobertura de Gendarmería en el secuestro de Santiago por parte del gobierno es una muestra clara de esta orientación.
Los “excesos” de la Policía y de las otras fuerzas represivas en las villas, en los barrios y hasta contra personas indefensas, como en este caso, son la consecuencia de esa impunidad, que deriva de la cobertura gubernamental, que cuenta con el apoyo de todo el arco de los partidos de la burguesía.
Juicio y castigo a los policías que asesinaron al joven paraguayo. Basta de represión.

Nelson Marinelli

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