Ricardo Talento había nacido en 1948 y perteneció a la generación de artistas de los años 60 y 70, jóvenes que crecieron con el Mayo Francés, la Revolución Cubana y otros procesos revolucionarios y de liberación nacional en distintos continentes. Jóvenes artistas que entrelazaban el arte y lo político, que tenían una mirada crítica hacia el poder político desde el teatro.
Fue fundador en Buenos Aires del teatro comunitario junto a Adhemar Bianchi (grupo Catalinas Sur). Su grupo de teatro comunitario, el Circuito Cultural Barracas, que despliega su actividad en ese barrio de la capital nacional, nació en 1996 por iniciativa de Los Calandracas, un grupo que había surgido en 1988 en Parque Lezama, con el florecimiento del teatro de calle posdictadura, formando parte del Motepo (Movimento de teatro popular), según nos relata Edith Scher en el libro “Teatro de vecinos”.
En memoria de Ricardo Talento, el dramaturgo Mauricio Kartun lo despidió en sus redes de este modo: “Se nos murió el flaco Talento. Y acá el ‘nos’ va mucho más allá del círculo cercano; es el nos más grande, el de la comunidad. La foto es de los 70, la época de nuestro Grupo Cumpa. En este medio nuestro, tan sospechado siempre de individualismos, Ricardo se dedicó a practicar (y predicar) su antítesis: lo colectivo. Con Los Calandracas, laburando en hospitales con los equipos de salud. Y en el Circuito Cultural Barracas, después, ese proyecto precioso, incansable, de arte barrial. Tipo buenazo de verdad. Y pila. Donde lo dejen allá arriba juntar cuatro vecinos, el cielo tendrá su teatro comunitario”.
Matias Richterová Ovejero
03/09/2024
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