jueves, 16 de enero de 2020
Francia: La crisis se acentúa, luego de 43 días de huelga
El sistema de jubilación por puntos del gobierno conlleva estructuralmente la necesidad de aumentar permanentemente la edad de retiro
La burguesía y el gobierno confían en que la huelga en curso contra el proyecto previsional se acerca a su fin, gracias al cansancio de los huelguistas y a la aceptación por parte de las centrales CFDT y de Unsa -los sectores más colaboracionistas de la burocracia- de una supuesta negociación sobre la edad legal de retiro. Sin embargo, el conflicto está lejos de haberse cerrado.
El primer ministro llamó finalmente a una “negociación” solamente sobre un punto de la ley: la aplicación de la edad mínima de jubilación en 2027, año de aplicación plena del nuevo sistema.
Era la línea roja que había fijado la CFDT, y detrás la Unsa, para negar su participación en la movilización. En los hechos, el gobierno anunció simplemente que abría una negociación hasta fines de abril para que la patronal y los sindicatos se pongan de acuerdo para financiar el déficit presunto del sistema en 2027 de 12.000 millones de euros. Esta negociación debe respetar las reglas del gobierno de no aumentar las cotizaciones patronales y si no hay acuerdo el gobierno impondrá su solución de aumento de la edad mínima. Es una engaña pichanga.
El sistema de jubilación por puntos del gobierno conlleva estructuralmente la necesidad de aumentar permanentemente la edad de retiro. Establece una masa financiera fija para las jubilaciones y no acepta ningún déficit temporario. El aumento del número de jubilados y de sus pensiones está controlado, entonces, por la edad mínima de retiro, que queda a criterio del gobierno y va a aumentar sistemáticamente.
Al comprometer a las direcciones de la CFDT y de Unsa en esta estafa, el gobierno acentúa su carácter autoritario y bonapartista: sólo acepta los acuerdos con su política y su sometimiento a las leyes de hierro del capital. La discusión parlamentaria del proyecto será una farsa y habrá que votarlo sin discutir su financiamiento.
El pulso de la huelga
La huelga ferroviaria y del subte parisino aparece relativamente aislada porque no se incorporan francamente nuevos sectores a la lucha. Los huelguistas tienen evidentes problemas materiales y en algunas asambleas de la SNCF y la RATP, donde se sigue votando mayoritariamente la renovación diaria de la huelga, hay huelguistas que señalan que van a continuar únicamente en los días de movilización.
No obstante, hay que insistir en que el obstáculo mayor a la extensión de la huelga es que la dirección de las confederaciones en conflicto -CGT, FO, Solidaires y FSU- no tienen ningún plan, y por lo tanto la voluntad, de ir a un enfrentamiento radical con el gobierno. Las respuestas de la CGT y de FO a la proposición engañosa de negociación del gobierno están plagadas de ambigüedades y no dice claramente que no asistirán a ninguna reunión más. Proclaman su oposición al proyecto y hacen un llamado general a la huelga, sin mayores repercusiones concretas.
Las dificultades de la huelga general no nos deben llevar, de ninguna manera, a la conclusión de que está perdida. La movilización nacional de este jueves 16 será importante porque es la oportunidad para que las clases laboriosas y la juventud hagan pesar su número y su combatividad. Luego de las vacaciones, los colegios y liceos están en efervescencia y la razón inmediata es la reforma del bachillerato y los exámenes continuos que deben comenzar en estos días. Es una palanca más para la intervención activa de los profesores y de la juventud.
Los abogados han declarado la huelga y no intervienen en los tribunales, paralizando los procesos. En una ceremonia sin precedentes, arrojaron sus togas a los pies de la ministra de Justicia, que debía desearles un feliz año. Mil doscientos médicos jefes de servicio de los hospitales de todo el país han lanzado una huelga administrativa y no realizan otra tarea que la atención de los pacientes. Denuncian que los del gobierno sólo llevan a la quiebra del hospital público y del sistema de salud. Las “reformas” del ministro de la Educación acentúan cada vez más la degradación de la enseñanza y la segregación social entre buenos y malos alumnos, hijos de familias acomodadas y jóvenes de los barrios populares.
El presidente Emmanuel Macron quiere administrar la crisis con la represión, de cualquier movilización de la población y de los jóvenes de los barrios obreros. La brutalidad policial no tiene antecedentes y los llamados sindicatos policiales se han convertido en perros de guardia y controlan al ministro. Hay una descomposición del régimen burgués flagrante y terrible en sus consecuencias sobre el proletariado, la juventud, las mujeres, los barrios. La huelga general es la expresión de la resistencia a este destino. Refuerza la trayectoria abierta con los chalecos amarillos. Su suerte inmediata se va a cristalizar en los próximos días y semanas, y si el esfuerzo militante de los activistas hace posible un triunfo contra todos los obstáculos, sus efectos políticos sobre la crisis serán prolongados y profundos.
Roberto Gramar
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