La crisis política que detonó con las denuncias sobre el crimen de Paulina efectuada por su padre, Alberto Lebbos, ha colocado contra las cuerdas al gobierno.
En los últimos tres martes, las marchas de la Comisión de Victimas de la Impunidad se han masificado. La del martes 23 reunió más de 5.000 personas. La del martes 30 obligó a que el gobierno tuviera que suspender un acto que estaba realizando el propio Alperovich en Casa de Gobierno, ante el reclamo de Lebbos de que el gobernador saliera al balcón a dar el nombre de los asesinos de su hija. En esta marcha, aparte del Partido Obrero y esporádicamente de otras organizaciones, ha comenzado a crecer la presencia de numerosas personas sin encuadramiento partidario y la convergencia de familiares de nuevos casos de crímenes y delitos impunes que se vienen produciendo en la provincia, que tienen a la policía o a elementos vinculados con el poder como responsables.
En este tiempo, se han acentuado las acciones de intimidación sobre abogados intervinientes en la causa y sobre la familia Lebbos. Desde los medios oficialistas, que son casi todos, se ha acentuado la censura sobre el caso, pero también sobre el Partido Obrero, que aparece visiblemente sosteniendo la lucha por el esclarecimiento del crimen desde el mismo momento en que se produjo.
Las últimas denuncias también pusieron de relieve el papel cómplice del gobierno nacional en sostener a Alperovich, denunciado por Lebbos como el principal encubridor del crimen. En el programa de Lanata, Alberto Lebbos volvió a realizar las denuncias que viene realizando desde hace siete años, poniendo de relieve todo el entramado que vincula al gobernador, funcionarios de su gabinete, funcionarios judiciales y policiales con el encubrimiento del crimen, y la presunción de que los partícipes fueron efectivamente los llamados “hijos del poder”. Lebbos ha denunciado la desaparición de parte del expediente, la demora en la concreción de un conjunto de pruebas y las desconfianzas sobre el resultado de pericias. Lebbos siempre ha denunciado que una de las estrategias de encubrimiento era pretender cargarle el fardo del crimen a algún perejil, como ya se intentó al principio de la investigación.
En cualquier caso la crisis sigue abierta y se amplifica frente a numerosos hechos delictivos y de corrupción en los que aparecen vinculados distintas unidades de la policía o funcionarios. La acentuada descomposición política del Estado se combina con una crisis más general. El gobierno prácticamente no ha podido desplegar, como en otras campañas, su enorme aparato electoral, apostando en todos lados a apretar a los beneficiarios de diferentes planes sociales y realizando desesperadamente y, a último momento, propuestas prebendarias. En ese marco, hay un esfuerzo deliberado de polarizar las elecciones con entre el oficialismo y el Acuerdo Cívico, en especial el sector que representa el senador Cano, que postula una salida derechista y ha sido uno de los fogoneros de la alianza a nivel nacional de la UCR con Macri. El Partido Obrero, en el marco del Frente de Izquierda, ha desarrollado una intensa campaña estrechamente vinculada con el desarrollo de toda esta crisis en la provincia.
Daniel Blanco
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