Breve noticia sobre el libro «Misiones en conflicto», imprescindible para comprender el fin del apartheid y el aporte de 450.000 cubanos contra el racismo de Sudáfrica
Gleijeses escribió 'Misiones en conflicto: La Habana, Washington y Africa 1959-1976' después de una extensa investigación, durante la cual consultó los archivos desclasificados de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), los de Cuba y otros en Rusia, Alemania y Sudáfrica, además de artículos de prensa en el Congo, Guinea Bissau, Tanzania y otras naciones: “El método de investigación -admite- exige tiempo, memoria, organización, revisar periódicos, archivos, bibliotecas, especialmente las presidenciales que son importantes, pues las nacionales casi nunca tienen documentos de la CIA y la Casa Blanca. Los archivos nacionales hasta el 74 y 75 son pobres y lentos en desclasificar; la de Carter es la más rica sobre su período, y siguen desclasificando”.
El autor es un reconocido investigador de más de 40 años de experiencia y ha escrito relevantes libros como el relacionado con la invasión norteamericana a República Dominicana en 1965, y como la obra 'La esperanza destrozada'. ('Shattered Hope, The Guatemalan Revolution and the United States 1944-54'), en la que utilizó fuentes de la oficina de historiadores del Departamento de Estado y volúmenes de la publicación 'Foreign Relations of the United States', para mostrar cómo se organizó por la CIA el derrocamiento del Gobierno de Jacobo Arbenz. Gleijeses confiesa que este libro le abrió las puertas de Cuba, aunque eso no le resultó nada fácil. No dejó de ser también conflictivo.
“Lo importante de este premio [el del 2003 de la Asociación de Historiadores de Política Exterior de EEUU, SHAFR por sus siglas en inglés] es que la Asociación, no siendo una organización de izquierda, ha reconocido el valor de una obra cuyo autor no pertenece a la SHAFR y revela la deuda de los africanos con Cuba. Este pequeño país desde los inicios de su Revolución fue muy altruista con Argelia durante la guerra contra el colonialismo francés y con gran parte de Africa, hasta la guerra de Angola en 1976.
“El otro mensaje inusitado de 'Misiones en conflicto' es que Estados Unidos no sale muy bien parado. Y así y todo ha ganado un premio de EE.UU. -agregó-. Es porque ha tenido una fuerte documentación para lograr pasar mensajes que no gustan a ese público. Si fuera un libro tipo 'stablishment' no sería tan interesante lo que ha ocurrido.”
La obra tiene 3 ediciones en inglés, la última en febrero 03 y está en español, de la editora cubana Ciencias Sociales.
“La tesis es que ningún país ha mantenido una política tan altruista durante tanto tiempo -asegura Gleijeses-. La hubo durante la Revolución bolchevique, durante la de Haití, con su ayuda a Bolívar. Pero la de Cuba llega en la investigación hasta fines de los años 80.”
Basado en la impresión que tenía y encuentra en investigaciones posteriores, testimonia que después del 76 se mantienen los mismos elementos: 1) altruismo y 2) respeto a los movimientos y gobiernos que Cuba ayuda y casi sostiene. Cuba logra evitar verlos con menosprecio.
El ensayista tuvo acceso a conversaciones en 1981 de Fidel Castro, Raúl Castro y Jorge Risquet con los dirigentes angolanos y manifiesta: “Los cubanos debían haber estado muy molestos, pues en los años 79 y 80 se habían producido amenazas de Reagan, y la URSS afloja. Pero Cuba envía ayuda adicional a Angola y mantiene el mismo respeto.
“Hubo unos tarritos de Lusaka, como el acuerdo con el régimen racista de Sudáfrica sin siquiera informar a Cuba. Y sin embargo, en las conversaciones de Fidel y Dos Santos se aprecia una magistral cátedra, muy educada, impactante, a pesar de dolido, pero siempre con mucho respeto. Se le debía el pago de la ayuda técnica y desde octubre de 1983 ésta se hace gratuita y además como las medicinas regulares no podían esperar por una carta de crédito, son enviadas sin importar si las van a pagar.
“Es muy impresionante. Será parte de algo que planeo hacer: investigar la política exterior cubana desde 1959 al 89. Ahora no puede desclasificarse, pero es una historia tremendamente bella. Creo interesaría a Fidel. Tienes, por ejemplo, el viaje a Argentina, donde fue recibido como lo hicieron, precisamente por las proyecciones de la Revolución Cubana. Es un sueño mío ese libro.”
El profesor organiza sus clases en la John Hopkins del modo siguiente: Política de Estados Unidos desde la independencia hasta la Primera Guerra Mundial. Historia de la Guerra Fría. Relaciones Internacionales desde el Congreso de Viena hasta la Segunda Guerra Mundial. Sobre Cuba analiza la oposición del Gobierno norteamericano a la independencia, desde Jefferson hasta los años 20. Narciso López en 1850, y desde Martí y Bolívar a Fidel.
“A veces los estudiantes me miran como si estuviera loco, pero no pueden objetar, pues todo está muy documentado y evidenciado. Algunos pocos dicen que tengo prejuicios, pero como conozco realmente la materia, me respetan, aunque ésta es una universidad conservadora, de la cual fue decano Wulfowitz. Este desafío me hace buscar fuertes evidencias y conocimientos. Por ejemplo, sobre la guerra del 98 en Cuba, revisé 41 periódicos de EE.UU. y 12 de Europa. Ese debate lo conozco más que nadie.”
Con su pequeña barba gris, delgado y nervioso, el profesor Gleijeses es un gran comunicador y conversador. Sus críticos dicen que el libro sobre Cuba termina en el 76 o que es sólo sobre Africa, “porque no tienen nada que decir para refutarlo. Nadie puede negar el altruismo de Cuba, el cual se desprende de los documentos investigados”.
“La diferencia de mi obra con Operación Carlota, de García Márquez, por ejemplo, es el uso extensivo de documentos de todas clases de fuentes.”
Pero las consideraciones manipuladas sobre la actuación de Cuba en el período investigado por el profesor, por lo visto se repiten en este decenio. Las valoraciones de Gleijeses entonces pueden relacionarse con la realizada por Fidel en su discurso por el 26 de Julio. La resolución sobre Cuba tomada en junio pasado por la Unión Europea (UE), impulsada por José María Aznar desde 1996 con su llamada “posición común”, condiciona las relaciones de la UE con Cuba a determinadas exigencias políticas sólo exigidas a la isla del Caribe. También con el pretexto de las medidas tomadas por Cuba para defenderse de la Ley Helms y de la conspiración de Estados Unidos contra su soberanía, la UE ratificó en la reunión de julio 20 la decisión de suprimir o disminuir al mínimo lo que califican de “ayuda humanitaria” a Cuba.
El Presidente de Cuba reveló que “en el 2000 la llamada ayuda humanitaria recibida de la Unión Europea ascendió a 3,6 millones de dólares; en el 2001, a 8,5 millones; y en el 2002, a 600 mil dólares, “cuando no se habían aplicado todavía las justas medidas que Cuba adoptó, sobre bases absolutamente legales”…
Fidel recordó que en ese período Cuba “sufrió el impacto de tres huracanes que afectaron el país en 2 mil 500 millones de dólares, a los que se unieron los efectos devastadores para el turismo a causa de los actos terroristas del 11 de septiembre del 2001 contra Estados Unidos, la baja de los precios del azúcar y el níquel por la crisis económica internacional y la subida considerable de los precios del petróleo por diversos factores”.
Denunció, asimismo, que las medidas económicas contra Cuba han costado al país 72 mil millones durante unos 40 años, a los que se suman los subsidios de la UE al azúcar, los cuales afectaron en miles de millones de dólares los ingresos de Cuba. Comparó también pagos de Cuba a los países de la UE por concepto de importaciones de mercancías en los últimos 5 años, que alcanzaron 7 mil 500 millones de dólares, un promedio aproximado de mil 500 millones anuales, con los productos de Cuba que adquieren esos países, por un valor promedio, en los últimos cinco años, de 571 millones anuales. Así se preguntó: ¿Quién realmente está ayudando a quién?
”Mientras combatientes cubanos derramaban su sangre luchando contra los soldados del apartheid, los países de la Unión Europea intercambiaban miles de millones de dólares cada año en mercancías con los racistas sudafricanos y, a través de sus inversiones, se beneficiaban del trabajo semiesclavo y barato de los nativos sudafricanos”, agregó.
Contrasta esta actitud de la UE con la de Cuba hacia los países del Tercer Mundo, sin condicionamientos políticos y sin llevarse nada de ellos: “Durante 40 años se graduaron en Cuba más de 40 mil jóvenes de más de 100 países del Tercer Mundo como profesionales universitarios y técnicos calificados sin costo alguno, 30 mil de ellos procedentes de Africa, sin que nuestro país les robara uno solo, como hacen los países de la Unión Europea con muchos de los mejores talentos. A lo largo de ese tiempo, por otro lado, más de 52 mil médicos y trabajadores de la salud cubanos, que han salvado millones de vidas, prestaron servicios voluntaria y gratuitamente en 93 países… el pasado año 2002 había ya más de 16 mil jóvenes del Tercer Mundo cursando estudios superiores gratuitamente aquí, entre ellos más de 8 mil que se forman como médicos. Si se hace un cálculo de lo que tendrían que pagar en Estados Unidos y Europa, si se suman los 3 mil 700 médicos que prestan servicios en el exterior en los sitios más apartados y difíciles, en conjunto es un valor aproximado de 700 millones de dólares. Esto debería servir de ejemplo y vergüenza a la Unión Europea.
Los dirigentes de la UE debían analizar estas cifras y leer 'Misiones en conflicto' antes de ponerse a hablar liberalmente sobre los derechos humanos. El libro ha tenido reseñas muy positivas en los diarios de Estados Unidos, como la del Washington Post: (3-31-02): “Piero Gleijeses… argumenta persuasivamente que Africa hoy estaría mejor, las relaciones entre Washington y La Habana podrían ser menos frías y los Estados Unidos tendrían menos sangre en sus manos si los líderes norteamericanos hubieran asimilado la información suministrada por sus propias agencias de inteligencia. Si 'Misiones en conflicto'… tiene un villano, no es Fidel Castro ni Che Guevara, sino Henry Kissinger”.
Evidentemente la historia se repite.
Gabriel Molina
Cuba socialista. Extractado por La Haine
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