sábado, 27 de julio de 2019

Jubilados: las promesas de los Fernández que ellos bloquearon cuando eran gobierno



En 12 años, el haber previsional nunca alcanzó al 50% del valor de la canasta

Cumpliendo el rito de todos los políticos patronales, Alberto Fernández despliega en su campaña una serie de promesas electorales dirigidas a los trabajadores y los demás sectores populares, que luego pasará al rincón de los recuerdos, estafando así a los votantes en su credibilidad.
Dos de estas promesas realizadas ahora por el candidato a presidente son que los jubilados no pagarán más por sus medicamentos y que el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) previsional -que proviene de aportes de los trabajadores y se amplió con el dinero que llegó de las AFJP al ser reestatizadas- dejaría de ser utilizado para el pago de la deuda y sería destinado a “recomponer el ingreso a los jubilados”.
Pero como los candidatos no nacen de un repollo, Alberto Fernández tiene que dar cuentas de sus antecedentes en función de gobierno. Él ocupó el cargo de Jefe de Gabinete en el gobierno K que fue el que comenzó con la utilización de los fondos del FGS para el pago de la deuda, que mantuvo los haberes jubilatorios en niveles de miseria y, entre otras cosas, que mantuvo al Pami en situación de total abandono.
Por si faltara un botón, el aliado estrella de la fórmula de los Fernández, Sergio Massa, estuvo al frente del Anses hasta el 2007, años de Néstor Kirchner, durante los cuales se mantuvo a rajatabla la política de hambreamiento de los jubilados.

La década ganada

A fines del 2015 la mínima estaba en $4.300, mientras que el costo de la canasta del jubilado para esa fecha superaba los $9.000. Es decir que el haber jubilatorio apenas alcanzaba a cubrir el 47% de esa canasta.
Pero, además, durante el 2014 el aumento en los precios alcanzó al 37,6%, mientras que los haberes previsionales lo hicieron un 30 por ciento. Y ese fin de año, el gobierno les negó a los jubilados el bono compensatorio por el desfasaje que cobraron los trabajadores estatales.
Además, durante los 12 años de gobiernos kirchneristas siempre rechazaron la posibilidad de establecer el 82% móvil para las jubilaciones y el mínimo equivalente al costo de la canasta básica, un reclamo histórico de jubiladas y jubilados e incluso Cristina vetó la ley que establecía el 82% del salario mínimo para su similar previsional.

Nunca antes

En cuanto a la gratuidad de los medicamentos, Fernández al menos debería explicar por qué, durante los 12 años de gobiernos kirchneristas, jamás estuvo planteada esa alternativa desde las esferas oficiales, pese a la situación más que precaria que vivieron los jubilados –agravada aún más durante los cuatro años de administración macrista- a lo largo de más de una década de gobiernos K.

Que la paguen los capitalistas

En cuanto al cambio de utilización de los fondos del FGS, no solo los gobiernos K fueron pioneros en el desvío sino que la “promesa” de Fernández evita y esconde el camino real para hacer que los haberes mínimos cubran la canasta del jubilado. Claro que el candidato en campaña se cuida en las fórmulas y solo prometió “reponer la pérdida real que han tenido en este tiempo (bien leído sería el del gobierno macrista)”, es decir que la promesa sería volver a los haberes de la época K que solo cubrían el 46% de la canasta del jubilado.
Pero, además, para cambiar de raíz la situación que viven los jubilados, no se trata solo de no tocar el fondo de sustentabilidad que es de los trabajadores y los jubilados sino, fundamentalmente, de dar marcha atrás con la baja en los aportes patronales que decretó Cavallo cuando era ministro y que en la “década ganada” nunca se revirtió, otro tanto con las rebajas establecidas ahora por el gobierno macrista que está llevando a una desfinanciación y a la ruina al Anses y liquidar la precariedad y el trabajo en negro que alcanza a la tercera parte de los obreros y empleados del país.
Además, la demagogia es total ante el hecho de que los Fernández, al igual que el macrismo, han dado fe de cumplimiento de todos los compromisos de pago de deuda y del programa con el FMI. Y el plan del Fondo, al cual se someten, plantea una inmediata aprobación de una nueva reforma que reduzca drásticamente los gastos previsionales, con una baja en los beneficios de los jubilados, comenzando por el monto de los haberes.
El camino para alcanzar el 82% móvil y jubilaciones y pensiones mínimas que cubran el costo de la canasta del jubilado, es rompiendo con el FMI y desarrollando una salida obrera. Esta es una lucha central que tienen por delante los trabajadores y los jubilados para hacer frente a la masacre social que pretenden imponer el Fondo y el conjunto de los capitalistas.

Nelson Marinelli

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