miércoles, 22 de abril de 2020
Honduras: protestas contra el gobierno, en medio de la pandemia
En medio de la pandemia de coronavirus, los trabajadores de la salud de diversos países (Colombia, Perú, Estados Unidos, Grecia, entre otros) han reaccionado en reclamo de equipos de protección e insumos sanitarios. En este sentido, Honduras no es la excepción: para que sus voces se oigan, los trabajadores de la salud pública desarrollaron un paro parcial la semana pasada (sólo se atendieron urgencias), con lo que rompieron el cerco mediático y pusieron en evidencia el pésimo manejo de la crisis por parte del gobierno de Juan Orlando Hernández (JOH).
Pero además, se están desarrollando protestas en reclamo de asistencia alimentaria, por parte de sectores de la población que han perdido sus ingresos como resultado del parate económico que trajo aparejada la pandemia. Honduras es uno de los países más empobrecidos del continente.
Contra el coronavirus y contra el gobierno
Desde hace tres semanas, los trabajadores de la salud exigen, con suma urgencia, que se los provea de Equipos de Protección Personal (EPP), lo cual prácticamente no existe en ningún hospital del país. La atención médica en estas condiciones (sin las mascarillas adecuadas) dio como resultado el contagio de doce doctores y la muerte de otros tres (El Economista, 15/4).
Además, el reducido personal médico está colapsado. Actualmente, hay 0,3 doctores cada 1.000 habitantes, cuando la recomendación de la OMS es de 2,3 doctores cada 1.000 habitantes. En su última cadena nacional (18/4), JOH anunció que esto estaba resuelto con la llegada de 20 médicos cubanos al país. El problema es que los nuevos médicos simplemente reemplazarán a los más devastados físicamente. Es decir que el número de personas atendiendo será exactamente el mismo.
Según el diario español La Vanguardia (18/4), Honduras es uno de los países con la tasa de letalidad más alta por el Covid-19, estimándola en un 10%. Actualmente, de 457 contagios habría unos 46 fallecidos. Todo apunta a que estas cifras solo son el piso, ya que los datos oficiales están truncados por los medios oficialistas. JOH inició en los medios una política de “no circular noticias tristes”. Esta política consta de cadenas nacionales día por medio, donde un médico menciona la cantidad de contagios (nunca habla de muertos o del estado de la curva)... en modo de stand up.
Además de contar con más de la mitad de la población sumida en la pobreza, Honduras se encuentra devastada por la violencia de las bandas criminales y el narcotráfico. Todo esto está en la base de las caravanas masivas que buscan llegar a Estados Unidos.
El gobierno de Hernández, que se mantiene en el poder luego de un fraude escandaloso y de la represión criminal contra las protestas que éste desató, se encuentra alineado con Trump, con quien llegó a un acuerdo para evitar el arribo de refugiados al país del norte.
Es un régimen proimperialista y ultrarrepresivo, que está usando a la cuarentena como pretexto para reforzar la militarización del país. Esta militarización, por lo pronto, le vino como anillo al dedo al gran capital minero, que a principios de año se enfrentaba a incipientes organizaciones indígenas en defensa de sus territorios. Por ejemplo, en el valle del Bajo Aguán, la militarización de la zona permite que no se detenga la construcción minera de la empresa The Nation, denunciada por el pueblo lindante El Guapinol, ya que bloquea el acceso al agua potable. Lo mismo sucede en El Mochito, donde opera la empresa Ascendant Resources.
A algunas de las manifestaciones en demanda de alimentos las respondió con la represión.
En Honduras, como en otros países, vemos a los explotados organizarse por la defensa de su propia vida. Del otro lado hay un gobierno que demuestra ser capaz de todo, con tal de salvaguardar los intereses capitalistas.
Álvaro Chust
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