domingo, 28 de julio de 2019
El largo beso de Manuel Puig
En julio se cumplen 29 años de la muerte de Manuel Puig.
Dramaturgo, novelista, guionista, mozo y aeromozo. Participó del Frente de Liberación Homosexual, junto a Perlongher. Uno de los rechazados por la militancia peronista que no eran "ni putos, ni yanquis, ni marxistas".
Nació en Villegas, un pueblo polvoriento, como él mismo lo describió. Le gustaba la literatura, pero antes que eso la moda, la alta costura y comprar cosas, pero antes el cine y las tardes escuchando las radionovelas.
A los cuatro años la madre lo llevaba al cine porque no tenía dónde dejarlo. Parece que el niño Manuel tuvo dos mundos desde entonces: el de la ficción materna y el de la realidad paterna. La madre lo quería sensible y el padre quería que hiciera cosas de macho. Ya sabemos de qué lado cayó la moneda.
Sus biógrafos dicen que hubo dos hechos traumáticos: el nacimiento de su hermano menor y el intento de violación que sufrió. Biógrafos que aceptan que da todo lo mismo.
Hay escritores a los que los influenció el cine. A él lo influenciaron también esas radionovelas escuchadas entre mujeres que hablan de sus frustraciones mientras toman mate. Aprendió inglés porque era el idioma del cine. Odió a Perón porque prohibió la entrada de películas norteamericanas. En cuanto pudo se escapó del pueblo. De un salto a Buenos Aires y desde ahí a Italia, Francia, Suecia, Inglaterra, Estados Unidos. Siempre buscando el guión perfecto.
Su primera novela publicada, La traición de Rita Hayworth, es un guión frustrado. Comenzó escribiendo un monólogo y cuando quiso acordarse tenía veinticuatro hojas. Esto ya es novela, se dijo. Lo fue.
"La traición" es una novela escrita como quien toma nota de un diálogo que sucede en la habitación de al lado. De ella dijo que el primer capítulo lo escribió como lo escribiría su tía, con la misma voz y las mismas palabras y el mismo razonamiento. (Lorca hacía lo mismo, escuchaba mujeres hablar del otro lado del muro y las copiaba. Así escribió La casa de Bernarda Alba).
¿Qué pensaba Puig de la literatura?
"Se pierde mucho tiempo leyendo. ¿Para qué leer? Mejor es vivir, disfrutar de la vida. La vida de por sí es complicada, no le busques más complicaciones. Ocurre que soy perezoso, un típico haragán que quiere que le hagan las cosas. Leo a veces, cuando tengo ganas, biografías, un poco de historia, pero más leo historietas o veo dibujitos animados… Tom y Jerry, Donald o la Pantera rosa. O si no miro teleteatros, otra de mis grandes pasiones. Se aprende mucho mirando teleteatros."
Cortázar dijo de él que era un escritor femenino. Puig se le cagó de risa, como conviene que todos hagamos. El nefasto Vargas Llosa dijo que "La traición" era una novela ligera. En 1969 Vargas Llosa fue jurado de un concurso internacional: amenazó bajarse del jurado si ganaba "ese argentino que escribe como Corín Tellado." Ya de joven demostraba que era un imbécil que sólo escribe bien.
Borges lo odiaba. Odiaba los títulos de sus obras y jamás leyó una línea de lo que Puig escribió. Él a Borges le decía "la vieja de mierda". Borges jamás pudo contestarle ese insulto.
Escribió a un amigo una carta donde comparaba a cada escritor famoso en los ’60s con una actriz de Hollywood (hombres machotes y latinos comparados con mujeres, a propósito):
Norma Shearer (Borges) ¡Tan refinada!
Joan Crawford (Carpentier) ¡Tan fiera y esquinada!
Greta Garbo (Asturias) ¡Todo lo que tienen en común es ese Nobel!
Jeanette MacDonald (Marechal) ¡Tan lírica y aburrida!
Luise Rainer (Onetti) ¡Tan, tan triste!
Hedy Lamarr (Cortázar) Bella pero fría y remota.
Greer Garson (Rulfo) ¡Oh, qué cálida!
Lana Turner (Lezama) Tiene rizos por todas partes.
Vivien Leigh (Sábato) Temperamental y enferma, enferma.
Ava Gardner (Fuentes) El glamour la rodea, pero ¿puede actuar?
Esther Williams (Vargas Llosa) Tan disciplinada (y aburrida).
Deborah Kerr (Donoso) Nunca consiguió un Oscar pero espera, espera.
Liz Taylor (García Márquez) Bella pero con las patas cortas.
Kay Kendall (Cabrera Infante) Vivaz, ingeniosa y con glamour. Espero grandes cosas de ella.
Vanessa Redgrave (Sarduy) ¡Es divina!
Julie Christie (Puig) Una gran actriz pero al encontrar el hombre de sus sueños (Warren Beatty) no actúa más. Su suerte en el amor ¡es la envidia de todas las estrellas de la Metro!
Connie Francis (Néstor Sánchez) Los contratos de la Metro no admiten a estrellitas de menos de treinta años firmar contratos.
Paula Prentiss (Gustavo Sainz) ¡No más estrellitas de menos de treinta!!!
Nadie como él habló del cine. Nadie como él sufrió con la belleza perversa de las actrices de Hollywood. Nadie como él pudo encontrar belleza y amor entre dos presos, uno por militante otro por puto, y hacer que todos muriéramos tanto de amor y de tristeza.
Dato: "El beso" transcurre durante el tercer gobierno de Perón. No, como se piensa, durante la Dictadura.
Leamos El beso de la mujer araña.
Nadie como él llevó con tanto estilo y candidez y sordidez el ser un viajero en Milán, Paris, California y Brasil.
Borges y Saer son los dos mejores. Onetti viene atrás empujando. Y Puig les tira flores y lanzaperfume y folletines manchados de lágrimas, los distrae y cada tanto les saca ventaja.
Leamos al hermoso de Manuel.
Pablo Minini
@MininiPablo
Viernes 26 de julio | 21:46
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