martes, 10 de septiembre de 2024

Una operación política para salvar el veto de Milei


Miércoles 11, todos al Congreso. 

 La conspiración en marcha para rescatar el veto de Milei a la ley jubilatoria transcurre a la luz del día, sin ningún ocultamiento. Un grupo de entre ocho y diez diputados radicales acaban de reunirse con el presidente, anunciando que revertirán el voto favorable de hace un mes atrás para dejar correr el veto -o rechazando la “insistencia” en la ley o ausentándose del recinto. Varios de ellos, en Entre Ríos, Tucumán o Catamarca, vienen discutiendo con los libertarios la concurrencia en listas comunes para las elecciones de 2025. En otros casos, la componenda es más grosera: un radical renunciará hoy a su banca, para ocupar un puesto directivo en el Ente de Salto Grande y ser reemplazado por un macrista que apoyará el veto. Frente a estos enjuagues, Martín Lousteau pide “explicaciones”. Como si el maridaje radical con el gobierno no tuviera bases más profundas y extendidas, como lo demostró el tratamiento de la ley Bases.
 Pero la trama política del rescate al veto excede al radicalismo. El gobierno negocia también la ausencia en el recinto de diputados peronistas que habían votado a favor, como los del gobernador salteño Saenz, y también la concurrencia de otros colaboracionistas que se habían ausentado, como los diputados del gobernador peronista Jaldo. 
 La escalada oficialista en defensa del veto ha delatado también la miseria política de los opositores dialoguistas que habían liderado el tratamiento de la ley jubilatoria. Es el caso del propio jefe de la bancada radical, De Loredo, que quiere rescatar a la ley con variante de una “insistencia parcial”. Plantea rechazar el veto en lo que refiere al aumento del 8% de los haberes y las deudas con las cajas provinciales pero aceptarlo en las cláusulas restantes. Alternativamente, Pichetto y Stolbizer pretenden acordar un voto por el retorno de la ley “a comisión”, una forma diplomática de enterrar la cuestión jubilatoria y al mismo tiempo ahorrarle al gobierno um choque frontal con los jubilados. Pero Milei-Caputo no piensan en esquivar ningún choque: por el contrario, quieren una victoria completa en esta crisis, para mostrarle al gran capital que el plan de guerra contra las masas puede ejecutarse a fuerza de vetos y decretazos. 
 Una de las diputadas radicales que “recapacitó” su voto y ahora va con Milei, justificó el viraje en nombre de una reflexión sobre el “equilibrio fiscal”. Es la mayor de las mentiras que se ha dicho en torno del veto, comenzando por el carácter irrelevante del aumento jubilatorio dispuesto por la ley -para el presupuesto y para los jubilados. El veto no es una discusión de “números”, lo que pone en juego es la autoridad del gobierno contra los trabajadores. Por este mismo motivo, una parte del arco parlamentario que habían votado a favor de la ley previsional ahora se da vuelta: no quieren una derrota del gobierno en medio de la conmoción popular que ha despertado la crisis jubilatoria. 
 Fuera del recinto del Congreso, la burocracia sindical ha brindado la mayor complicidad con la política antijubilatoria de Milei y con el veto. El inmovilismo de la CGT con la decisión del gobierno delata hasta que punto la burocracia está comprometida con todos sus atropellos antiobreros, comenzando por la reforma laboral. La convocatoria del aparato sindical del moyanismo, sin paro, no alcanza a disimular esa parálisis. 
 El gobierno que está conspirando con la “casta” el rescate del veto ha salido a advertir sobre “actos violentos” en la marcha de mañana. Es una confesión acerca de las provocaciones represivas que preparan Bullrich-Milei. Respondamos con una masiva movilización mañana, que le oponga una fuerte presencia de luchadores y trabajadores a los esbirros de Milei y sus cómplices. 

 Marcelo Ramal 
 10/09/2024

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