Entrevista a Adolfo Pérez Esquivel, Nobel de la Paz y activista de los Derechos Humanos
El militante por los derechos humanos apuntó contra el ingreso de empresas extranjeras a trabajar con recursos naturales nacionales y pidió rechazar cualquier intento de desestabilización de la democracia.
“Para hablar del caso de Malvinas Argentinas (Córdoba) con Monsanto hay que hacer referencia a una situación nacional, se están introduciendo al país muchas empresas transnacionales sin ningún tipo de control, sin estudios de impacto ambiental y sin difusión de los convenios”, indicó el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel en su paso por Río Cuarto. Convocado para la inauguración de la muestra itinerante de la Fundación Ana Frank y de la Feria del Libro Juan Filloy, habló de las amenazas ambientales en Argentina y la necesidad de un gobierno con más voz de su pueblo.
“Se puede hablar de Monsanto, pero lo mismo sucede con Chevron en Neuquén o la Barrick Gold en La Rioja; hay ocultamiento por parte de los gobiernos provinciales y del nacional, de información que debería llegar al pueblo”, sostuvo Pérez Esquivel, y agregó:
“Las empresas mineras se llevan el 97% de los recursos, con una explotación irracional, con cosas que en otras partes del mundo están prohibidas, pero aquí no”.
El premio Nobel estuvo también dando su apoyo a los vecinos de Malvinas Argentinas en la jornada del lunes.
- Desde la empresa niegan que afecten el medio ambiente
- De Monsanto hay mucha información sobre los juicios que tiene en otros países, pero parece que a los gobiernos esto no les interesa, lo que pone en cuestionamiento el tipo de democracia que tenemos. Es una democracia delegativa, donde los gobernantes hacen lo que quieren y condicionan la vida del resto. Se confunde lo que es desarrollo con lo que es explotación, que es cuando se privilegia el capital financiero sobre la vida de los pueblos, allí está el problema, no les interesa al pueblo.
- Para la situación de Malvinas Argentinas usted propuso la realización de una consulta popular.
- La reforma constitucional de 1994 fue desastrosa, pero cuenta con elementos que se podrían utilizar y aún así se descuidan. Por ejemplo, se establece la realización de consultas populares y plebiscitos, pero hasta el día de hoy no se ha votado en la cámara de diputados ni en la de senadores.
- Son recursos que el pueblo tiene como para manifestar su voz.
- Claro, por eso digo que es una democracia delegativa, porque el gobierno hace lo que quiere y el pueblo queda indefenso. Las posibilidades de cambiar esto están en que la gente se reúna, pero aquí aparece la criminalización de la protesta social, y el pueblo debe soportar la represión policial y jurídica. Cuando se presentaron los recursos de habeas corpus y amparo, los jueces los rechazaron; los gobernantes deberían estar al servicio del pueblo, no de las transnacionales.
Pérez Esquivel es contundente con su análisis del trabajo de Monsanto: “Ha generado una cadena de dependencia y crisis total de la producción, incluso ha generado suicidios, porque las semillas sólo sirven para una cosecha y eso genera dependencias, mucha gente pierde todos sus recursos”.
- ¿Por qué tiene más visibilidad el reclamo de un conflicto como el de la ex Botnia?
- Es una situación que hace 30 años que venimos denunciando, porque son fábricas que se llevan la pasta de celulosa fuera del país. Todo comenzó con la plantación de pinos en Uruguay y en nuestro país, para proveer a las fábricas. Hemos planteado lo que es el “agua virtual”, es decir, el agua que se llevan en los árboles. Los pinos y eucaliptos adultos absorben por día entre 70 y 80 litros de agua, cuando lo cortan y se llevan los rollos, se llevan mucha agua, un bien natural que es cada vez más escaso, con 32 países en el mundo que prácticamente no tienen agua.
- ¿Cómo se debería trabajar el conflicto desde la diplomacia entre Argentina y Uruguay?
- Con diálogo, es fundamental llegar a acuerdos. Debería haber informes binacionales, que nunca se dieron a conocer.
Un nuevo desarrollo
“Las universidades deberían trabajar sobre nuevos conceptos de desarrollo, sin dañar los recursos que necesita el ser humano”, sostuvo el militante por los derechos humanos". Agregó: “Se necesita de la minería y del petróleo, pero no como Chevron en Ecuador, condenado a pagar 19 mil millones de dólares y hoy es un prófugo de la Justicia. Yo pregunto, ¿qué va a pasar de aquí a 15 años? ¿Habrá malformaciones genéticas? Ya hay informes completos sobre los efectos del uso del glifosato en los monocultivos”.
Consideró que, en tanto, hay otras aristas que no son tenidas en cuenta, aún cuando se tratan de problemáticas que consideró muy graves. Habló de “la ruptura de las cadenas biológicas, que terminan produciendo serias alteraciones en la naturaleza”. Luego ejemplificó: “Hace pocos días estuve en Misiones, y en varios kilómetros de árboles no se ven pájaros. Si se destroza la cadena biológica, eso también va a ir en contra del ser humano. El problema científico de todo esto está junto a la falta de decisiones políticas. Es necesario tomar decisiones que los gobiernos no están asumiendo”.
- ¿Qué análisis realiza del contexto nacional previo a las próximas elecciones legislativas?
- No veo en los dirigentes políticos posiciones claras sobre éste y otros temas. El Gobierno nacional ha tenido varios errores, pero también aciertos que se deben apoyar, como la integración regional latinoamericana, algo que antes no existía y que es importante porque por primera vez los pueblos americanos llegan a instancias propias.
Del mismo modo, están las asignaciones universales y la apertura de algunos espacios, pero no se ha resuelto la situación de la pobreza.
- ¿En esta campaña se dejaron de lado ejes como la integración social por otros como la inseguridad?
- Uno de los grandes problemas es la falta de diálogo, tanto desde el Gobierno nacional como de la dirigencia de partidos opositores. No hay planteos claros de adónde va el país.
- Lo fundamental es que se respete el sistema democrático.
- Sí, y que haya un control social para que el accionar de los gobernantes no se distorsione. Hoy es muy fácil que un dirigente político se cambie de partido de golpe, y se va como si ese cargo fuese de él, cuando en realidad es de quienes lo votaron: a un partido y a un programa de trabajo. Así, quien lo votó está defraudado, porque no respetan su voluntad. Hay que recuperar la ética y los valores en la política, cosas que están muy dañadas.
Pérez Esquivel destacó el compromiso que deberían asumir los gobernantes argentinos: “Hay que analizar el desarrollo del país, porque hoy los gobernadores son señores feudales que hacen lo que quieren y no lo que deben. Dicen que los recursos son de la provincia. Correcto, pero no son de ellos, son del pueblo.
- ¿Qué va a pasar después del 27 de octubre?
- Nosotros apuntamos a la continuidad constitucional, al fortalecimiento de los instrumentos democráticos, al control social y a que se respeten los derechos de la democracia participativa de los pueblos, cosa que hoy no sucede, hay un avasallamiento de las ciudadanías.
- ¿Preocupa el estado actual de salud de la presidenta Cristina Fernández?
- Claro que nos preocupa, le deseamos lo mejor, que se reponga, que gobierne los dos años que le quedan de mandato y corrija las deficiencias que tiene. Lamentablemente, la Presidenta no tiene diálogo con nadie, ni ella ni los equipos que tiene. Si lo hiciese, podría servir al pueblo desde una perspectiva más profunda. Esperemos que pueda continuar en el ejercicio de su cargo, rechazamos cualquier intento de desestabilización al Gobierno nacional.
Luis Schlossberg
Diario Puntal - ACTA
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