El decretazo conocido ayer habilita a que, en el caso de un canje, las nuevas obligaciones puedan emitirse en “cualquier moneda”. Por caso, que una deuda en pesos pueda ser reestructurada´ en dólares. Además, suspende las disposiciones de la actual ley de Administración Financiera, que admite los canjes siempre y cuando redunden en una mejora de los plazos, el interés o el capital adeudado. El decreto, en consecuencia, es un cheque en blanco para que el gobiernoreestructure´ a como dé lugar. Al suspender la vigencia de una ley por decreto, la disposición oficial pasa por arriba del Congreso. Para completar el panorama, el decreto amplía el límite del Fondo de Garantía del Anses para invertir en bonos de la deuda pública -del 50 al 70% de su cartera. De este modo, el fondo previsional refuerza decisivamente su carácter de caja rehén de la deuda.
La publicación del decretazo fue acompañada de una caída en las cotizaciones de los bonos en dólares de la deuda argentina. Aunque también influyeron los anuncios de Milei en Wall Street -prolongando el cepo “hasta que exista inflación cero”- es indudable que este decreto del gobierno ha sacudido la estantería de los acreedores. Con esta norma, el gobierno reveló su “hoja de ruta” frente a los próximos vencimientos de deuda. Por caso, a fines de setiembre debe levantar un “muerto” -en pesos- equivalente a 7700 millones de dólares. Algunos anticipan que esa obligación será la primera en aplicarse el decretazo, convirtiendo esa deuda en dólares y reciclando su vencimiento. El uso del canje para dolarizar vencimientos de deuda en pesos le echa “otra” luz a la política oficial de “peso fuerte” y dólar barato. Bajo tales condiciones, los acreedores de la deuda en pesos recibirán a cambio un mayor valor en moneda extranjera, agrandando la factura de los acreedores contra el país. El cepo, de esta manera, se convierte en una garantía para que la dolarización de la deuda en pesos resulte redituable para los acreedores.
Fracaso
Desde el mismo día en que asumió, Milei juramentó pagar puntualmente los vencimientos de deuda -de ahí las denuncias virulentas a los defolteadores anteriores. Esperaba reciclar esa hipoteca con un nuevo financiamiento internacional que hasta ahora no llegó. Ahora, la autodelegación de poderes para renegociar la deuda es la confesión de un fracaso económico y político. El “mercado” ha castigado esta manifestación de insolvencia con una caída en el precio de los bonos.
Para salir de este impasse, Milei-Caputo-Sturzenegger han resuelto embarcarse en una operación de naturaleza delictiva, que reforzará decisivamente la carga de la deuda. El trío mesadinerista reclaman “libertad” para su canje de deuda, a sabiendas de las condiciones que encontrarán en el mercado internacional. Con un riesgo país de 1400 puntos, la tasa de interés de los nuevos bonos del canje trepará bien por arriba de la de los bonos actuales -ese será el precio a pagar por algún alargamiento de los plazos. Lo que se viene se parece demasiado al ruinoso megacanje del 2001, que corrió por tres años los vencimientos de deuda a cambio de un crecimiento exorbitante de los compromisos a pagar. Su mentor, Sturzenegger, zafó de la prisión por este desfalco de Estado. Pero el asesino siempre vuelve al lugar del crimen.
La jefa del kirchnerismo ha salido a despotricar por X contra el decretazo, olvidando que la deuda impagable que defoltearán los libertarios es el resultado del canje perpetrado en 2020 por los Fernández y Martín Guzmán. Entonces, los “nacionales y populares” se las arreglaron para burlar las restricciones legales sobre los canjes admitiendo una quita “simbólica” -2%- sobre el capital adeudado, pero tolerando tasas cinco veces superiores a las internacionales y vencimientos a muy corto plazo. Pero principalmente, facilitaron un negocio extraordinario a los acreedores que habían comprado la deuda defolteada a valores basura y el Estado se las rescató a su valor nominal. Caputo y Sturze ya deben estar pergeñando un negocio similar, incluidas las jugosas comisiones en favor de los bancos que actuarán como agentes de la operación.
Crisis política
El decretazo pone de relieve la verdadera dimensión de la bancarrota argentina y el lugar del actual gobierno: los libertarios no son los parteros de ninguna “nueva era”. Sólo vienen a consumar el último acto de la quiebra preparada por los Macri y los Fernández. Pero el improvisado canje libertario anticipa una crisis con el propio capital financiero, porque la habilitación de un canje por decreto, en especial en lo referido a la deuda en dólares, convierte a la nueva deuda en pasible de ser repudiada. El gobierno que pretende hacerse fuerte contra trabajadores y jubilados es mirado con desconfianza por su base social más estrecha -el capital financiero y los agroexportadores.
La operación ruinosa y aventurera que anticipa el decreto del canje acentúa el abismo entre el gobierno libertario y la mayoría trabajadora. Repudiemos la deuda pública usuraria y fraudulenta, y vayamos a una lucha para terminar con el gobierno también fraudulento de Milei, Caputo y Sturzenegger.
Marcelo Ramal
24/09/2024
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