Entrevista a Alfredo Grande a 10 años de cumplirse la Masacre de Cromagñón
M.H.: Estamos en comunicación con Alfredo Grande, buenas noches Alfredo.
A.G.: ¿Qué tal? ¿Cómo estás Mario? Un gusto saludarte.
M.H.: Bien, tanto tiempo. Este llamado fue coordinado a último momento, motivado porque están próximos a cumplirse 10 años de la Masacre de Cromañón. Recientemente murió Omar Chabán y aproximadamente un mes antes se conoció la resolución de la libertad para Callejeros. Sobre estos dos temas quería consultarte, dado tu compromiso en este caso con la lucha por la justicia.
A.G.: Como bien decís, fue una lucha por la justicia. Cuando hablo de justicia a esta altura del partido no me refiero solamente a lo jurídico, hay una justicia política, cultural y una jurídica. En ese plano, en el jurídico, se logró mucho, si bien los liberaron, es porque estuvieron presos y las condenas estuvieron.
Creo que en ese plano es donde más se obtuvo, en relación a la impunidad de otras situaciones, bajo el manto de neblina de la impunidad esta justicia jurídica es bastante aceptable. Ahora de la cultural y de la política no puedo decir lo mismo. Ahí reina la más absoluta impunidad. Aníbal Ibarra vuelve a presentarse como candidato a Jefe de Gobierno, y culturalmente todo terminó en que el Gobierno de la Ciudad empezó a cerrar centros culturales, boliches, le vino bien como excusa para de alguna manera hacer una política muy amplia en cuanto a discriminación de todo tipo de centro cultural basado en cuestiones de seguridad.
Creo que la cuestión de la injusticia cultural y política no se ha modificado y el plano jurídico fue en el que más se obtuvo, las querellas trabajaron muy bien, se lograron condenas, en primeras y segundas instancias, apelaciones, etc. Pero queda el otro gran saldo, porque evidentemente a diez años de Cromañón, la misma concepción de que fue una masacre está oculta, se sigue hablando de “tragedia”, “accidente”, cualquier cosa pero no de masacre.
La masacre no se define por la cantidad de muertos sino por las circunstancias, por la negligencia, la acción dolosa por omisión, etc. Algo parecido a masacre fue “estrago doloso” que fue ese término que apareció, pero directamente la palabra es masacre. A mi criterio la injusticia política y cultural se mantiene y la judicial llegó mucho más lejos que en casos similares.
M.H.: ¿Qué te pasó por la cabeza cuando te enteraste de la muerte de Chabán?
A.G.: Chabán murió, no fue masacrado ni asesinado, tuvo un juicio, estuvo en prisión. Tenía una enfermedad que seguramente se agravó por las condiciones que pasó, una mezcla de culpa imposible de elaborar, en el mejor de los casos, más que culpa de culpabilidad. Un hombre que realmente había hecho una fuerte apuesta cultural en un momento de la vida de la música nacional donde muchísima gente estaba muy ligada a él en lo afectivo, en lo cultural, y sufrió una decepción muy grande, ya que en ese recital, donde ya había tenido un principio de incendio, resultó totalmente inmune a ese tipo de cuestiones.
Lamentablemente terminó muy mal, murió, esas enfermedades autoinmunes son a veces una forma de suicidio. Es lamentable en tanto esa muerte nos remite a todos los chicos asesinados, a Chabán no lo asesinó nadie, en todo caso se asesinó a sí mismo. Realmente creo que es muy importante darse cuenta de que este hombre ya estaba muerto, porque todo lo que había construido en su vida, que era importante, quedó destruido esa noche donde evidentemente privilegió una forma de lucro feroz frente a lo que era una propuesta cultural y artística como lo es un recital de un grupo musical que puede cantar para mil personas pero no frente a cuatro ni cinco mil en un local en las condiciones que como sabés, estaban todas las vías de inseguridad, no las de seguridad. Desearía “que en paz descanse”, pero creo que por varios siglos Chabán no va a poder descansar en paz.
A veces la “sociedad civil” indulta a los masacradores
M.H.: Te traslado la misma pregunta pero respecto de la libertad de Callejeros.
A.G.: Callejeros no está más, de alguna manera el grupo explotó naturalmente. La mayoría de ellos no asumieron su culpabilidad, trabajaron permanentemente en su discurso de inocencia, de que incluso familiares de ellos también fallecieron, una especie de auto impunidad, en ese sentido hay cuestiones procesales que yo desconozco, que hacen que parte de la cultura también indultó a Callejeros, parte de sus seguidores y familiares. Fontanet hace poco hizo un recital, lo que llamamos “la sociedad civil” indulta a veces a los masacradores o no le importa demasiado cómo se llega al lugar que se llega. Los líderes generalmente no tienen pasado, tienen presente y futuro. Este pasado siniestro de Fontanet y el resto de los Callejeros, en muy poco tiempo va a quedar oculto también.
M.H.: ¿Tenés alguna expectativa para el próximo 30 de diciembre, cuando se cumplan 10 años de la masacre?
A.G.: Yo entrevisté en mi programa de radio a Silvia Bignami, le ofrecimos todo el apoyo del programa de radio y de la Cooperativa Ático que presido. Vamos a acompañar todo lo posible, y siempre estuvimos dispuestos a colaborar de la manera que nos soliciten. Han hecho convocatorias a las que personalmente no he podido concurrir pero entiendo que si se puede hacer una buena lectura política, el movimiento Cromañón también ha sufrido su propio desgaste y seguramente habrá dos o tres convocatorias, pero no es lo que era cuando nosotros marchábamos.
M.H.: Recuerdo también el juicio que se hizo en la Asociación de Abogados y en el BAUEN cuando se hizo el lanzamiento del libro.
A.G.: Exactamente, el libro se presentó en Ático también. Hubo avances muy importantes pero fue un movimiento que se fue licuando, entre otras cosas porque ningún movimiento de derechos humanos, excepto la Liga Argentina por los Derechos del Hombre y creo que la Asociación de Detenidos Desaparecidos se solidarizaron. El resto de los organismos de derechos humanos, no le dieron solo la espalda, sino algo que queda más debajo de la espalda también. Recordarás que inclusive Estela de Carlotto hizo una convocatoria a favor de Ibarra.
M.H.: Porque consideraba que la acusación era una suerte de golpe de estado.
A.G.: Claro, se responsabilizó al movimiento del ascenso de Macri, una cosa demencial, como que había que olvidar la masacre para que Macri no llegara al gobierno. En ese nivel de miseria política y de cálculo cínico el Movimiento Cromañón colapsó, lo cual no significa que los militantes del movimiento no estén enteros y la sigan peleando, pero como movimiento han sufrido un golpe durísimo.
Mario Hernandez
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