La Comisión de Legislación Penal, que debía tratar este martes 4 el proyecto de Ley de aborto legal, seguro y gratuito, no emitió dictamen. Patricia Bullrich, del PRO y presidenta de la comisión, había advertido que no permitiría un dictamen "porque no es el momento". La kirchnerista Diana Conti, vicepresidenta de la Comisión y al frente de una mayoría de 16 miembros en la misma (casi todos ausentes), se había pronunciado por abrir el debate, pero "sin definiciones". Nunca va a "ser momento" para ellos, que viven postrados frente al Vaticano.
Con intervenciones intercaladas entre sectores de fanáticos religiosos y defensores del aborto legal, el diputado Pablo López, del Frente de Izquierda-PO, firmante del proyecto aunque no pertenece a la Comisión, pidió clarificar respecto de si se podía formar quórum y defendió el aborto legal, aportando ejemplos de lo que ocurre en su provincia y de las iniciativas que está tomando el Partido Obrero allí. Para justificar una supuesta "ausencia de quórum", algunas kirchneristas integrantes de la Campaña Nacional por el derecho al Aborto compraron la tesis de la confusión de horarios y denunciaron a Bullrich por el desaguisado. Así lo hizo también la cronista de Página/12.
Sin embargo, cuando hubo quórum, la única diputada que señaló que se debía sesionar fue Margarita Stolbizer. Pero el planteo pasó de largo sin que ningún diputado se esforzara por disputar la emisión de dictamen. El acuerdo entre el PRO y los K, para que la reunión terminara sin resultados, era evidente.
Vanina Biasi planteó que colocar el debate entre los fundamentalistas religiosos y las luchadoras por el aborto legal era degradar la lucha y desviar el debate que estaba planteado con los diputados, principalmente con los del Frente para la Victoria, quienes otra vez habían faltado a la cita. La representante del PO y del Plenario de Trabajadoras advirtió que nadie seriamente podía creer la tesis de la confusión de horarios. Y denunció el acuerdo "amable" entre la presidenta del PRO y la mayoría K para que no se avanzara en un dictamen. Advirtió que el aborto clandestino es un instrumento político de control social de las mujeres pobres. Denunció a la clase política gobernante como "militante del aborto clandestino", en contraposición con las palabras del nuevo embajador argentino en el Vaticano que identificó a la presidenta Cristina Fernández como una "militante del no al aborto".
El movimiento de mujeres debe insistir ahora más que nunca. La semana próxima debe haber sesión de Legislación Penal. Los tiempos que se avecinan son de crisis política y realineamientos. Hay que avanzar en el trabajo parlamentario y en las calles. El próximo 25 de noviembre debemos colocar en una gran movilización popular la denuncia al Estado por todas las formas de violencia sobre la mujer que se desatan cotidianamente. El aborto clandestino es una de ellas.
Prensa Obrera
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