Se vienen las alzas en gas, luz, medicina, fútbol
Pasaron las elecciones y se abrió la tranquera para los aumentos en los precios de combustibles y servicios que fueron postergados por pedido del gobierno para evitar que los tarifazos influyeran en el resultado de los comicios. Es que, con los que empezaron a aplicarse hoy en las naftas y el gas oil y los que están previstos para los próximos meses, la inflación seguirá su camino ascendente en lo que resta del año.
No se había terminado de realizar el escrutinio de las elecciones de ayer cuando las estaciones de servicio ya habían remarcado entre un 10 y un 12 por ciento el precio de los combustibles (buena noticia para el ministro de energía y hombre de la Shell, José Aranguren), lo que no solo impactará en los bolsillos de los que tengan automóvil, sino también sobre los precios generales de la economía, dada la influencia que tiene en ellos el costo del transporte. Solo por estos dos conceptos, el impacto en los precios alcanzaría a casi medio punto en el mes de noviembre.
Con este aumento, desde principios de este año hasta ahora, el alza en el precio de la nafta super superó el 27%, mientras que el de las denominadas premiun sobrepasó el 29 por ciento, llevando los precios a valores que son superiores a los de la media internacional, al contrario de lo que afirmara hoy el presidente Mauricio Macri, quien, además, defendió la "liberación de los precios de los combustibles" decidida este año por el gobierno, que deja la fijación de los precios al arbitrio exclusivo del oligopolio formado por las cinco petroleras que actúan en la Argentina.
Estos mismos empresarios que hoy se benefician con la desregulación fueron recompensados por el kirchnerismo y el macrismo con un precio sostén cuando los precios internacionales habían caído. Cínicamente, Macri dijo hoy en la conferencia de prensa que tiene fe en que los precios internacionales vuelvan a bajar.
A este primer golpe se le sumarán, en el corto plazo, otros aumentos -postergados por las mismas razones electorales- los que también impactarán duramente sobre los presupuestos familiares. Entre ellos están los del gas, la luz, la medicina prepaga y el transporte.
La perfidia oficial en el caso del gas consistió en pedirle a las proveedoras que postergaran el cobro del 50% de la boleta de los meses de agosto a octubre para después de las elecciones. Ahora habrá que pagar la factura próxima sumada a ese postergado 50 por ciento. Pero, además, el gobierno adelantó que autorizará un nuevo aumento antes de fines de año y otro a principios del 2018. Esto, luego del tarifazo del 400% aplicado entre octubre del año pasado y marzo último.
En el caso de la luz, Juan José Aranguren, ministro de Energía y ex presidente de la Shell en la Argentina, autorizó un aumento en el último año y medio que fue del 800 al 1200 por ciento, pero adelantó que las empresas habían pedido más y que, por lo tanto, habría sendos aumentos en noviembre próximo y febrero del 2018.
Las mismas empresas que se beneficiaron con los subsidios bajo el kirchnerismo lo hacen ahora con los aumentos. Ninguno de los dos gobiernos, en cambio, ha tomado medidas contra el vaciamiento energético provocado por estas mismas compañías.
Otro golpe sería el del aumento en las cuotas de las prepagas, a las cuales está adherida una franja importante de la clase media. El año pasado subieron un 43% y en lo que va del año, más del 30 por ciento. Pero aquí también decide la voracidad empresaria y el gobierno aprobaría antes de fines de año otro aumento del 5% tal como fue pedido por las empresas y que quedó postergado, claro está, porque no debía impactar en el “humor social” antes de las elecciones.
El broche de oro de todas estas postergaciones, que son parte del “fraude político” que denunció Marcelo Ramal en su primer balance de las elecciones, y que consiste en un ocultamiento deliberado de los planes de ajuste, es el que impactará sobre aquellos que quieran ver el fútbol por televisión. Las elecciones terminaron y Fox-Turner ya tienen via libre para aplicar el canon de –por ahora- $300 mensuales para poder ver cualquier partido. Esto claro, sumado a los 1000 o 1200 pesos del servicio de cable.
Esto, mientras la burocracia sindical aceptó acuerdos de aumento de salarios por un promedio del 20% para todo el año. Esto es parte sustancial de la “baja del costo laboral” que reclama toda la burguesía.
¡Basta de tarifazos! Aumento de salarios que compensen el alza inflacionaria!!
Prensa Obrera
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