domingo, 28 de julio de 2013

Murió el artista León Ferrari



En la madrugada de aye, a los 92 años, falleció el artista León Ferrari. Para muchos era sólo un provocador; sin embargo, para muchos otros, un creador que plasmaba en sus trabajos denuncias, realidades, combatividades.
Entre sus obras más reconocidas figuran “La civilización occidental y cristiana” -un Cristo de santería crucificado sobre la maqueta de un bombardero norteamericano- y la serie que acompañó una nueva edición del Informe “Nunca más”. Sobre su obra, Ferrari decía que era “arte, política, crítica corrosiva o como quieran llamarlo”. En este artículo, compartimos el recuerdo de Claudia Korol.

Por León Ferrari. Por amor al arte

Por unos días al menos, y en homenaje a León, les pido que guarden con discreción sus loas al papa inquisidor. Se los pido por favor. Se los pido a quienes sabían perfectamente quién era Bergoglio antes de ser Francisco.
A quienes cuando el tipo llegó a Roma olvidaron sus pecados de dictadura, sus pecados de homofobia, sus cruzadas contra los derechos de las mujeres, sus pecados de gran inquisidor, de controlador de la fe, de silenciador de las disidencias, de perseguidor de artistas.
A quienes les impresionó su poder vaticano –que demuestra que los de este continente estamos tan bien colonizados que ya nos ganamos la entrada a su cielo-. A quienes pensaron que tal vez sea un papa que nos de ciertas ventajas comparativas, por las cuales vale la pena olvidar sus ofensas a tantos hermanos y hermanas desaparecidos/as,a sus madres, a sus abuelas... a los curas del pueblo a quienes les dio la espalda (por lo menos) en la hora de su martirio.
León supo pintar la rabia ante ese mundo, ante esta llamada civilización occidental y cristiana. La pintó con todos los colores y las curvas que descubren la hipocresía del viejo continente. León fue por eso expulsado del templo por los mercaderes de la fe. Fue expulsado del país por los generales. Fue condenado su arte por el cardenal.
León vivió muchos exilios, y supo pintarlos.
León vivió muchos silencios, y supo gritarlos.
Hoy que León andará inquietando al infierno con sus pinturas en llamas, y se reirá del embotellamiento de canallas en el purgatorio... Hoy que León ya no tendrá cardenales ni papas que lo persigan en su artística osadía. Hoy que León se encontrará con tantos compañeros y compañeras en el más allá nuestro de cada día… en un lugar donde ya no se calculan los costos beneficios de cada palabra, ni se negocia la memoria, ni se la mutila.
Les pido que por unos días, al menos, cesen las alabanzas al santo padre que vive en Roma, mientras nos siguen degollando como a palomas.
Se los pido por León… Se los pido por amor al arte.

Claudia Korol – Buenos Aires, 25 de julio, 2013

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