En un hecho similar al ocurrido en marzo en Avellaneda, las fuerzas de Bullrich y Vidal se cruzaron a balazos en una estación de servicio de esa ciudad bonaerense.
Algo parecido a lo sucedido el 29 de marzo en el estacionamiento de un shopping de Avellaneda ocurrió este jueves en una estación de servicio YPF de la ciudad de Azul.
En el marco de una supuesta “investigación” en una causa por narcotráfico, un grupo de efectivos de la Policía Bonaerense se enfrentó a tiros con otro de la Federal. El saldo del tiroteo fue, según las fuentes oficiales, de un teniente primero de la DDI de la Bonaerense con un disparo en el estómago y otro en el glúteo y de un cabo de la Federal con heridas en una rodilla y un tobillo izquierdo.
Como suele ocurrir en estos casos, las versiones de los hechos van y vienen, se cruzan y hasta se contradicen. Lo cierto es que el intercambio de disparos existió y los heridos, uno de cada bando, fueron hospitalizados.
Buscando algún tipo de “imparcialidad”, el fiscal José Calonge (quien tomó la causa desde la Fiscalía de Delitos Especiales del Departamento Judicial Azul) pidió que los peritajes en el lugar de los hechos los haga Gendarmería, aunque también se metió en la “investigación” la Dirección de Asuntos Internos de la Bonaerense.
Una vez más, se produce un fuerte encontronazo entre las huestes de María Eugenia Vidal y Cristian Ritondo, por un lado, y las de Mauricio Macri y Patricia Bullrich por otro. Y todo a raíz de una causa relacionada con el narcotráfico, uno de los caballitos de batalla de Cambiemos con los que descargan su demagogia securitaria y punitivista.
¿Qué pasó?
Imposible determinar todos los detalles. Lo cierto es que el tiroteo se produjo a eso de las 8 de la mañana del jueves en la estación YPF ubicada en el kilómetro 301 de la Ruta 3. Obviamente el lugar estaba lleno de autos a esa hora.
Mientras el Juzgado Federal de Azul había ordenado a la Federal realizar escuchas “para dar con un narco que tendría pedido de captura”, la DDI azuleña de la Bonaerense también estaba detrás del mismo hombre. Al tener el dato de que esa persona estaba en la estación de servicio, ambas fuerzas mandaron a sus efectivos a detenerlo. Todo eso según las versiones dadas por diversas fuentes estatales a algunos medios.
Así, cuando los dos grupos (supuestamente todos de civil) llegaron al lugar se terminaron enfrentando a tiros. “Por los datos aportados el hombre buscado estaba en un auto similar al que circulaban los policías federales”, dijeron fuentes judiciales a la prensa.
Grave error de coordinación, desinteligencia entre la “inteligencia” estatal o lisa y llana “mexicaneada” entre mafias. Cualquiera de las hipótesis es posible.
Lo autos involucrados serían un Volkswagen Bora (propiedad de uno de los efectivos de la DDI Azul) y un Ford Focus (en el que viajaban tres agentes de la Federal). Entre los ocupantes de este último estaban el herido y los otros dos terminaron demorados “hasta que se establezca cómo sucedieron los hechos”.
¿Qué pasará?
Tras arribar a la estación de servicio, la Gendarmería (involucrada a su vez en otros casos similares e “investigada” por las policías como la Bonaerense y la Federal) secuestró las armas de los efectivos y precintó la escena. También se secuestraron las imágenes de la cámara de seguridad de la estación de servicio, lo que ayudaría a Ritondo y Bullrich a ocultar aquello que consideren necesario.
Lo ¿curioso? del caso es que finalmente el supuesto narco nunca fue encontrado y mucho menos detenido. Algo que abre muchos interrogantes que dudosamente el fiscal Calonge vaya a responder.
El narcotráfico es una de las ramas de la economía ilegal más rentables y “cuidadas” por el Estado. Tan es así que no hay un solo caso en el que se “descubra” a una banda narco que no esté integrada por comisarios, oficiales y demás miembros de las fuerzas de seguridad e inteligencia.
Los hechos del 29 de marzo en Avellaneda, donde personal de la federal se tiroteó con personal de Bonaerense, hablan por sí solos. Allí, en el playón de estacionamiento de un shopping, tras el intercambio de más de treinta disparos murió el comisario de la fuerza provincial Hernán Martín, quien antes de dejar de respirar llegó a herir de gravedad a dos federales.
Bullrich y Ritondo todavía no explicaron públicamente y de una manera más o menos creíble que pasó aquella vez. Desde ayer, sumaron otra carpeta en sus escritorios para llenar con algún relato que deje a todos contentos. Difícil que el chancho chifle.
Daniel Satur
@saturnetroc
Viernes 12 de julio | 14:13
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