El ministro de Educación, Nicolás Trotta, acaba de declarar que la paritaria nacional “tendrá ciertas limitaciones, por la misma situación de fragilidad en que están las cuentas fiscales del Estado”, es decir, será una paritaria que conculcará derechos docentes en vez de defenderlos (Urgente 24, 10/1).
La primera de esas limitaciones es que la paritaria nacional sólo fijará un “piso” salarial, que en los hechos actuará como un techo para todas las negociaciones provinciales, que se diferirán sin fecha para ser abordadas, con suerte, a partir de mayo. Axel Kicillof, el “gobernador amigo de los docentes” según Baradel, ya declaró que no citará la paritaria bonaerense antes de abril.
El objetivo es establecer “una suma fija de aumento salarial, que tomará como referencia una inflación proyectada del 9 % para el primer trimestre y del 6% para el segundo”. Esto tendría, en palabras del funcionario, “un mayor impacto en los salarios más bajos” (ídem), es decir que profundizará el achatamiento de la escala salarial que sufren los docentes desde hace décadas. Pero, además, ese piso podrá ser aún más bajo, “porque (en las paritarias locales) se tendrá en cuenta la realidad fiscal de cada una de las 24 provincias”.
Esto, que ha sido denominado por el gobierno como el objetivo de “no perder con la inflación futura”, encierra dos trampas. Deja de lado la brutal pérdida sufrida por los salarios durante la era Macri, del 19,5% en términos reales. Y “proyecta” una inflación que, anualizada, se ubica un 13% por debajo de lo que todas las consultoras calculan (no menor a 43%).
Otro aspecto clave es que “el ministro de Educación y el jefe de Gabinete ya adelantaron a los gremios que el gobierno no aceptará incluir en la paritaria una cláusula gatillo de indexación automática de los salarios en función de la inflación” (ídem).
Trotta, que dice querer terminar con las desigualdades, reconoce que el mínimo salarial promedio es de $20.250. Sumando el aumento de suma fija que propone - absorbible por futuras paritarias- el salario inicial quedaría en promedio en $23.570 aproximadamente, unos $14.000 por debajo de la línea de pobreza calculada en noviembre del año pasado.
Ctera es co-redactora de esta destrucción salarial
Estos avances que ahora se conocen de lo que se “cocina” en la paritaria nacional docente serán una sorpresa para los docentes, seguramente ingrata. Pero no lo será para la burocracia sindical de Ctera, ya que “el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, se reunió el martes 7 de enero con Roberto Baradel, Hugo Yasky y Eduardo López”, a quienes informó la idea de extender al incentivo docente –Fonid- el aumento de suma fija decretado para privados y estatales ($3.320 en dos pagos), “de modo tal que la discusión porcentual de los salarios docentes quedase para después, a partir de marzo” (Data Chaco, 8/1).
El operativo que se organiza a través de la paritaria docente entre el gobierno y la burocracia sindical docente es un golpe enorme para los trabajadores de la educación, pero es a la vez un ensayo general para avanzar contra todo el movimiento obrero.
Defendamos nuestros salarios y todos nuestros derechos
La preocupación por la frágil situación fiscal de la Argentina, que se argumenta para atacar el salario docente, no rige a la hora de pagar puntillosamente los recientes vencimientos a los acreedores de la deuda externa, ni para darle a las patronales beneficios crediticios y exenciones de los aportes previsionales -para hacer pasar las sumas fijas en el ámbito privado. Lo mismo vale decir de Kicillof, que se apresta a desembolsar casi 600 millones de dólares que vencen ahora en enero. El objetivo de lograr el superávit fiscal solo tiene como fin pagar la deuda externa. A esto Hugo Yasky lo denominó el comienza de una “nueva época” para los trabajadores.
Desde Tribuna Docente luchamos por un salario básico nacional unificado que cubra la canasta familiar, blanqueando todas las sumas en negro y respetando las escalas salariales establecidas en los estatutos docentes.
Reclamamos paritarias libres, para resolver todos los graves problemas de infraestructura, de equipamiento y de los comedores escolares. Defendemos incondicionalmente los regímenes jubilatorios docentes, que también han sido atacados en estos días por el gobierno nacional y por los gobernadores de numerosas provincias.
La burocracia sindical de Ctera, por el contrario, defiende el programa de ajuste del gobierno de Alberto Fernández, al cual se integró. Esta lucha, por lo tanto, exige la autonomía política de nuestros sindicatos. Es una tarea fundamental que se abordará en el XII Congreso Nacional de Tribuna Docente, a realizarse los días 15 y 16 de febrero. Promovemos la acción común en base al frente único de todos los sindicatos y seccionales multicolores y antiburocráticas al interior de Ctera, para impulsar asambleas y plenarios de delegados mandatados para iniciar un plan de lucha.
Daniel Sierra
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