lunes, 24 de mayo de 2010
Feliz Día de la Patria
Es común y normal el saludo en estas fechas en las que se recuerda la gesta de los revolucionarios de Mayo de 1810. En la calle, en el barrio, en el trabajo y en tanto otros lugares, donde habita el pueblo, es un saludo sincero, sentido, de esperanza, de apretados dientes pero con el sueño intacto de terminar, lo que aquellos revolucionarios comenzaron y quedó a mitad de camino.
En cambio, ese mismo saludo suena hueco, incluso a menos precio, cuando proviene de quienes ejercen el poder.
Son los que hacen posible una realidad de sometimiento, de autocracia dentro de las empresas, de que se pueda despedir sin causa, de que exista el trabajo informal, en negro, precarizado, tercerizado. Son los que hacen posible la desocupación, la pobreza, la indigencia, la mortalidad infantil y la existencia del hambre, un verdadero crimen en un país hecho de pan.
Son los que han hecho posible la privatización y extranjerización de nuestros recursos, de nuestra riqueza, la imposibilidad de la educación y la salud para millones, que los jubilados y pensionados sobrevivan con un haber miserable.
Después están aquellos que el saludo patrio suena de manera gelatinosa, como si fuese una ameba, porque son los que hablan de la “Revolución de Mayo “, la de ayer, ¿pero hoy? Plantean que no hagamos olas. A ver si todavía vuelve el Virrey. Son los que navegan en las aguas del manso rio posibilista donde la evolución de los acontecimientos nos pondrá en la orilla a la que aún no llegamos.
Por eso ante el Bicentenario, a 200 años de la Revolución de Mayo, Feliz Día de la Patria. Sólo será real para los trabajadores, para el pueblo:
Cuando recuperemos y nacionalicemos a manos del pueblo nuestros recursos naturales y energéticos.
Volvamos a tener nuestras empresas de bandera nacional en serio.
Cuando recuperemos el ferrocarril, nuestra flota de navegación.
Cuando se termine con la desocupación, la pobreza, indigencia.
Cuando los jubilados y pensionados ganen lo que necesitan para vivir decentemente.
Cuando no sea necesario recorrer miles y miles de kilómetros reclamando por nuestras tierras (los pueblos originarios) y nos digan después de 200 años que se va armar una comisión para estudiar el tema.
Cuando el hambre no tenga lugar en esta bendita tierra.
Cuando la democracia formal quede atrás y la democracia participativa la instalemos definitivamente.
Cuando la Soberanía Nacional vuelva a ser parte de nuestra vida.
Cuando la distribución de la riqueza sea equitativa porque habremos terminado con la apropiación que hacen los poderosos, de nuestro trabajo y creación.
Feliz Día de la Patria.
Esto volverá a ser posible cuando la clase obrera y los sectores populares vuelvan a retomar las banderas y los objetivos de Mayo de 1810 inconclusos y demos vuelta la tortilla, emancipándonos para siempre junto a nuestros hermanos de toda América.
José Rigane, Secretario de Organización de la CTA; Secretario General de la Federación de Trabajadores de la Energía de la República Argentina (FeTERA-CTA); Coordinador Nacional de la Constituyente Social.
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