El martes 30 de julio, la empresa Claro procedió de manera intempestiva al despido de más de veinte empleados del Centro Nacional de Activaciones por medio de una de sus contratistas, llamada Market Line, alegando que ésta se retira de Buenos Aires. Claro mantiene a sus trabajadores contratados de manera fraudulenta para abaratar los costos laborales. Veinticuatro horas después de los despidos, la empresa re-contrató a la mayoría de los empleados en condiciones desventajosas por medio de su otra contratista, pero dejó afuera a uno de los delegados gremiales, una candidata a delegada en las últimas elecciones y una trabajadora que se encontraba en licencia por maternidad.
Hay un avasallamiento (típico de los call centers) de los derechos sindicales y de los trabajadores más vulnerables con el propósito de sostener el fraude laboral y deteriorar aún más las condiciones de trabajo. Lejos de paralizarse, los despedidos han formado una Comisión de Solidaridad para fortalecer la lucha. Una reunión de seis agrupaciones del gremio telefónico ya expresó su adhesión a la lucha, y el conflicto empieza a ganar repercusión en los medios -a pesar de la enorme pauta publicitaria que maneja la compañía.
Reinstalación de todos los despedidos.
Basta de precarización y fraude laboral.
Por el respeto de los derechos sindicales.
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