jueves, 16 de enero de 2014
El líder de U2 “es portavoz de la élite occidental”
Un nuevo libro, publicado por Harry Browne y que lleva el nombre de "Bono: en el nombre del poder" revela motivos por los que todos deberían odiar al cantante de la agrupación más importante de Irlanda. En la publicación, por ejemplo, el autor asegura que U2 se quedó tanto tiempo en Irlanda no por el amor que le tienen a su patria como ellos aseguran sino porque aprovechaban una ventaja que le ofrecía el fisco. Allí los artistas no pagaban impuestos por su obra. En 2006 se puso un tope de 250 mil euros anuales y esto afectó a la banda que, en ese momento, decidió trasladar parte de su editorial a Ámsterdam, donde reciben un mejor trato fiscal. Por ota parte, Browne hace alusión al apoyo de Bono a las políticas neoliberales. Según él el mensaje del artista es que "los ricos y poderosos se ocuparán del problema de la pobreza".
En “Bono: en el nombre del poder” se asegura que el cantante de la agrupación más importante de Irlanda apoya las políticas neoliberales y considera que “los ricos y poderosos se ocuparán del problema de la pobreza”. Además, el libro cuenta como Bono evolucionó del pacifismo a apoyar a Bush.
Para el periodista y escritor irlandés Harry Browne, autor del libro Bono: en el nombre del poder, si se hace un balance entre la ayuda humanitaria que ha auspiciado el cantante del grupo de rock U2 y las ganancias que a partir de ese altruismo obtienen los corporativos transnacionales, de los que el músico es también representante, resulta que Bono ha hecho más daño del que parece, ya que se ha convertido en portavoz de la élite occidental, al defender la visión y el modelo económico neoliberal de personajes como George Bush, Tony Blair, Jesse Helms, Condoleezza Rice, Bill Clinton, Steve Jobs y Bill Gates, por nombrar algunos.
Puesto en circulación por el sello independiente Sexto Piso, con traducción de María Tabuyo y Agustín López Tobajas, Bono: en el nombre del poder es una rigurosa y detallada investigación en la que el autor profundiza no en la calidad musical del cantante y líder de una de las bandas con más éxito de las recientes décadas, sino en lo que Harry Browne denomina filantrocapitalismo, modelo de ayuda basado en la aceptación incondicional de las políticas neoliberales. Modelo del que, como otros ricos empresarios, Bono se ha beneficiado.
Según Browne, el libro “no es una condena a Bono, de lo que se trata es de cuestionar lo que éste representa como portavoz de un filantrocapitalismo. La idea es situarlo dentro de esas estructuras económicas neoliberales, aquellas que auspician campañas humanitarias que, con una mano dan y con otra quitan mucho más”.
PAGAN IMPUESTOS EN HOLANDA
La investigación del periodista irlandés, quien ha trabajado para periódicos como The Irish Times, Sunday Times, Irish Daily Mail y el Sunday Business Post, va más allá de la celebridad y relata también cómo los miembros de U2 cambiaron su dirección fiscal a Holanda para pagar menos impuestos; cómo cuentan con una red de empresas que logró reportar pérdidas el año en el que U2 realizó la gira más taquillera en la historia del rock, y cómo Bono ha anunciado productos de Louis Vuitton y Apple, dos de la compañías responsables de la devastación del continente africano, entre otras cuestiones.
“No es nada personal, apuntó el autor, pero me temo que uno de los primeros pasos para buscar la justicia real es dejar de comprar el mensaje que nos están vendiendo”.
De acuerdo con Diego Rabasa, director y editor de Sexto Piso, el trabajo fue muy riguroso: 85 por ciento fue investigación y 15 por ciento trabajo de campo. Browne habló con distintas personas, además de académicos y economistas.
Toda la documentación, afirma el editor, es muy sólida. El volumen refleja cómo los corporativos trasnacionales, tienen cada vez más influencia y poder a través de un supuesto altruismo, pero que en realidad encubre toda una operación financiera de alcances globales, como representantes de un neoliberalismo salvaje.
Harry Browne explica en dicho volumen que esas operaciones son como si un hombre brinda ayuda humanitaria con la mano izquierda y con la derecha saquea a quienes auxilia.
Caso concreto, detalla Rabasa, “es una empresa textil que Bono y su esposa montaron en África para apoyar a los artesanos locales, pero como los costos eran muy altos, mandaron la maquila a China, para luego vender el producto como si hubiera sido fabricado en África.
No es nada personal, reitera el autor. La idea es situar a Bono y su figura dentro de esas estructuras de poder económicas neoliberales que auspician campañas humanitarias.
Carlos Paul
La Jornada
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