Un sobreviviente de los centros de tortura y exterminio de la dictadura militar argentina (instaurada entre 1976 y 1983), implicó ayer a empresarios de la trasnacional automotriz alemana Mercedes Benz en actos de complicidad con los represores.
“A mí me llevaron de adentro de la Mercedes Benz. La empresa entregaba las direcciones de los compañeros”, dijo Héctor Ratto al incriminar ante un tribunal a la automotriz. Ratto atestiguó ayer en el juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en el cuartel del Ejército de Campo de Mayo (periferia Noroeste de Buenos Aires), iniciado en noviembre y cuyo principal acusado es el último dictador, el general retirado Reynaldo Bignone, recordó AFP. A ese cuartel, Ratto fue llevado en 1977 por militares que lo sacaron de la fábrica y lo torturaron salvajemente. Ratto relató su calvario y, al terminar, estalló en la sala un aplauso cerrado y los presentes enarbolaron carteles.
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