Intentaron ser tomados como simples jubilados que se acercaron a las respectivas escuelas para emitir su sufragio. Se sentían libres, impunes y con ganas de terminar de una vez por todas con esta etapa histórica que tanto los perjudicó. Al menos cinco represores que tenían pedido de captura por su rol durante el terrorismo de Estado fueron apresados el domingo en sus lugares de votación. La justicia los sorprendió, paradójicamente, en pleno acto democrático.
El genocida Bernardo Caballero, alias Ángel, imputado en la megacausa Campo de Mayo fue detenido por orden de la jueza federal de San Martín, Alicia Vence. Tenía pedido de captura pero no había sido localizado. Está acusado de actuar en El Campito, el centro clandestino de detención que funcionó en la gran guarnición castrense durante la represión. Fue trasladado a los tribunales de aquella localidad bonaerense donde el martes fue indagado. Se negó a declarar.
Por otro lado, por orden de Daniel Rafecas, titular del Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 3 de la Capital donde se investigan los crímenes en el Primer Cuerpo de Ejército, otros cuatro genocidas, integrantes del Ejército, fueron apresados el mismo día antes de elegir la boleta. Uno de ellos fue el coronel Eduardo Cubas que fue interceptado por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en una escuela de Bella Vista, Corrientes.
Los cuatro detenidos están imputados en la causa "Vesubio" por su rol en la masacre de Monte Grande que ocurrió en mayo de 1977. Se trató de un operativo en el que un grupo de 16 secuestrados fue trasladado a una casa de esa localidad para simular una reunión de militantes de diferentes organizaciones (un absurdo) y así justificar un supuesto "enfrentamiento". Todos fueron fusilados. Al igual que Caballero, los acusados tenían pedido de detención pero no habían sido ubicados por las fuerzas de seguridad con anterioridad.
"Es un recurso bien utilizado por los juzgados cuando hay dificultades para encontrar a los represores. A veces mantienen domicilios viejos en sus DNI", aseguró el abogado querellante Pablo Llonto.
Franco Mizrahi
No hay comentarios:
Publicar un comentario