sábado, 6 de julio de 2013
Detrás de las cámaras
Cerradas las alianzas y presentadas las listas, la gran sorpresa la dio Sergio Massa. Un repaso por su carrera política y la de sus principales aliados en el conurbano bonaerense.
Sergio Massa es para el kirchnerismo la nueva esperanza blanca de la derecha como lo fue alguna vez De Narváez o Julio Cobos. Al mismo tiempo, para gran parte de la oposición, es la persona que puede terminar con la “prepotencia” del gobierno nacional y el beneficiario final del tan augurado “fin de ciclo”. Sin embargo, la figura política del momento fue pieza clave del kirchnerismo. Hombre de confianza de Néstor Kirchner en la Provincia de Buenos Aires y jefe de Gabinete de este gobierno, se distanció del kirchnerismo de a poco, de un modo similar al de Daniel Scioli pero con un desenlace, por ahora, diferente. Siempre haciendo hincapié en “la gestión”, en el diálogo y en la lucha contra la inseguridad instalando cámaras en la vía pública.
Bajo la alfombra
Mientras tanto, Massa se cansó de incentivar la inversión (viajes a Estados Unidos de por medio) en mega-emprendimientos inmobiliarios para unos pocos. Jorge O´ Reilly, titular de Eidico S.A., es el desarrollador que pisa más fuerte en Tigre. Eso sí, corre con una ventaja. Es amigo íntimo del intendente y uno de sus socios es nada menos que el subsecretario de Obras Públicas y Planeamiento Urbano del municipio, Pablo Dameno. Dentro de esos emprendimientos - más de veinte barrios cerrados - es donde por estos días pasan sus fines de semana las familias más pudientes del país, como por ejemplo, la de las modelos Wanda y Zaira Nara o la de Adrián Suar.
Pero no todo es glamour en la Miami del conurbano. Según un relevamiento de 2011, Tigre se encuentra entre los municipios en el que las villas han crecido más aceleradamente (en cuarto lugar para ser específicos). Casi al mismo ritmo que los countries. Un ejemplo de este fenómeno es Villa Garrote, que se ubica unas cuadras detrás de un cartel que reza “calle sin salida”. Una mujer que vive allí afirma en un video publicado en YouTube: “La única manera de ver Garrote, si no vivís acá, es desde el aire”.
Dime con quién andas
Con pasado en la derecha del menemismo (UCeDé) al igual que su ex compañero en la ANSES, Amado Boudou, las actuales alianzas de Massa son más variadas aunque conservando ese mismo cariz. Por ejemplo, dentro de su equipo económico se encuentran el ex titular del Banco Central, Martín Redrado y el ex ministro de Economía Miguel Peirano, menos enemistado con el kirchnerismo. Además, en su lista convive una periodista del Grupo Clarín con lo más ortodoxo del sindicalismo, Daer (del sindicato de Sanidad), y con el ex titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), “El Vasco” De Mendiguren, hasta hace poco muy cercano al gobierno nacional.
Lo cierto es que tanto Massa como la presidenta decidieron apoyarse en intendentes del conurbano para pelear la elección de octubre y los que figuran en la lista del Frente Renovador son: Darío Giustozzi (Almirante Brown) en el segundo puesto, Sandro Guzmán (Escobar) en el octavo lugar y Oscar Gilberto Alegre (General Villegas) en el décimo. Otros tres, figuran entre los suplentes, como apoyos testimoniales. Son Joaquín de la Torre (San Miguel), Mario Meoni (Junín) y Gabriel Katopodis (San Martín). De los nueve intendentes del conurbano no kirchneristas, seis van en la lista detrás de Massa y los otros tres, todos cercanos a Mauricio Macri, Jorge Macri (Vicente López), Gustavo Posse (San Isidro) y Jesús Cariglino (Malvinas Argentinas) apoyan desde afuera al tigrense.
De Narváez, sin dudas, fue el que más perdió en este armado al no poder cerrar una alianza con el Frente Renovador ni lograr arrebatarle al menos un par de esos apoyos. Las encuestas más condescendientes lo ubican hoy peleando un tercer lugar junto a Margarita Stolbizer.
Giustozzi llegó a la intendencia de Almirante Brown en 2007, con poco más del 30% de los votos, de la mano del Frente Para la Victoria (FPV), para desplazar nada menos que al histórico intendente duhaldista Jorge Villaverde. Fue reelecto cuatro años después, nuevamente con la boleta del FPV, pero aquella vez con el 71%. Se convirtió entonces en el intendente más votado del conurbano seguido por el propio Sergio Massa y se dice que fue el que más votos anti-k obtuvo.
Impulsor de la “Brown Card” (una tarjeta para descuentos en comercios para los contribuyentes sin deudas), Giustozzi sostenía ante un periodista de La Nación que “el 98% de las obras se hicieron en zonas no céntricas”. Sin embargo, vecinos de la localidad de Glew (de donde es oriundo el intendente) se quejan permanentemente, en asambleas barriales y a través de las redes sociales, porque “las obras no llegan al barrio mientras se siguen plantando palmeras en el centro de Adrogué”.
Otro es el caso de los intendentes de General Villegas, Gilberto Alegre, y de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, quienes pertenecen a otra generación por edad (ambos superan los 60 años) y política. Los dos flamantes miembros del Frente Renovador se mantienen en sus cargos desde 1995 donde fueron reelegidos de manera sucesiva y, de manera paradójica, se posicionan totalmente en contra de una posible reforma constitucional con cláusula de re-relección presidencial.
La imagen del intendente de Malvinas Argentinas salió indemne luego de haber estado preso en pleno mandato acusado de enriquecimiento ilícito y de haber impulsado una ley que prohibía el ingreso de parejas homosexuales a los hoteles alojamiento del municipio. En la última elección le sacó veinte puntos de diferencia al candidato del FPV.
Tanto Giustozzi como Massa fueron electos en sus partidos con una cantidad muy elevada de votos (cerca del 70%) hace sólo dos años. La pregunta es si ellos podrán traccionar ese nada despreciable caudal de votos hacia su nueva fuerza, y cuántos se los llevará Martín Insaurralde, quien cuenta con el apoyo de la presidenta.
Lo que sí está claro es que el intendente de Tigre aprendió la lección de 2009 y se quiere presentar como un “kirchnerismo mejorado” o un kirchnerismo sin Cristina. Nunca como una oposición acérrima tal como lo hizo y lo sigue haciendo Fransico De Narváez. Un desafío aparte de Sergio Massa es construir, sobre sí mismo y sus aliados, la tan anhelada imagen de “lo nuevo” teniendo tanto pasado encima.
Fernando Bercovich
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