sábado, 1 de febrero de 2020

Alberto y Francisco: una bendición que no es gratuita



El derecho al aborto en el altar de las negociaciones por la deuda

La visita de Alberto Fernández al Vaticano, en el medio de una gira por Europa para ganar adhesiones y apoyos en la negociación de la reestructuración de la deuda externa, ha dado que hablar en todos los medios por el carácter de las declaraciones.

Cuando fuentes periodísticas le consultaron a Fernández sobre si habían tratado la cuestión del aborto, este manifestó que no habían discutido el asunto. Tuvo que ser desmentido por un comunicado oficial del Vaticano donde se afirma que “se examinó la situación del país, con especial referencia a algunos problemas como la crisis económico-financiera, la lucha contra la pobreza, la corrupción y el narcotráfico, la promoción social y la protección de la vida desde su concepción". El presidente tuvo que desdecirse y reconocer que así había sido.
Fernández fue a buscar el respaldo del Papa Francisco en las negociaciones con el FMI y a fortalecer la relaciones con uno de los actores influyentes en la política argentina que ha sido una parte importante de la política de contención social previa a la asunción del nuevo gobierno y del Pacto Social de su actual gestión.
Las palabras y compromisos de Francisco respecto al agravamiento de la crisis económica en al país, con más de un 40% de la población en la pobreza y un 53% de inflación en el último año, para nada son gratuitas.
Francisco se encuentra oficiando una reunión para la próxima semana que dará cita en la sede del Vaticano al ministro de Economía, Martín Guzmán, y la titular del FMI, Kristalina Georgieva. La insistencia de la “Santa Sede” respecto a la cuestión del aborto no debe soslayarse: es el precio de las gestiones del Vaticano y de su aporte a la Paz social, ambos recursos imprescindibles para la sobrevivencia del gobierno de Fernández.
La injerencia del Papa en los asuntos nacionales no concluyó allí. El propio Fernández manifestó que comparte con Francisco "una suerte de obsesión, que es terminar con la disputa entre los argentinos […] la Argentina tiene que terminar sus tiempos de disputa". La frase se presta para todo tipo de interpretaciones. Resulta que el Papa acaba de protagonizar un hecho vergonzoso cuando envió 50 rosarios bendecidos a militares presos por crímenes de lesa humanidad.
Mientras el parlamento argentino avanza en las leyes que entregan la soberanía nacional a los tribunales extranjeros y que permiten el ingreso de las tropas imperialistas al país, Alberto Fernández recorre los países del mundo cediendo ante el imperialismo y la Iglesia para sumar adhesiones a su cruzada de rescate a los bonistas de la deuda. Sus próximas paradas serán Angela Merkel (Alemania), Emmanuel Macron (Francia), Pedro Sánchez (España) y Giuseppe Conte (Italia). Cuando la gira culmine, la deuda habrá sumado a su haber la política nacional e internacional del gobierno de Fernández.

Marcelo Mache

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