viernes, 12 de julio de 2013

Masacre de Capilla de Rosario: Un testigo señaló el lugar exacto donde fueron ejecutados los militantes



Durante casi cuatro horas se llevó a cabo la inspección ocular en el escarpado lugar donde ocurrieron los fusilamientos.
El procedimiento fue un valioso avance en la causa.
Tal como estaba previsto, se realizó ayer la esperada inspección ocular en el lugar de los hechos donde ocurrió la Masacre de Capilla del Rosario. Un testigo indicó el lugar donde habría estado parado cada uno de los imputados.
Durante casi cuatro horas miembros del tribunal, los imputados, la querella y testigos treparon por los inhóspitos montes y recorrieron la zona.
Los intervinientes en el acto procesal remarcaron la importancia del mismo ya que se pudo señalar con exactitud el lugar donde fueron fusilados los 16 miembros del ERP, aquella siesta del 12 de agosto de 1974.
Cerca de las 9 la comitiva llegó hasta la iglesia y minutos después, apoyados por personal de gendarmería, policía federal y provincial, además de personal del minihospital de San José, partieron hacia las alturas.
El largo recorrido se hizo por una parte de pendiente abrupta, accidentada y de difícil acceso.
El protagonismo de la jornada se lo llevó el testigo clave José Gambarella. Durante 1974, el hombre cumplía con el servicio militar y le tocó no solo presenciar el hecho sino ayudar luego a cargar un cuerpo.
Mientras caminaban por los agrestes parajes, Gambarella ayudó a los presentes a retrotraerse casi 40 años en el tiempo y revivir aquella siesta, respondiendo a todas las preguntas de las partes.
Por otra parte, el periodista Luis Mercado, señalaba el lugar en la ruta desde donde Carlos Carrizo Salvadores estaba al mando y habría dado la orden de aniquilamiento.
Debido al paso del tiempo, es casi una obviedad remarcar que el lugar cambió su vegetación y algunos árboles, como ser los palos borrachos, ya se extinguieron.
En cierta parte del recorrido, Gambarella fue consultado por el fiscal sobre cómo eran alimentados los soldados, a lo que respondió que se hacía con cajones de naranja. Momentos después, comenzaron a aparecer por la zona restos de dichos cajones.
Casi al final del recorrido, en un cañadón cercano a Aguas Coloradas, Gambarella encontró el lugar exacto de la masacre y se detuvo. Consultado posteriormente, el querellante Guillermo Díaz Martínez explicó: “Ante la consulta del ministerio público fiscal sobre la ubicación de (Mario) Nakagama, dijo que estaba a su derecha, luego desde esta querella preguntamos dónde estaba el imputado (Jorge) Acosta y dijo ‘ahí’, lo posicionó”.
Entre otras conclusiones, se remarcó que con el conocimiento tangible de la geografía del lugar, no era posible el descenso de un helicóptero donde mataron a los guerrilleros
El presidente del tribunal, Juan Carlos Reynaga, señaló que el juicio entraba en cuarto intermedio hasta la conclusión de la feria judicial. La próxima jornada se realizará el 5 de agosto, donde se espera por la presencia de testimonios de sobrevivientes de la compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez.
Al término del procedimiento, el querellante Guillermo Díaz Martínez indicó que “fue un día importantísimo para la causa, creo que ya no queda lugar a ninguna duda. Gambarella fue contundente una vez más, precisó el lugar donde vio la rendición, los fusilamientos y quiénes fueron los que dispararon. Contó también dónde estaban los imputados Nakagama, Carrizo Salvadores y Acosta, es decir, puso tiempo y lugar. Por ello entendemos que el tribunal se va lleno de certezas y que esta medida era necesaria, así que nos vamos sumamente conformes”, expresó el letrado.
En el mismo sentido, Bernardo Lobo Bugeau remarcó que la prueba es de “vital importancia para este proceso, donde diversos testigos hicieron conocer de primera mano al presidente del tribunal dónde estaban situados todos”.
“Gambarella dijo ‘éste es el lugar’, luego de una larga caminata por estos terrenos, cuando nos acercamos a un cañadón”, afirmó Lobo Bugeau. “No solo que ése era el lugar, sino que indicó por dónde los vio, tanto a Acosta como a Nakagama”, agregó.
Cuando fue consultado si de acuerdo a lo que transcurrió del juicio ya se podría solicitar la pena máxima, fue claro: “Creemos que en lo ya transcurrido hemos colectado y probado con un grado de convicción suficiente para el tribunal el grado de responsabilidades y autorías de cada uno de los tres imputados. Además restan sobrevivientes de la propia compañía de monte [...]”.
Lo importante de esta inspección ocular es determinar que los helicópteros habrían ingresado a retirar los cuerpos y trasladarlos a hacia a ruta donde se habría producido el enfrentamiento. De gran valía para fiscalía y la querella de que el tribunal pueda observar el aspecto topográfico de la zona de dónde se produjeron los hechos, muy escarpado y montañoso.
Otro hecho particular que ocurrió durante la travesía, es que un testigo Juan Carlos Añauque, de 80 años de edad, quien en ese entonces pertenecía a la Brigada de Investigaciones de la Policía, fue trasladado al Hospital San Juan
Bautista luego de que se le bajara la presión.

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