viernes, 18 de octubre de 2013

Cabandié



La patoteada de Cabandié contra una agente de tránsito ha detonado una crisis política en la campaña oficial en la última semana. Cuando algún kirchnerista estaba a la espera que la operación quirúrgica de CFK despertara una compasión del electorado con los candidatos kirchneristas, la ‘chapeada’ del primer candidato porteño vino a subrayar la crisis de liderazgo del FpV. El único que se apiadó de Cabandié fue “6,7,8″ -lo cual no necesita comentarios. Su ‘cumpa’, Daniel Filmus, simplemente buscó que no lo alcancen los cascotazos.
El matoneo a una joven precarizada que cobra 3.300 pesos por trabajar incluso los fines de semana -y dos veces entre la medianoche y la madrugada-, grafica, al mismo tiempo, a un régimen político y social. El burócrata que se encuentra en la jerarquía más alta de la escala, frente a la laburante que está en el punto más bajo del escalafón (precarizada). Uno se desencaja cuando no es reconocida su autoridad, la otra se mantiene firme contra el atropello. La ‘juventud militante’ no ha pasado la prueba de una infracción de tránsito.
Belén Mosquera es una de los centenares de miles que carecen de los derechos de un trabajador bajo convenio. La Municipalidad de Lomas de Zamora, dirigida por Insurralde, que quiere ahora una policía municipal, encarga el control del tránsito a una tercerizada, como ocurre con los demás intendentes (¿qué lazos habrá entre el municipio y el titular de la empresa?). En Tigre ocurre lo mismo.
Cabandié denunció que la difusión de la filmación es parte de una operación de la Gendarmería, que el gobierno puso en el conurbano, contra el gobierno. Se recoge lo que se siembra -las quejas están fuera de lugar. Cabandié nunca se manifestó contra el proyecto de espionaje a cargo de la misma Gendarmería. Cabandié ha sido agraviado (espiado, filmado y delatado) por su propio régimen. Nos hemos enterado de sus atropellos por los mismos medios que el gobierno ha diseñado para atropellar a los trabajadores que luchan.
Lo ocurrido no le da la razón a Carrió, que nada dijo cuando su gobierno, el de De la Rúa, inauguró su mandato con la muerte de dos docentes en el puente Resistencia-Corrientes, por la represión policial. Ni cuando, incluso antes de ganar la Presidencia, el mismo De la Rúa y “Chacho” Alvarez ratificaron el régimen laboral que dejaba Menem. En esto deberían pensar los electores que decidan abandonar a Cabandié; sólo el Frente de Izquierda tiene autoridad para denunciar el atropello K contra Belén Mosquera.

Gabriel Solano

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