Buscando endulzarle la oreja al empresariado en plena campaña, el candidato a presidente de Consenso Federal aseguró que es imprescindible ir a fondo en la pérdida de conquistas para la clase trabajadora.
En una entrevista difundida por el sitio Letra P, el economista y precandidato presidencial por Consenso Federal, Roberto Lavagna, lanzó una definición pensada para ganarse el guiño de empresariado, tanto nacional como multinacional. Nada que envidiarle a los cerebros del FMI, ni a los funcionarios de Macri, ni a liberales como Espert ni a economistas "opositores" como Guillermo Nielsen.
Le consultaron a Lavagna qué modelo económico propone su fórmula (integrada junto al gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey). Y él respondió que “si uno abandona las ideologías, el modelo que decide un país es un modelo que ocupa a la población de ese país, es decir, que crea empleo”.
Enseguida aclaró que habla de “empleo digno, no de esclavitud”. Y los periodistas repreguntaron: “Fernández dice que no es necesario realizar una reforma laboral, como sí lo cree el Gobierno. ¿Qué opina?”
Entonces Lavagna desplegó su idea. “Hoy la pyme está tan golpeada por todos los excesos cometidos en materia de sobreprotección laboral y demás que, si no hay reforma, no va a haber generación de empleo”.
“Entonces, ¿cuál es la diferencia con la del Gobierno?”, insistieron los entrevistadores. “La gran diferencia con el Gobierno es que plantea una reforma laboral en una economía estancada y, en consecuencia, no va a tener ningún efecto. Le permitirá ganar algún pesito más a algún empresario”, dijo en competencia con Macri.
Y volvió a detallar su idea. “La reforma laboral tiene que ser parte de un nuevo proceso de desarrollo, con una economía caminando, donde la reforma laboral no toque los derechos adquiridos de los que están (...) aunque son un pedacito, porque la mayoría de los argentinos ya no está en el pedacito que tiene toda la protección laboral propia de los años ’50, 60, ’90. La gran mayoría está afuera. Al resto hay que mostrarle que la reforma genera empleo”.
Es decir, toda una confesión de parte. Si sos parte de la clase trabajadora y no querés caerte del mapa, deberás aceptar que tu vida ya no tenga siquiera las mínimas condiciones legales que tuvieron tus viejos o tus abuelos. Eso "ya fue", dice el exministro de Economía del peronismo.
Y para justificar su iniciativa, puso como ejemplo nada menos que a Vaca Muerta. “Allí decidieron hacer una flexibilización laboral importante en el marco de la creación de 30 mil puestos de trabajo con sueldos por encima del promedio. Ahí funciona”, sentenció.
Roberto Lavagna dice todo esto en medio de una situación económica nacional en el que los despidos, la flexibilización laboral y la precarización de las condiciones de trabajo (y por ende de la vida obrera) están a la orden del día. ¿Qué más conquistas quiere que pierda la clase trabajadora para que los empresarios sigan haciendo lo que se les antoja? Por ahora, eso no lo dice tan claramente, pero no hace falta ser una luz para imaginarlo.
Vale recordar que antes de que cerraran los plazos para la conformación de las listas de cara a las PASO del próximo 11 de agosto, Lavagna era considerado como una pieza importante entre las variantes políticas “propias” de los sectores dominantes de Argentina.
En ese contexto, tanto el macrismo como el kirchnerismo buscaron por diversas vías acercarse a Lavagna para tantear la posibilidad de contar con él en algún armado electoral “amplio”. Finalmente la ola panquequera dejó al exministro de Duhalde y Kirchner casi colgado del pincel y solo en compañía de Urtubey.
Ahora, buscando endulzar los oídos del empresariado y así ganarse algo de simpatía en estos días que quedan de campaña, Lavagna plantea eso que el mismo empresariado quiere escuchar y que le exige a todos los candidatos que, de una u otra manera, dicen defender sus intereses de clase.
La Izquierda Diario
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