sábado, 21 de octubre de 2017

Caso Maldonado: la Gendarmería mete sus narices en la causa judicial



A través de la defensa y los peritos del único imputado, el gendarme Echazú, la fuerza tendrá acceso al expediente y a todas las medidas de prueba.

Las pericias forenses que se realizan desde este viernes en la Morgue Judicial de la Nación sobre el cuerpo que posiblemente pertenezca a Santiago Maldonado contarán con peritos de parte del subalférez Emmanuel Echazú, uno de los gendarmes que llegaron al río y uno de los principales sospechosos por lo que haya ocurrido con Santiago. Echazú interviene en esta causa en calidad de imputado, a la vez que actúa como querellante contra los mapuches en la causa por el corte de la ruta 40. Asegura haber sufrido una fractura de maxilar por un piedrazo recibido durante el desalojo del corte.
De este modo, la fuerza denunciada por la desaparición forzada de Maldonado tendrá acceso directo al expediente y a otras medidas de prueba a través del subalférez, a pesar de haber sido apartada de la investigación.
Echazú presentó un escrito para que se le habilite el acceso a la causa y peritos en las acciones forenses que determinarán la identidad y las condiciones en las que el cadáver encontrado flotando en el río Chubut fue muerto y el juez Gustavo Lleral hizo lugar a su pedido.
“Ha lugar”, dice la resolución del juez Gustavo Lleral que acepta a los peritos de parte de Echazú, que son pagados -tal como su defensa- por el Estado. En total, se trata de cinco peritos puestos por la Gendarmería entre los que se destaca Gustavo Burztyn Milberg, que ofrece sus servicios a las fuerzas de seguridad para "servicios de asesoramiento médico legal y psiquiátrico forense y pericias médico legales, criminalísticas, de balística médico legal y psiquiátrico forenses para aquellos casos de legítima defensa con armas de fuego o causas penales o civiles originadas por el uso de armas de fuego, lesiones, incapacidad, muerte, daño físico, psíquico o moral provocada por la utilización de armas de fuego". Es decir, un defensor de represores.
"La Gendarmería logró hacerse un lugar con la designación de un especialista de la fuerza que representará al único imputado, el subalférez Emmanuel Echazú, que integraba el grupo de los agentes que llegaron hasta la orilla en la persecución a los mapuches en medio de la cual desapareció Maldonado. Un cotejo de fotos que muestran a Echazú en la zona con otras del sitio donde estaba el cuerpo y su proyección en un mapa satelital, indican que el gendarme habría estado a menos de 70 metros de ahí, según informaron a PáginaI12 allegados a la investigación" (Página/12, 20/10).
El Estado sigue defendiendo a los principales sospechados, ya que ni Echazú ni ningún gendarme fue apartado de su puesto, ni siquiera preventivamente. Echazú llegó al río, el último lugar en el que fue visto con vida Santiago Maldonado. Allí el alférez Gómez dijo que otro gendarme gritó: "acá tengo a uno". El mapuche Matías Santana dijo que escuchó a Maldonado rendirse: "ya está, ya está".
El operativo de impunidad del gobierno, que comenzó tempranamente con toda una batería de mentiras y operaciones de prensa para desviar la responsabilidad de Gendarmería en los acontecimientos producidos el 1 de agosto, continúa. A la defensa irrestricta de la fuerza represiva por parte de la ministra Patricia Bullrich –quien llegó a negar la presencia de su mano derecha, Pablo Noceti, en la supervisión del operativo– se sumaron todas las operaciones de prensa que culminaron con las declaraciones de la diputada Elisa Carrió planteando que existía un “veinte por ciento de probabilidades de que Maldonado esté en Chile”, en una muestra más de la desidia y la decisión del gobierno de desviar la investigación.
La pericia forense que comenzó este viernes 20 podrá dar cuenta de la identidad del cadáver encontrado el martes en Cushamen, Chubut.
Frente a toda la cadena de mentiras y encubrimiento, seguimos reclamando la renuncia de Patricia Bullrich.

Diego Rojas

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