miércoles, 8 de enero de 2014

Eduardo Lucita: “Notas breves sobre la coyuntura económica”



Con su ponencia, Eduardo Lucita finalizó el taller organizado por el EDI el 30 de noviembre. Luego de aseverar que “la economía nacional muestra desequilibrios macroeconómicos de importancia, que no implican una coyuntura necesariamente explosiva pero si crítica y de compleja resolución”, el economista desarrollará su trabajo trazando varias aristas de la administración kirchnerista. Asimismo, planteará que el escenario político pos-electoral y las opciones económicas en juego dejan un amplio campo de acción para la izquierda y que el problema “no está en la colección de demandas o en el orden de prioridad sino en cómo intervenir”.

“Luego de una década de administración kirchnerista” –afirma Eduardo Lucita al comienzo de su ponencia- “la economía nacional muestra desequilibrios macroeconómicos de importancia, que no implican una coyuntura necesariamente explosiva pero si crítica y de compleja resolución”. Para el economista, esta situación ha sido un factor determinante para un nuevo escenario político post elecciones legislativas. Del cual destaca la “pérdida relativa del peso electoral del kirchnerismo, surgimiento de una derecha empresarial sustentada en el peronismo disidente, de una centro-derecha liberal republicana, cuyo eje es la reorganización del partido radical, el surgimiento de una izquierda radical que por primera vez alcanza una dimensión nacional que le otorga identidad como tal”.
No obstante señala que la gobernabilidad estaría garantizada y que sólo “un cambio sustancial en la economía mundial o un eventual cimbronazo en la lucha de clases puede alterar este escenario”.
Luego, Lucita puntualiza en siete ítems su análisis, de los cuales destacamos:
1. La división en tres períodos del kirchnerismo: el primero (2003-2007) caracterizado por un crecimiento rápido, con baja inflación y sin mayores conflictos; el segundo (2008-2011) en que continúa el crecimiento, comienza el alza de precios y emergen una serie de obstáculos que el kirchnerismo logra remover con iniciativa, audacia política y ampliación de derechos; el tercero (2012 en adelante) en que reaparecen los límites estructurales de la economía nacional y la agudización del conflicto social.
2. Para Lucita, el ciclo expansivo del 2002 fue resultante del no pago de la parte privada de la deuda y la macrodevaluación. “Estas dos medidas permitieron la recomposición de la tasa de ganancia de los capitalistas. Lo que el capital le encomendó a la nueva administración fue que esa tasa pudiera realizarse. El kirchnerismo en el gobierno fue por demás eficiente en lograrlo”, asevera.
3. Asimismo sostiene que “los desequilibrios y desajustes que muestra la economía local luego de diez años de crecimiento, con la excepción del 2009 (…) son resultantes de la emergencia de límites estructurales históricos que muestra nuestro país (…) y que se han manifestado una y otra vez desde la segunda mitad del siglo pasado (1952-1955, 1963-1964, 1975-1976, 1989 y 2001)”.
4. No obstante estos desequilibrios, asegura el economista, la crisis no se produce. En este sentido reseña que los bancos están saneados y sólidos, que la deuda estrictamente externa es solo del 12% del PBI y que el nivel de endeudamiento del sector privado es bajo. A lo que sí hay que prestarle atención es a la vía comercial: “Por el lado de la exportación de granos y oleaginosas la demanda se mantiene estable (…) Los problemas vienen por el lado de las exportaciones industriales, especialmente a Brasil. Esto es particularmente importante para el empleo en la industria automotriz (86% de sus exportaciones van a Brasil) que ya ha comenzado con despidos y suspensiones en serie en las plantas cordobesas”, afirma.
5. Por otra parte, Lucita remarca un giro de concesiones dado por el actual gobierno, “prisionero de los desequilibrios de la economía, de los condicionamientos imperialistas (Juez Griessa, Fondos Buitres, OMC, CIADI, FMI, Club de París…) y de los resultados electorales de las PASO primero y del 27-O después”. De este modo señala el ajuste no ortodoxo y gradual -mini devaluaciones diarias, mayores controles cambiarios, reducción de subsidios y menor emisión monetaria, nuevos acuerdos de precios- y el regreso a los mercados.
6. Continuando, expresa que “el giro del gobierno, dejando atrás una retórica discursiva de confrontación, está orientado a su reinserción en el sistema financiero internacional (…) Los acuerdos con el CIADI, Repsol y el Club de París, eventualmente también con los fondos buitres, implican nueva emisión de deuda. A priori todo indicaría que el 2014 será un año de transición preparatorio de una expansión en el 2015 desplazando los desequilibrios y desajustes para más adelante”. Agrega que “el gobierno buscaría no retroceder en la situación social bajo el enunciado del ministro de economía ‘No afectaremos los intereses de los empresarios ni de los trabajadores’. Objetivo de conciliación de clases perseguido desde los años ’50 del siglo pasado y nunca logrado”.
7. Por último, Lucita plantea que el escenario político pos-electoral y las opciones económicas en juego dejan un amplio campo de acción para la izquierda y sus propuestas. Afirma que hay una “plataforma común” y que se podría partir de reivindicaciones elementales -como defensa del empleo y el salario- y de poner en cuestión grandes problemas nacionales –como salud y educación pública; plan nacional de transportes con eje en la estatización integral del modo ferroviario con participación social; nueva política tributaria que comience por la revisión de exenciones y subsidios.
“El problema” –finaliza el economista- “no está en la colección de demandas que podamos hacer o en el orden de prioridad que les asignemos sino en cómo intervenir, en cómo lograr internalizar estas propuestas en los sujetos que protagonizan la lucha de clases días tras días (…) Cómo explicar que la principal traba para resolver los límites estructurales del capitalismo local no es otro que el propio sistema del capital”.

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